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José Baldó

Adoro el western desde que tengo uso de razón. Las vastas extensiones de tierra yerma, los duelos al amanecer, las cabalgadas bajo un sol de justicia… Conservo el recuerdo de las tardes que pasé junto a mi abuela, sentado alrededor del brasero, sin apartar la vista de la pantalla del televisor. La culpable, una miniserie emitida por TVE a principios de los 90 y protagonizada por Robert Duvall y Tommy Lee Jones, Paloma solitaria. La historia de dos rangers retirados que deciden emprender un viaje para transportar su ganado desde Texas hasta la lejana Montana. Por desgracia, en la actualidad, la serie no se encuentra disponible en ninguna plataforma, pero los cowboys más devotos pueden hincarle el diente a la monumental novela de Larry McMurtry en la que se basa y que acaba de recuperar la editorial Valdemar en su colección Frontera. Un libro imprescindible para devorar con glotonería y recuperar el amor por las historias del lejano oeste.

En los últimos años, las plataformas de streaming nos han regalado westerns en serie tan disfrutables como Deadwood (HBO) o Godless (Netflix), dos ejemplos mayúsculos de un género que parecía dormir el sueño de los justos y al que, por fortuna, todavía le quedan unas cuantas balas en su cargador. La última incorporación al panteón de los grandes seriales del oeste es 1883, una producción que nace con vocación de precuela de la exitosa Yellowstone, todo un fenómeno televisivo en Estados Unidos que ya cuenta con cinco temporadas.

El origen de una saga

La llegada de SkyShowtime a nuestro país nos permite ponernos al día con Yellowstone y conocer a John Dutton (Kevin Costner), el patriarca de una poderosa familia ganadera que posee el rancho más grande de Estados Unidos. A mitad de camino entre otros hitos catódicos como la mítica Dallas o la contemporánea Succession (disponible en HBO), este neowestern con toques de culebrón familiar en la América rural se ha convertido en la piedra angular sobre la que se erige un nuevo universo de ficción. Su creador, Taylor Sheridan, responsable del guión de películas como Sicario o Comanchería y director de un clásico moderno como Wind River, propone conocer los orígenes del imperio Dutton a través de varios ‘spin-offs’ de Yellowstone.

La primera de las propuestas, 1883, es un western canónico que narra cómo dos veteranos de la Guerra de Secesión se prestan a ejercer de guías para una caravana de inmigrantes europeos. A ese viaje desde Texas a Oregón se suman los miembros de la familia Dutton, los antepasados del personaje de Costner, que buscan emprender una nueva vida lejos de los peligros y amenazas de la civilización.

La serie mezcla a la perfección el homenaje a los clásicos del género con el ejercicio revisionista. Por un lado, muestra un respeto reverencial por la épica y el sentido aventurero de maestros como John Ford o Raoul Walsh y, al mismo tiempo, no tiene reparos en exhibir la violencia y la crueldad de la época, despojadas de elipsis y con un realismo descarnado. A todo ello se suma un excelente reparto que reúne a cantantes de música country como Tim McGraw y Faith Hill (ambos pareja en la vida real) junto a pesos pesados de la interpretación como Billy Bob Thornton, Sam Elliott e, incluso, Tom Hanks en un pequeño cameo.

Termino los diez capítulos que componen 1883 con un nudo en la garganta y la sensación de haber descubierto una obra maestra. A pesar de la dureza del camino, de la sangre y el barro, el final deja una puerta abierta a la esperanza y la redención. Vuelvo a McMurtry y a Paloma solitaria, y entre sus páginas encuentro una frase para esculpir en mármol, “la tierra es sobre todo un cementerio de huesos… pero preciosa a la luz del sol”.