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Caso Joel García: La acusación dice que las periciales prueban que Caso Joel García: La acusación dice que las periciales prueban que
Los dos agentes acusados, de espaldas, cuando se reanundo el juicio en la sala de vistas de la Audiencia

Caso Joel García: La acusación dice que las periciales prueban que "todo se hizo mal" en la actuación policial

Carlos Guía incide en que los agentes retiraron los elementos de la escena y la alteraron
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La acusación particular que representa a la familia de Joel García, el joven andorrano que fue abatido por la Guardia Civil cuando intentaban reducirlo porque padecía un brote psicótico, consideró este miércoles que las pruebas periciales practicadas en el juicio que se sigue contra dos de los agentes intervinientes demuestran que “todo se hizo mal” y que fue una “barbaridad” lo que ocurrió.

Además, el letrado de esta parte, Carlos Guía, manifestó que se ha probado que los agentes retiraron los elementos de la escena del crimen y la alteraron. Dos de los guardias que intentaron reducir al joven que padecía el trastorno mental están acusados de un presunto delito de lesiones y homicidio imprudente en uno de ellos, y de un delito de lesiones en el otro.

La vista, que se celebra en la Audiencia Provincial de Teruel, se reanudó el miércoles, pero volvió a suspenderse y se citó a las partes el 4 de julio para que pueda declarar como testigo la médico de la UME de Alcañiz que acudió ese día, que no ha podido hacerlo hasta ahora y cuyo testimonio es fundamental, según manifestó Guía.

Informes finales

Habrá que esperar hasta ese día para conocer los informes finales de las partes, ya que el resto de la prueba testifical y pericial ya se ha practicado entre el pasado lunes y ayer. Por la sala de vistas de la Audiencia han pasado miembros de los equipos sanitarios que intervinieron el día de los hechos en Andorra, pero falta por conocer el testimonio de la facultativa de la UME que se desplazó. Guía considera que su declaración será esclarecedora para demostrar que ese día no se hicieron las cosas como se tendrían que haber hecho.

Médicos forenses y miembros de la policía científica y judicial  comparecieron ayer en la vista de forma presencial, o intervinieron por videoconferencia, después de que el lunes lo hicieran los testigos. Entre quienes pasaron ayer estaban los agentes que consignaron los elementos incautados. Sobre esta cuestión, la acusación particular intentó incidir en que no se preservó cómo quedó el escenario en el que ocurrió todo.

Carlos Guía enfocó su interrogatorio a demostrar que los agentes retiraron las pruebas de la escena y la alteraron. Cogieron tanto el cuchillo partido como el destornillador, ambos empleados por la víctima, que padecía un brote esquizofrénico psicótico agudo. Los retiraron y los entregaron después en el cuartel de la Guardia Civil, con lo cual no pudo preservarse el escenario en el que ocurrió el suceso ni saber dónde se encontraban.

Declaraciones contradictorias

Las declaraciones de los agentes son contradictorias con la versión que dan el padre y el hermano, que estaban presentes en el momento en que dispararon contra Joel. Según los familiares, cuando Joel salió del salón iba desarmado porque su padre le había golpeado el brazo con un palo y había tirado el destornillador. En cambio, los agentes sostienen que salió al porche amenazándoles con la herramienta y que tras reducirlo quedó allí.

Al haber sido retirada por los propios agentes que intervinieron y la entregaron posteriormente en el cuartel, no es posible ahora saber quién dice la verdad, si los guardias o el padre y el hermano. De no haberse alterado la escena del suceso al retirar los elementos, ahora podría saberse si el destornillador estaba en el salón como afirma la familia, y por tanto al salir al porche exterior no lo llevaba e iba desarmado cuando el guardia disparó contra él. Previamente había perdido también el cuchillo de mesa al partirse en la mosquitera de la puerta, según quedó acreditado en las testificales.

Incautación de los elementos

Además, el letrado de la familia puso énfasis en la diligencia de incautación de los efectos intervenidos, entre los que estaba la chaqueta anorak del guardia que disparó. En la diligencia no consta que los agentes vieran algo anormal en la prenda, mientras que cuando ayer se exhibió en la vista, presentaba un rasgón en la parte izquierda del pecho, junto a la insignia del instituto armado.

