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Una historia diferente. Klaus (2019), la película de animación española Una historia diferente. Klaus (2019), la película de animación española
La vuelta a la ilusión

Una historia diferente. Klaus (2019), la película de animación española

Nominada al Oscar, la cinta se realizó íntegramente en España
Javier Hernández-Gracia

La generosidad puede cambiar las malas costumbres, la animadversión y el odio injustificado; ese es el mensaje de Klaus, la historia está llena de aventura, humor, sensibilidad y algún momento dramático que conmueve al espectador, porque esta no es solo una historia para niños, también tiene una lectura más adulta, quizás Klaus reivindica ese cine de animación no solo para los niños, aunque haya una producción de factoría para los más pequeños, hay animación para todas las edades y este es un firme ejemplo.

La historia de Jesper y Klaus

El joven Jesper vive la vida, hijo de un adinerado empresario postal, es incapaz de trabajar o estudiar. Cansado de la vida poco productiva de su hijo, su padre decide enviarlo a una isla llamada Smeerensburg, cerca del Círculo polar ártico; Deberá reabrir la oficina de correos y lograr que dicho punto envíe 6000 cartas en un año, en caso de no conseguir el objetivo Jesper perderá su posición y herencia. A su llegada a la Isla el joven descubre un pueblo con divisiones irreconciliables lideradas por dos clanes enemigos entre sí, de una parte los Ellingboe y por otra los Krum, que viven permanentemente enfrentados, jamás se han enviado cartas, y la vida en el pueblo se hace irrespirable.

Dos personas se cruzarán en la vida de Jesper y con ello comenzará a cambiarlo todo en el día a día rutinario y pendenciero de Smeerensburg. Por un lado Klaus, Un carpintero con cierto aire de misterio, que vive solo en una cabaña alejada llena de juguetes que él mismo ha creado. Por otra parte Alva, pescadera de aparente carácter fuerte que antes fue maestra de escuela en la localidad. Un dibujo cambia la situación llena de tirria que preside la vida de los habitantes isleños, Klaus encuentra un dibujo, parece de un niño triste; el viejo carpintero decide enviarle un juguete de su almacén, para ello contará con la inestimable ayuda de Jesper. Cuando el resto de niños del pueblo conocen lo ocurrido, comienzan a pedir en cascada más juguetes, esto significa una oportunidad para el joven cartero, que la población menuda comience a escribir cartas.

Muchos niños víctimas del rencor de los mayores no saben leer ni escribir, lo que desemboca en la petición a la joven Alva para que vuelva a convertir la pescadería en Escuela, incluso se produce una transformación en la maestra que abandona la amargura a la que estaba sometida e inicia la apuesta para convertir un lugar lúgubre en la escuela que fue. Con todos estos acontecimientos comienza a vislumbrarse un cambio de actitud en el pueblo, los niños se suman a actos de generosidad y buenos modales, lo que origina molestar a los líderes de los clanes que no están dispuestos a que terminen las hostilidades que han reinado en Smeerensburg durante años; se suceden pues momentos de tensión, valentía y ternura.

 

La pequeña Margu

Sin magia ni elfos

Un dibujo -volvemos a ese punto- un imprevisto hallazgo por parte del viejo carpintero solitario, en el desarrollo del filme se va conociendo porque Klaus tiene tantos juguetes, todos ellos construidos por el mismo, junto a su esposa y en la alejada cabaña siempre esperaron la llegada de hijos y mientras se producía esa espera, el artesano iba fabricando esos juguetes para el feliz momento que tristemente nunca llegaría. La irrupción del joven y a veces desesperado Jesper genera un halo de sensibilidad en esta historia, con ella y sin aspectos mágicos, ni duendecillos vamos asistiendo a la incorporación de los renos y del traje rojo, aunque en la tradición nórdica era verde, luego llegaron los de la chispa de la vida y lo pusieron rojo ya en el siglo XX.

Hay un aspecto de la trama que no debe pasarse por alto y es la presencia del pueblo Lapón, un pueblo que acaba convirtiéndose en ayudantes de Klaus. Una apuesta muy decidida de Sergio Pablos que quería presentar la cultura escandinava, en la película los lapones solo hablan su idioma –el sami- de esa manera cuando Jesper el cartero entra en contacto con ellos siente no solo ese encontronazo cultural, también una apertura de mente importante para aquel niño caprichoso incapaz de no hacer nada en su vida hogareña. Los momentos en los que hablan los lapones carecen de subtítulos, pero este aspecto no hace perder un ápice de calidad a la cinta. Un personaje importante además de cálido y encantador es la niña lapona Margu, sonriente plena de bondad y que solo habla lapón. A los personajes les ponen voz, Quim Gutiérrez que es Jesper, Luis Tosar como Klaus y Belén Cuesta pone la voz de Alva.

 

Sergio Pablos

Sergio Pablos, la gran trayectoria

Nacido en Madrid en 1970, pocos conocen que Pablos es el creador de Gru, mi vilano favorito, un personaje que ha creado toda una saga desde Universal Pictures, donde el madrileño realizó años de trabajos. Anteriormente había trabajado en los estudios Disney de Paris, participando en 197 en El Jorobado de Notre Dame y también en Hércules. Sería supervisor de animación en Tarzán 1999, desde su productora en Madrid SPA Studios (Sergio Pablos Animation Studios) realizó Klaus una propuesta muy bien recibida y que obtuvo siete prestigiosos premios Annie entre ellos a la mejor película de animación, premio BAFTA a la mejor película de animación, nominada a dos premios Goya y recibió también la nominación al Oscar a la mejor película de animación, siendo la segunda vez que una película animada española competía por la estatuilla, anteriormente había sido nominada la película Chico y Rita. Como detalle decir que el pueblo de Smeerensburg, donde ocurre la historia, está inspirado en un lugar real en Noruega.