Cáritas Teruel constata la creciente dificultad de acceso a la vivienda

La mejora de la situación socioeconómica ha permitido a Cáritas Diocesana de Teruel y Albarracín mantener en 2024 unas cifras de atención similares a las del año anterior, aunque sí que ha constatado la pobreza se ha cronificado entre las personas sin empleo o con un empleo precario y, sobre todo, el incremento de las dificultades para acceder a la vivienda, para cumplir con los requisitos exigidos y para hacer frente a los altos precios del alquiler.

Cáritas presentó este miércoles su Memoria 2024, un año en el que atendió a 592 familias en situación de vulnerabilidad, 3 menos que un año antes, y a 669 personas sin hogar, 13 más, “promoviendo su dignidad y facilitando procesos de inclusión social”.

“Es verdad que desde Cáritas se trabaja mucho, pero deberíamos hacer más y en ese propósito estamos: que todas las parroquias tengan una mínima estructura de Cáritas”, subrayó durante la rueda de prensa el obispo diocesano, José Antonio Satué, quien recordó que “la memoria de Cáritas nos recuerda que hay gente a nuestro lado que lo está pasando regular y es nuestro deber visibilizarlo”. En el contexto del Jubileo de la Esperanza convocado por el Papa Francisco, el obispo añadió: “La solidaridad es la mejor palanca para poner en valor la esperanza”.

La memoria recoge la acción integral desplegada en la diócesis, que ha incluido programas de empleo inclusivo, recursos de acogida y acompañamiento, apoyo a la infancia, promoción del comercio justo y numerosas iniciativas de voluntariado. Más de 400 personas voluntarias, lo que supone el 81 % del equipo humano, han sido parte activa de este esfuerzo común por sembrar esperanza en la provincia, destacaron desde la entidad.

“Queremos ser parte de una Iglesia que no se queda sentada, sino que sale al encuentro, acompaña, escucha y sostiene”, destacó el director de Cáritas Teruel, Antonio Hernández, que insistió en la importancia de poner a la persona en el centro y de construir una sociedad “más justa y fraterna” desde lo cotidiano.

Entre las cifras destacadas, sobresalen las más de 530 personas atendidas en los programas de empleo, los 110 niños y niñas beneficiarios de acciones socioeducativas y las 9 viviendas gestionadas para familias sin hogar. A ello se suma el impulso de la empresa de inserción Adarve y el proyecto Apadrina un abuelo, en el que 74 jóvenes compartieron tiempo y vida con mayores de la provincia.

Pobreza cronificada

El área de acción social ha detectado un agravamiento de las situaciones de pobreza cronificada. “Lo que más nos preocupa son aquellos hogares que dependen de ayudas y tienen muchas dificultades para recuperar su autonomía”, explicó Mapi Fombuena, trabajadora social. La mayoría, dijo, están formados por personas sin empleo o con un empleo precario y un bajo nivel formativo que dificulta su acceso al mercado laboral.

Una de las principales preocupaciones sigue siendo el acceso a la vivienda: “Los precios son muy altos, los requisitos difíciles de cumplir, y la oferta de alquiler cada vez más escasa”, añadió Fombuena. En 2024 se habilitó un nuevo espacio habitacional en el colegio San Nicolás con 19 habitaciones, lo que supuso “un importante incremento presupuestario”. En concreto, Cáritas destinó 119.600 euros a vivienda en 2024, el 7,76 % de su presupuesto.

En este sentido, la entidad ha constatado un incremento del sinhogarismo: 682 personas recibieron atención por este motivo el año pasado frente a las 669 que lo hicieron el anterior. Los recursos invertidos en este área ascendieron a 226.768 euros, lo que representa el 14,71 % del total del presupuesto, según la memoria presentada este miércoles.

En materia de empleo, Cáritas realizó siete cursos de formación en distintas comarcas. Este ámbito fue el que contó con una mayor dotación presupuestaria: 650.275 euros, lo que supone más del 42 % del total.

“El año pasado participaron 87 personas en cursos de formación y entre el 40 % y el 50 % encontró empleo”, detalló María Longás, responsable del área de Empleo. Muchas de estas formaciones incluyeron certificados de profesionalidad y respondieron a necesidades reales detectadas tanto en las personas acompañadas como en el tejido empresarial. se llevaron a cabo cursos en materia de apoyo a las personas, lampistas y energías renovables, peones forestales y de albañilería y operario de logística, además del programa experiencial impartido en colaboración con el Instituto Aragonés de Empleo.

Con una inversión total de 1,5 millones de euros, procedente en gran parte de subvenciones públicas, socios, donaciones y prestaciones de servicios, “Cáritas Teruel continúa con su labor de acompañar, animar comunidades y anunciar que la fraternidad es posible”, concluyeron.