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May Serrano

Es la falta de sueños la que llena los bares...¿O era el amor?

Sea como fuere yo creo que son los sueños. Es el músculo de la imaginación atrofiado el que nos apoya en la barra del bar, cerveza en mano, intentando descansar de la realidad, del discurso oficial de que “las cosas son como son”.

Hoy quiero lanzar un reto: Soñar fuerte.

Imaginar que la vida es distinta a cómo la percibimos y que existen otros mundos locos por inventar. Dejarnos llevar por la ilusión. Desplegar la fantasia en nuestro día a día. Jugar como cuando teniamos 10 años y los castillos estaban hechos de sillas y cojines.

La imaginación no tiene rango. Esta bien para pasar un rato, para las artistas o las criaturas pero cuando nos convertimos en personas adultas la imaginación se guarda en un cajón y la que manda es la razón, la lógica, la ciencia, lo que se puede demostrar.

Nos metemos en el carril de lo que es indiscutible y solo vemos “lo que hay”.

El lugar que ocupaban los sueños ahora lo llena la publicidad que nos dice lo que queremos: un viaje, una reforma en casa, ir a cenar a ese sitio que acaba de abrir...

Frente a la denostada afición por soñar se nos presenta como la salvación otro verbo más serio, con más caché: Innovar.

¡Ah! Ahora todas las empresas que se precien quieren innovar, los gobiernos, los partidos políticos se llenan la boca de aires nuevos, lo nunca visto, ¡el gran cambio! La Solución a todos nuestros problemas...

Y aquí me surge una pregunta ¿es posible innovar sin soñar?

Como no tengo la respuesta me voy al diccionario a ver qué dice:

Soñar

Discurrir fantásticamente y dar por cierto y seguro lo que no lo es

Innovar

1.Mudar o alterar algo introduciendo novedadaes

2.Volver algo a su estado anterior.

¡Revelador!

En la definición de Soñar está implícito que mientes, “dar por cierto y seguro” ¿Eh? ¿Quién ha hecho esta definición ? ¿Dónde está el placer, la creatividad, los nuevos lugares, paisajes, personas... ¿Quién dijo que las soñadoras dan por cierto nada?

Cuando te das permiso para soñar lo que haces es abrir puertas a otras posibilidades que por el momento no existen. Te conviertes en exploradora de otros mundos, encuentras otras soluciones, otras maneras de hacer. Esto no quiere decir que creas firmemente en lo que sueñas pero sí te da una palanca para probar otros caminos. A partir de ahí, ensayo y error.

La segunda acepción de Innovar me ha volado la cabeza “Volver a su estado anterior” ¡JA! Ahora entiendo la insistencia de los madamases en que innovemos para que todo sea como siempre ha sido: Los de arriba arriba, los de abajo abajo.

Queremos innovar pero sin que cambien las cosas realmente, innovar copiando lo que a otros les funciona. El mismo perro con distinto collar.

Soñar permite querer hacer cambios, pone en marcha el motor del deseo, y el deseo impulsa a tomar acción.

Innovar es más serio que soñar.

¿Y qué?

¿No están ya aburridas de tanta seriedad?

Yo quiero Soñar, soñar fuerte, en alto, en marcha. Quiero soñar acompañada. Me encantaría una soñada colectiva turolense

¿Cómo nos imaginamos el futuro de nuestra tierra? ¿Cómo soñamos nuestros paisajes? ¿Qué anhelamos con fuerza? ¿Cual es nuestro deseo? Marcamos un día en el calendario para darnos permiso a soltar las riendas de la mente y volar a un mundo donde podamos existir libremente.

Soñar para reEvolucionar.