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José Baldó

Los fans de la novela negra y el thriller con sello español estamos de enhorabuena. A lo largo de este año, la pequeña pantalla ha acogido las adaptaciones de los best sellers La chica de nieve (Netflix) y La chica invisible (Disney+), obras de Javier Castillo y Blue Jeans, respectivamente. Dos series que, más allá de sus coincidencias en el título, apuestan por el paisaje andaluz como territorio abonado al crimen y el misterio. Desde el pasado 27 de octubre se encuentra disponible en Amazon Prime la traslación al formato televisivo de uno de los grandes éxitos literarios en el campo del noir, la primera parte de la trilogía Versos, canciones y trocitos de sangre escrita por César Pérez Gellida.

Memento Mori confirma la buena salud de la ficción española, sobre todo en el campo del thriller. Además, esta nueva serie profundiza en la fascinación del ser humano por el Mal (así, en mayúsculas) y la figura del asesino en serie, demostrando que hay vida más allá de Hannibal Lecter y existen villanos carismáticos fuera del oropel hollywoodiense.

Terror en Valladolid

La aparición del cadáver de una joven con los párpados mutilados es el punto de arranque de un macabro juego del gato y el ratón entre la policía de Valladolid y un despiadado psicópata. Las calles de la capital pucelana se convierten en el escenario de terribles asesinatos que ponen en jaque al equipo de investigadores dirigido por el inspector de homicidios Ramiro Sancho (Francisco Ortiz). Al otro lado, encontramos a Augusto (Yon González), un sofisticado asesino en serie que acompaña sus crímenes con banda sonora, seleccionando la canción perfecta para cada ocasión, y firma los cadáveres con un poema.

Para cumplir su misión, Sancho contará con la ayuda de un experto en asesinos en serie apodado Carapocha (Juan Echanove) y una profesora universitaria (Manuela Vellés) a la que recurre el policía para descifrar los significados de los versos que se encuentran en los cuerpos de las víctimas.

Una canción para cada momento…

…y un momento para cada canción. Uno de los grandes aciertos, heredados de la novela de Pérez Gellida, es la playlist que selecciona el psicópata para su descenso a los infiernos. De Vetusta Morla a Iván Ferreiro pasando por Love of Lesbian o Enrique Bunbury, la serie se beneficia de una recopilación de temas que ayudan a perfilar el devenir de un personaje capaz de los crímenes más atroces.

El actor Yon González, alejado de su adolescencia en El internado, sobresale por encima del espléndido reparto y compone un temible sociópata que queda grabado a fuego en la memoria del espectador. Un trasunto de Patrick Bateman, el yuppie violento que protagonizaba la novela American Psycho y que en el cine contó con la inquietante presencia de Christian Bale.

En la serie destaca la escena en la que González rompe la cuarta pared y se arranca a cantar a la cámara su particular versión del Bravo de Nacho Vegas. En ese instante descubrimos que la violencia de Augusto no es más que el resultado de un pasado marcado por los malos tratos sufridos a manos de su madre y las numerosas idas y venidas de centros de acogida.

He devorado los seis capítulos de Memento Mori con la misma glotonería enfermiza con la que leí la novela de Pérez Gellida allá por el 2013. Con este thriller de alto voltaje, Amazon Prime se suma una victoria importante en el género y nos prepara para la que será, sin duda, la gran apuesta española de la plataforma para el año próximo, la adaptación de la exitosa novela Reina Roja de Juan Gómez-Jurado. Hay muchas ganas de que llegue el 29 febrero para ver a la actriz Vicky Luengo en la piel de la enigmática Antonia Scott, pero, como dijo Rudyard Kipling… esa es otra historia.