

Tras las fuertes oscilaciones que ha experimentado la factura de la luz durante los últimos meses, sumadas a la crisis económica causada por la llegada de la pandemia, los hogares españoles necesitan contar con electrodomésticos eficientes que sean capaces de llevar a cabo sus funciones consumiendo, para ello, la menor cantidad posible de energía. Cabe tener en cuenta, además, que dichas familias necesitarán utilizar también productos que no dañen nuestros electrodomésticos para alargar, en la medida de lo posible, su periodo de utilidad. Sin embargo, muchos subestiman la importancia de contar con este tipo de electrodomésticos en sus domicilios. A lo largo de esta entrada hablaremos en profundidad acerca de los electrodomésticos de consumo eficiente y de las ventajas que ofrecen a sus usuarios.
Con el fin de calificar la eficiencia energética de los electrodomésticos, se creó la conocida etiqueta de eficiencia energética, un sistema de clasificación que lleva utilizándose durante más de 25 años y que, en la actualidad, es obligatorio emplear en frigoríficos de bajo consumo, congeladores, lavadoras, secadoras... etcétera. Tras numerosos cambios, en 2021 este etiquetado se basaba en el uso de muy pocas letras que van de la A a la D. A la letra A se le pueden añadir uno, dos o tres símbolos + para indicar una mayor eficiencia energética. A partir del 1 de marzo de 2021, este sistema de calificación energética dejó de emplear los símbolos +.
El cálculo del consumo de los electrodomésticos viene configurado por tres parámetros diferentes: la potencia, el tiempo de funcionamiento y la eficiencia energética. El consumo tan grande que hace el frigorífico se debe, más que a la potencia que tiene, al hecho de mantenerse conectada las 24 horas del día. Por otra parte, otros electrodomésticos como el horno o la secadora de ropa, a pesar de funcionar con una mayor potencia, se usan de forma esporádica y conllevan un menor consumo energético en el hogar.
Sobre los electrodomésticos eficientes y su consumo eléctrico
En primer lugar, hemos de entender que el uso de electrodomésticos representa más del 60% del consumo eléctrico del domicilio promedio español. Sin embargo, cada uno de estos aparatos lleva asociado un impacto diferente en la factura de la luz que los usuarios deberán tener en cuenta a la hora de ahorrar gastos: si bien el televisor puede suponer el 12%, el frigorífico puede superar, fácilmente, el 30%.Con el fin de calificar la eficiencia energética de los electrodomésticos, se creó la conocida etiqueta de eficiencia energética, un sistema de clasificación que lleva utilizándose durante más de 25 años y que, en la actualidad, es obligatorio emplear en frigoríficos de bajo consumo, congeladores, lavadoras, secadoras... etcétera. Tras numerosos cambios, en 2021 este etiquetado se basaba en el uso de muy pocas letras que van de la A a la D. A la letra A se le pueden añadir uno, dos o tres símbolos + para indicar una mayor eficiencia energética. A partir del 1 de marzo de 2021, este sistema de calificación energética dejó de emplear los símbolos +.
El cálculo del consumo de los electrodomésticos viene configurado por tres parámetros diferentes: la potencia, el tiempo de funcionamiento y la eficiencia energética. El consumo tan grande que hace el frigorífico se debe, más que a la potencia que tiene, al hecho de mantenerse conectada las 24 horas del día. Por otra parte, otros electrodomésticos como el horno o la secadora de ropa, a pesar de funcionar con una mayor potencia, se usan de forma esporádica y conllevan un menor consumo energético en el hogar.