Ese rasgón sería compatible con lo manifestado por el guardia que disparó al fallecido, que en su testimonio dijo que se abalanzó contra él armado con un destornillador y que por eso abrió fuego en defensa propia. El abogado de la acusación llamó la atención sobre el hecho de que el rasgón no estuviese en la chaqueta cuando se incautaron los efectos de la escena del crimen, y en cambio después haya aparecido rasgado en esa parte.

De igual forma, este letrado llamó la atención sobre el informe pericial de un médico cuyo testimonio como prueba propuso la Fiscalía, y que indica que el agente que disparó tenía un eritema en la parte izquierda del pecho, a la misma altura donde estaba el rasgón en la chaqueta.

El médico perito explicó que esta lesión era compatible con el impacto de un destornillador al abalanzarse contra el agente que llevaba el arma. Guía observó en cambio que ese informe se hizo el 4 de febrero, casi un mes después de los hechos, que ocurrieron el 11 de enero de 2021. Además, incidió en que el agente llevaba chaleco antibalas.

Acusación

El abogado de la acusación cuestionó otros aspectos vistos en el juicio, sobre los que se centrará en su informe final cuando se reanude la vista, y consideró probado que fue imprudente la actuación del agente que disparó y acabó con la vida de Joel.

Los médicos que hicieron el informe de la autopsia señalaron que la víctima recibió tres disparos, dos de los cuales entraron y salieron del cuerpo y el proyectil de uno impactó también en la pierna del hermano. Dos entraron en vertical y otro en oblicuo cuando caía hacia delante. La forense indicó que los dos primeros eran suficientes para inmovilizar y que el que entró por el hombro atravesó la aorta. Estimó que los dos primeros fueron los que entraron por el abdomen -con orificio de entrada y salida- y el tercero por el hombro -en oblicuo, con una trayectoria de arriba a abajo y quedando el proyectil dentro del cuerpo-.

La acusación sostendrá en cambio durante la exposición de sus conclusiones finales cuando se reanude el juicio, que el del hombro fue el segundo, al girar el cuerpo la víctima por el primer impacto. Habría recibido por tanto el balazo por la espalda, según la opinión de la acusación, y al volver a girar por los tiros entró de frente el tercer disparo. Esta sucesión sería compatible con lo que vieron el padre y el hermano, y con el impacto que recibió en la pierna este último después de que un proyectil atravesara el cuerpo de la víctima.

Se juzga si hubo imprudencia

El juicio por la muerte de Joel García cuando sufría un brote psicótico y tenía que ser reducido para poder ser atendido y trasladado por los servicios sanitarios es muy complejo en términos jurídicos. El joven, que padecía esquizofrenia y gritaba que antes iba a la cárcel que al psiquiátrico y no quería salir, recibió tres disparos de uno de los agentes, así como patadas de otro. Están encausados dos de los cuatro agentes intervinientes.

Al que disparó, el abogado de la familia le acusa de un delito de lesiones en concurso con un homicidio imprudente contra el fallecido, y de un delito de lesiones imprudentes contra el hermano, al que hirió en una pierna puesto que una de las balas que atravesó el cuerpo de la víctima le impactó. Por ambos delitos la acusación pide 5 años de prisión. Para el otro guardia, que pateó a la víctima -en el juicio dijo que para desarmarlo-, le pide 2 años por un delito de lesiones. El Abogado del Estado y la Fiscalía piden en cambio la libre absolución por entender que los agentes actuaron en legítima defensa por la agresividad mostrada y el riesgo que corrían sus vidas al ir armado.

El abogado de la acusación mostró en el juicio imágenes de varias intervenciones policiales en casos similares, donde los agentes desarman y reducen a personas armadas con cuchillos. El letrado de la familia argumentó ayer que no está justificado cómo actuaron los agentes. Al no existir dolo (intención de matar) habrían incurrido en una imprudencia.

 

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