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La novia de España La novia de España

La novia de España

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Javier Hernández-Gracia

Aseguraba Mary Santpere, que sin maquillaje las dos actrices con los rasgos más dulces y bellos de la cinematografía española eran Carmen Sevilla y Amparo Rivelles. Un lejano 16 de octubre de 1930 nacía María del Carmen García Galisteo, en el barrio sevillano de Heliópolis.

Sevilla tuvo que ser y desde pequeña la artes y el embrujo de la canción y la interpretación escribían línea a línea el destino de Carmen, hija de Antonio García Padilla Kola uno de los compositores y letristas previos y a la vez contemporáneos de la explosión de la copla que alumbrarían la fértil inspiración de Quintero, León y Quiroga, pero antes de ese paso trascendental Kola ya hacía canciones para artistas emergentes como Estrellita Castro, precisamente la tonadillera sevillana jugará un papel fundamental en la carrera artística de Carmen Sevilla, que a partir de los años cuarenta será una de las actrices más populares de la pantalla española.

Con Carmen Sevilla pasa como con muchas otras actrices que tienen tronío y raíz en la copla o en las amplísimas variables de la canción española, y es que cuando se acuña el termino folclórica se crea una especie de plano estanco que a partir de la transición española se revistió y tildó de rancio de una manera gratuita inexacta y poco razonable.

La mayoría de las artistas de esa época y de ese estilo sabemos que ante todo eran grandes por su trabajo constante, gente solidaria y con un espíritu de sacrificio que creó escuela. Horas de piano y ensayo, de tono y estudio que ese arte obligaba, tampoco debemos olvidar ese marchamo pionero que hay en muchos y muchas, desde Miguel de Molina a Angelillo desde Imperio Argentina a Sara Montiel y cómo no, Lola Flores y Carmen Sevilla.

Y es que el cine español, fue masacrado con la guerra civil, el espíritu emprendedor del llamado cine de la República, quedó roto con el golpe militar de julio del 36, y lo que vino después en muchos casos necesitó de mucha astucia y audacia; Carmen Sevilla, pionera sirva como ejemplo su protagonismo en la apertura de nuevas colaboraciones con el cine francés, ese que tanto sustento dio a la precaria industria española antes y después de la contienda; cómo olvidar esas Violetas imperiales donde supimos de primera mano con Luis Mariano que en esa corte francesa Carmen de España era más que gitana, princesa.

Con la llegada de los cincuenta -década dorada- en las salas de la historia del cine aparecen títulos importantísimos como es el caso de la adaptación de La Fierecilla Domada; de nuevo Francia ponía los medios y Alberto Closas y Carmen Sevilla la interpretación de esta adaptación de la comedia de William Shakespeare; en 1958 a las ordenes de Juan Antonio Bardén rueda La Venganza, primera producción española en competir por el Oscar de la Academia a la película de habla no inglesa.

Cruzar el charco era sinónimo de oportunidades, y de nuevo el espíritu pionero, la importancia de Méjico, donde estaba instalada la intelectualidad española de exilio. A estas alturas sería torpe no reconocer que la belleza de Carmen Sevilla abría puertas, y así en los sesenta de par en par se abrieron las producciones norteamericanas de la factoría de los sueños. Hollywood meca y pantalla, la convirtió en María Magdalena en Rey de Reyes bajo las órdenes de Nicholas Ray, con parte del rodaje en España.

El 23 de febrero de 1961, Zaragoza se echa a la calle para ver a Carmen Sevilla vestida de blanco con maravilloso vestido corte princesa de nuestro Manuel Pertegaz; boda con Augusto Algueró ese grande de la música, y a partir de ahí la vida siguió con el arte, los escenarios y los platós con más de sesenta películas, y cómo no, la radio, esa presencia sin la cual la historia musical de España no se entendería, a posteriori las idas y las vueltas y los retiros y la familia Philips, familia feliz, luego vendrían los Telecupones.

En Carmen hay alegría que corría por las venas y sin saber porqué motivo, sin saber porqué razón, y es que la más moderna de las tonadilleras siempre cantaba todo aquello que componía su marido, incluso fue pionera del Te quiero, Te quiero que haría universal dos años después de su primera grabación Nino Bravo. Carmen García Galisteo, la hija del maestro Kola, la nieta del periodista José García Rufino; Carmen Sevilla, Carmen de España, la novia de España, sueño y aplauso de una generación de país que tuvo en su interpretación y en sus canciones motivo para la sonrisa y para la alegría; hay grandes momentos que por sencillos se escriben con la pluma de una gallina y la tinta de un calamar.