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Dania Martínez, directora del Centro de Derechos Indígenas de Chiapas: “En este cambio climático los primeros afectados van a ser los más pobres” Dania Martínez, directora del Centro de Derechos Indígenas de Chiapas: “En este cambio climático los primeros afectados van a ser los más pobres”
La directora del Centro de Derechos Indígenas de Chiapas, Dania Martínez, durante su visita a Teruel

Dania Martínez, directora del Centro de Derechos Indígenas de Chiapas: “En este cambio climático los primeros afectados van a ser los más pobres”

“Con Manos Unidas trabajamos con mujeres en el tema de economía social”
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La directora del Centro de Derechos Indígenas de Chiapas (México), la religiosa Dania Martínez, visitó recientemente Teruel, en el marco de la presentación de la campaña de Manos Unidas para concienciar sobre la realidad de los territorios más empobrecidos.

-¿Cuál es la labor que ha estado haciendo en los colegios? ¿Qué mensajes ha transmitido a los estudiantes?

-Hemos llevado la campaña de Manos Unidas a los niños y adolescentes. El tema es el efecto ser humano en el planeta. He tenido la oportunidad de poder comprender un poco más cómo ven ellos la realidad. Les ponía una dinámica muy sencilla: cómo el ser humano ha podido ser capaz de construir cosas para construir la humanidad y la naturaleza, pero también qué ha hecho para destruir la humanidad y la naturaleza. Sacaban más cosas negativas. Me daba un poco de tristeza. Decía una niña: “Es que somos muy malos y hacemos cosas muy malas”. Yo les decía: ¿Qué podemos hacer? ¿Cómo pueden construir cosas buenas? Y decían: “Vamos a reciclar, vamos a cuidar más el agua, a caminar en lugar de ir en coche, a reutilizar las cosas”. Los chicos van comprendiendo y me parece que nosotros, como adultos, tenemos una gran oportunidad de transformar el mundo, pero a través de la mirada y el corazón de los jóvenes y de los niños.

-¿Cuesta más la sensibilización con los adultos?

-A nosotros y nosotras a veces se nos hace más difícil dejar nuestro confort para poder hacer un cambio porque la humanidad y la naturaleza, nuestra creación, lo que Dios nos regaló, la estamos agotando. Ya tenemos la experiencia de la escasez de agua también aquí en España. Y como dice Manos Unidas: en este cambio climático los primeros afectados van a ser los más pobres, los más vulnerables.

-¿Cómo es esta realidad en México?

-Les decía a los chicos, ustedes dónde van a comprar lo que comen, al centro comercial. Los indígenas, los pueblos más pobres, comen de lo que les da la tierra. Y si la tierra está deforestada, está contaminada por las minerías... la tierra ya no da fruto. Esto está ocasionando una pobreza. En 40 años, de 1980 al año 2020, Chiapas es más pobre por una serie de circunstancias.

-Aunque nos damos cuenta de los cambios del clima en lo cercano, ¿nos cuesta más reconocer lo que ocurre en los países más afectados?

-Claro que sí, porque los países con mayores economías tienen las posibilidades de enfrentar este cambio climático. Por ejemplo, estábamos a un grado cuando fui a uno de los colegios y les decía a los chico: Ustedes vienen a la escuela. allá los niños no pueden ir a clases, a cinco grados ya no vamos a clases. Y los chicos se sorprendían y les explicaba que allá no hay calefacción. Entonces, si vamos a clase, las manos se nos congelan al estar escribiendo. Los chicos de acá tienen esa oportunidad, las condiciones necesarias para enfrentar este cambio climático. Allá no las tenemos. En esta desigualdad ante el cambio climático, Manos Unidas nos invita a reflexionar y poder ser más conscientes para hacer una transformación y un cambio más justo, en donde todos podamos tener las mismas condiciones para enfrentarlo, pero sobre todo que todos y todas tengamos la responsabilidad para que este mundo sea mejor para todos y para todas.

-¿Cómo es la labor del Centro de Derechos Indígenas?

