Cuando La Familia tiene más sentido que nunca
Ricky Rubio ha dicho “basta”. O, mejor dicho, ha sido su cabeza quien le ha dado muestras de que necesita apartarse temporalmente de su actividad profesional, y el líder de La Familia ha decidido hacerle caso y parar por un tiempo indefinido.
No quiero detenerme hoy sobre esta decisión, sino sobre dos aspectos colaterales que me han sorprendido en este tema. Y digo que no quiero centrarme en el hecho en sí, porque, por suerte, cada vez se ve con más naturalidad que las lesiones mentales se aborden exactamente igual que las físicas.
El caso de Simone Biles en los Juegos Olímpicos de Tokio fue el punto de inflexión a la hora de poner la salud mental de los deportistas de élite en el centro del tablero de juego, y, poco a poco, se va viendo como algo normal que un deportista se tome un receso para recuperarse de casos de depresión o ansiedad, por poner solo dos de los ejemplos más repetidos.
Les decía que quería centrarme en dos aspectos colaterales del anuncio de Rubio. El primero es cómo la Selección ha cerrado filas en torno a su líder. Desde que Ricky anunció su decisión de parar, prácticamente todos sus compañeros y el mundo del baloncesto en general llenaron las redes sociales de mensajes de apoyo al base catalán. Ni un solo reproche para un jugador vital para su equipo (no obstante, fue MVP del último Mundial, en el que España ganó la medalla de oro), quien se perderá casi con total seguridad el próximo Campeonato del Mundo. A su equipo eso ahora mismo le parece secundario. Chapeau.
Reproduzco a continuación solamente uno de esos mensajes, de Sergio Scariolo, seleccionador nacional: “En La Familia, desde siempre, las personas vienen antes de los resultados. Todo mi cariño y apoyo a Ricky, y mi admiración por su transparencia y a través de ella su capacidad, una vez más, de liderar con el ejemplo”. Me parece un mensaje tan impecable, que yo solo puedo ponerme de pie y aplaudir al italiano. Liderar es exactamente eso: apoyar a tu mejor jugador en una decisión tan compleja y acompañarlo en el momento duro que está atravesando. Cuando vengan bien dadas, Ricky estará ahí siempre para su equipo y para su líder.
El segundo aspecto sobre el que quería centrarme es la responsabilidad general de los medios de comunicación al tratar un tema tan delicado. En su mensaje, a través de la web de la FEB, Ricky pedía respeto a su privacidad para superar el momento, y añadía que ya daría explicaciones más adelante.
Hasta el momento en el que escribo estas líneas, no he leído ninguna página o rumor acerca del tema, más allá de los periodistas haciéndose eco del comunicado de la FEB de forma limpia y sin amarillismos. Y eso es de agradecer, porque eso es también ayudar al jugador en su proceso de recuperación. Creo que, en este caso, todas las partes implicadas han actuado de manera sobresaliente en cuanto a delicadeza y ética y rigor profesionales.
Y es que un equipo que se denomina a sí mismo “La Familia”, solo podía reaccionar así: ayudando y apoyando a su miembro herido hasta que se recupere y pueda seguir dándonos alegrías a los aficionados españoles al deporte. Pero eso, hoy, es secundario. Buena salud, Rubio.
P.D.: antes del cierre de estas líneas, leo con tristeza sobre la muerte de Bahamontes. Un pionero sobre las dos ruedas, primer ganador del Tour nacido en nuestro país. Descanse en paz, LEYENDA.