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Carlos Mediano, presidente de Medicus Mundi: Carlos Mediano, presidente de Medicus Mundi:
Carlos Mediano, el pasado miércoles en el salón de actos del Vicerrectorado de Teruel

Carlos Mediano, presidente de Medicus Mundi: "En cualquier guerra la población más vulnerable son las mujeres y los menores"

"Uno de los mayores focos de iniquidad en el mundo es el referente al género"
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Carlos Mediano es el presidente de Medicus Mundi y esta semana ha estado en Teruel con motivo del curso Salud Global 2022, una iniciativa de Medicus Mundi, que cuenta con la colaboración de la Cátedra de Cooperación para el Desarrollo de la Universidad de Zaragoza y financiación del Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, que se está desarrollando en el Campus de Teruel.

De 16 horas lectivas y de carácter gratuito, el curso es presencial. Tendrá continuidad los días  9 y 10 de marzo desde las cuatro de la tarde en el salón de actos del edificio del Vicerrectorado. En las sesiones de la primera jornada se abordaron temas como la salud global y género y salud. Al día siguiente se conocieron experiencias de intervención en el ámbito de la salud con perspectiva de género en Aragón y se abordó de la violencia de género.

Esta semana, coincidiendo con la celebración del Día Internacional de la Mujer, se darán a conocer proyectos contra la violencia de género y por la salud de las mujeres de Perú, El Salvador y El Congo.

-¿Cuál es el objetivo del curso que Medicus Mundi está impartiendo en el Campus de Teruel?
-Cada año asumimos una de las partes de la salud global. La gente, cuando habla de la salud global lo plantea con una concepción geográfica pero nosotros también lo hacemos desde un concepto sectorial. La salud no es lo mismo que la sanidad. Los que hemos trabajado en África hemos visto que si había un problema de diarreas lo que hacía falta era un ingeniero que le hiciera una fuente de agua potable. La salud tiene interrelación con muchos sectores y uno de ellos es el de género que es el que abordamos este año. Uno de los mayores focos de inequidad en el mundo es el de género y muchas mujeres sufren por ello a nivel mundial.

-¿Cuáles son los principales problemas?
-No es solo la parte materno-infantil, que también, porque cada día mueren en el mundo 830 mujeres por problemas de embarazo y parto, que no es una enfermedad y si tuvieran un acceso adecuado al sistema sanitario el 80 o 90% no morirían. Es un problema de inequidad y salud global pero también es un problema la incapacidad que sufren las mujeres en muchos sitios para asuntos tan simples como ir al médico cuando lo necesita o tomar medidas anticonceptivas si así lo quiere.

-¿Hay alguna zona geográfica donde esta inequidad sea peor que en otros?
-En general existe en todos los países. África es el continente con peor situación y si hablamos de mortalidad materna es en África subsahariana y el suroeste de Asia. Pero va más allá y uno de los problemas que ha habido cuando planteamos el derecho a una salud global es que se plantearon programas que se centraban en la mujer y en los niños y niñas. Es algo muy importante pero queda fuera de las prioridades casos como por ejemplo los de una mujer de 55 años que tiene un cáncer  y no tiene acceso a un servicio sanitario. Eso es a lo que nosotros queremos darle la vuelta. Hace falta una concepción global de la salud para solucionar de verdad los problemas de salud de toda la población.

Pandemia

-¿Qué nos ha enseñado la pandemia en este sentido?
-Lo que nos ha enseñado es que la salud no tiene fronteras. La diabetes, el cáncer o la hipertensión son enfermedades que se ven cada vez más en los países más empobrecidos.

-Son enfermedades ligadas también a la edad. ¿Viven más años las mujeres que los hombres en estos países?
-También está ligado a determinantes comerciales de la salud. Son acciones que hacen determinadas empresas y que favorecen hábitos insalubles. Por ejemplo, cuando comenzamos a llevar proyectos Senegal, hicimos una exploración de mujeres entre 30 y 50 años, y la mayoría tenía hipertensión y diabetes y muchas de ellas no lo sabían. Son enfermedades invisibles, pero existen y cada vez tienen más peso. De hecho, las enfermedades no transmisibles son las que matan a la mayor parte de la población mundial. La covid mató este pasado año a 3,6 millones de personas. Es la enfermedad infecciosa que más personas ha matado por una sola causa, también lo fue en 2020, con la mitad de muertes. Pero si lo comparamos con las casi 18 millones de muertes de problemas cardiovasculares vemos que hay problemas que no han desaparecido. La covid-19 ha hecho que pareciera que el resto de problemas no existían y sin embargo ahí estaban.

-¿Cómo se puede solventar estos problemas de salud globales?
-Nosotros apostamos por  sistemas de salud fuertes que permita que estas acciones concretas sean sostenibles y a la vez trabajar en todos esos determinantes sociales y comerciales de la salud. Hay que hacer un análisis y  ver qué efecto tiene en la salud todas las políticas de una manera transversal. Por ejemplo, si se construye un pantano en África se puede estar cambiando el vector que transmite la malaria que necesita humedad y en un sitio que no había esa enfermedad puede aparecer. En todas las políticas que se hagan hay que ver qué efectos tienen en la salud y también en la perspectiva de género.

Cambios

-¿Ese cambio lo tienen que hacer los gobiernos o también organizadores como la vuestra?
-Nosotros lo que hacemos es de facilitadores. Para trabajar todo esto hay diferentes formas de entrada, mediante la salud pública que trabaje todos estos determinantes y fortaleciendo la Atención Primaria, como el acceso al sistema sanitario y el lugar donde puede participar la gente. Hay que hacer políticas de abajo arriba desde las necesidades de la población hacia las grandes políticas y encontrar un equilibrio y unos puntos de encuentro entre ellos. Hay asociaciones pequeñas que trabajan su pequeño mundo y no ven el contexto global y las grandes políticas no se fijan en esos pequeños contextos, necesitamos puentes de unión entre los dos.

-La guerra en Europa del Este está produciendo que salgan de Ucrania sobre todo mujeres con niños, porque los hombres se tienen que quedar. ¿Cómo ve este nuevo panorama?
-En cualquier guerra la población más vulnerable son las mujeres y los menores. Uno de los grandes determinantes de salud en el mundo es la paz. Sin paz no es posible mantener un sistema sanitario ni buscar políticas de desarrollo de salud y lo único que podemos pedir desde Medicus Mundi es que haya paz.

-¿Medicus Mundi trabaja en la zona de conflicto?
-Nosotros trabajamos cooperación al desarrollo y solo cuando estamos en el país donde ocurre un conflicto nos ponemos a la orden del Ministerio de Salud para fortalecer el sistema. Tenemos una rama que es Medicus Mundi Polonia y ellos sí que estarán trabajando de forma directa pero lo único que puede paliar esto es que se detenga el sinsentido de la guerra.

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