Y lo que nos hemos reído Mariano

En una ocasión impartiendo una conferencia sobre cine español en la Universidad de Alicante, una asistente expresaba que no era lo habitual especializarse en el cine patrio, lo importante era el de Hollywood, según ella claro. Sin entrar a referir la importancia del cine español en multitud de películas, dije aquello de: ser especialista en Kubrick o Scorsese es muy chic, pero a ninguno se le ocurrió hacer algo parecido a Muerte de un ciclista.

Con Mariano Ozores pasa un poco eso y más, la crítica española fue feroz (y no de premio precisamente) con el director madrileño, probablemente porque existe una manía grabada a fuego entre los críticos de cine, la de dar marchamo de intelectualidad, aunque la película ni la persiga ni la necesite. A la hora de hablar de Mariano Ozores hay que significar que sus planteamientos eran claros, que su método funcionaba, que no pretendía hacer un cine al estilo Bergman aunque curiosamente en los inicios de su filmografía hay una película de ciencia ficción La hora incógnita (1963) todo un fracaso que lleva por delante a La Hispánica, productora que el mismo había fundado.

Hijo de Actores

Comienza en la tramoya, sus padres Luisa Puchol y Mariano Ozores, tienen su propia compañía, tiene 17 años y junto a él sus hermanos José Luis y el archiconocido Antonio Ozores pasan por la misma experiencia; ya en los cincuenta empieza a trabajar en la productora de Benito Perojo toda una personalidad pionera del cine español, con Perojo inicia esa etapa como guionista en colaboración con Alfonso Paso con quien colabora en tres películas, con el inicio de la andadura de Televisión Española, trabaja como director de programación, posteriormente hacia el final de la década presenta Aeropuerto Telefunken, un programa pionero de entrevistas y variedades dirigido por Pedro Amalio López.

Paso firme en los sesenta

Y los hace con tres películas que poco o más bien nada tienen que ver con lo que será su filmografía años después, en 1962 produce y rueda Salto mortal, probablemente la cinta en la que Mariano Ozores intenta entroncar con las vanguardias cinematográficas del momento, sin mucho éxito por otra parte, un año después con Alegre juventud se asoma al cine de temática religiosa sin excesivo respaldo del público y mucho menos de la crítica, y en 1964 realiza La hora incógnita, una apuesta por la ciencia ficción que fue un auténtico desastre en taquilla, curiosamente en esta producción la crítica cinematográfica fue más benevolente, factores que como antes se indicaba llevo a la ruina a la productora que había creado.

Es entonces cuando decide hacer un cine más popular, con historias cotidianas, crítica política y costumbrismo; tenía Ozores una particular manera de plasmar en cada película el humor, apoyado en ciertos toques de picaresca, un dardo sin duda muy español, buen ejemplo de ello es Suspendido en sinvergüenza (1965) su primer éxito en taquilla; su éxito irá creciendo con tramas donde la represión sexual de la época forma parte de sus guiones, pero sin duda la incorporación de Alfredo Landa en sus producciones, multiplicó su cine personal y sobre todo de éxito taquillero; tres ejemplos de taquillazos fuera de serie El reprimido, Jenaro el de los 14, Manolo la nuit y Dormir y ligar, todo es empezar en las que el actor navarro es protagonista indiscutible.

El trío de triunfos

Y no es otro que el formado por el propio Ozores con Fernando Esteso y Andrés Pajares, en 1979 realiza con la pareja de humoristas Los bingueros, el estreno coincide con la legalización del juego en España el éxito de Ozores, Esteso y Pajares fue rotundo en taquilla, el trío llegó a conseguir más de un millón de espectadores por cada una de las nueve películas que hicieron juntos. A principios de los ochenta seguía contando con las preferencias del público, y buen muestra en taquilla fueron Todos al suelo y Cristóbal Colón, de oficio... descubridor cada una llego alrededor del millón y medio de espectadores.

Actores y tramas

Con Ozores trabajaron casi todos, lo decía David Trueba que añadía que Mariano Ozores huía de las fiestas, que no le gustaba ir de saraos, mejor en casa; en sus películas independientemente de los éxitos de Esteso, Pajares y el mencionado Alfredo Landa, tampoco hay que olvidar a grandes de la pantalla española como José Luis López Vázquez, José Sacristán, Florinda Chico, Concha Velasco Rafaela Aparicio, Gracita Morales o Paco Martínez Soria.

Su producción es merecedora de la condición de segundo director en España con más películas, un total de 96. Para la Academia un trabajador incansable, se comentaba que una vez llegaba a casa después de los rodajes seguía trabajando en guiones, no hay que olvidad que Ozores llegó a realizar hasta seis películas por año, evidentemente con su estilo y visión del cine, pero no exentas algunas de crítica social, además de crítica política, y de imágenes que ahora son un tesoro para analizar la España de esos momentos. Contaba el propio Mariano Ozores que en ocasiones iba al cine a ver sus películas con un magnetofón y grababa las risas y así tenía constancia de cuáles eran los chistes que mejor resultaban. Según el director las claves de la comedia eran la sorpresa del espectador y la representación de la cotidianidad, y en ese punto la elección de los actores según Ozores era en gran medida la clave de un buen resultado.

Un total de 96 películas que vieron alrededor de 90 millones de personas, y como hemos dicho, en muchas ocasiones la crítica no le fue favorable. No es que a estas alturas digamos que el cine de Ozores tenga que ser vanagloriado por su fallecimiento, precisamente su cine era sencillo, sin más pretensiones, cuando se habla de Hollywood hay que recordar que aquello no deja de ser una industria que en ocasiones (las menos) hace arte, Ozores pretendió hacer el cine que quería y lo consiguió, tampoco hay que sacar ninguna conclusión ni ponerse intelectual, en 2002 saca a la luz su libro Respetable Público. Como hice casi 100 películas, donde el director cuenta los entresijos de sus ideas en cada película. Pionero de la Academia de Cine, en 2016 recogió el Goya de honor.