-Nosotras somos Hermanas del Divino Pastor, fundadas en México, y desde hace 55 años trabajamos en la misión de Bachajón que es llevada por los jesuitas de la Compañía de Jesús. La obra en donde trabajo que es el Centro de Derechos Indígenas es una obra jesuita y estoy de directora y trabajamos en tres ejes que es el tema de la autonomía, la autóctonía y de la armonía comunitaria.

-¿Qué acción se realiza con Manos Unidas?

-Con la colaboración de Manos Unidas trabajamos con mujeres en el tema de economía social y solidaria. Para enfrentar este tema de la pobreza hacemos cajas de ahorro con un grupo de mujeres donde con cinco pesos, que es muy poquito, van haciendo sus ahorros y ellas mismas hacen préstamos para poder atender a un tema de salud, para ayudar a sus chicos a salir a estudiar a otro lugar... Con esas cajas de ahorro las mujeres se ayudan. Cuando ya tienen un ahorro pueden decir: Vamos a hacer microfinanciamientos colectivos de mujeres, donde ellas deciden qué hacer: siembra de hortalizas, pueden cuidar puerquitos también, algunas tienen sus tiendas... Otras dicen: “Vamos a prestar dinero a otras mujeres que también tienen necesidad, a bajo interés” porque otra gente que no es del pueblo originario presta, pero con un muy alto interés o los bancos. Eso ha beneficiado mucho a las mujeres. Desde hace cuatro años, Manos Unidas nos está apoyando y las cajas de ahorro han sido un éxito por la honradez y la transparencia de las mujeres.

-¿En qué consisten las acciones sobre autonomía de los pueblos indígenas?

-Por el tema de la violencia que ha aumentado mucho, se da el tema de la ingobernabilidad que vivimos en México, tristemente, y en Chiapas. Entonces, colaboramos para esta reconstrucción del tejido social a través del fortalecimiento de la organización comunitaria. Trabajamos con gobierno comunitario, que es gente del pueblo originario, para dar alternativas a sus comunidades y la defensa del territorio. Trabajamos con once municipios, se llama Movimiento en Defensa de la Vida y el Territorio, pero la línea que trabaja especialmente el Centro de Derechos Indígenas es desde la no violencia: construir la vida nuevamente, reconstruirla pero sin la violencia. Ahí está el crimen organizado, nos violenta, pero nosotros no vamos a agarrar las armas. Trabajamos por estos temas de concienciación, el análisis de la realidad, el tema de seguridad. Vamos lentamente, pero vamos.

-¿Han recibido presiones o amenazas?

-Esta violencia se ha incrementado. En 2019, hubo muchas amenazas para el Centro de Derechos Indígenas, para los sacerdotes también. Fue bajando porque la gente se organiza y los grupos armados sienten la organización de las comunidades, entonces no es tan fácil agredirlas, ahí en el territorio donde nosotras expresamente trabajamos. La violencia en otros municipios donde no estamos sí ha crecido y el territorio es más fácil para que entren. Gracias a Dios y al trabajo que hemos hecho hemos podido hacer una contención en las comunidades.

-¿Se respetan los derechos de los indígenas?

-Tristemente, por ejemplo, en el 2020, en una manifestación de la gente del pueblo originario, fueron apresadas dos personas que no estaban haciendo nada porque, como digo, nosotros vamos desde la no violencia. No traían palos, no traían armas, solamente querían manifestar una inconformidad porque el gobierno no les preguntó, porque tienen derecho a la consulta previa antes de que el gobierno tome una decisión. No lo hizo y se manifestó el pueblo. Nosotros no estábamos de acuerdo y lo que hicieron fue mandar a los soldados y a dos personas las apresaron injustamente, decían que eran criminales y estaban violentando a la sociedad, cuando no fue cierto.

-¿Cómo se puede hacer frente a estas situaciones?

-Las comunidades tenemos que hacer un análisis y renovar la estrategia de defensa. Por un lado, existen los grupos armados que nos amenazan, sí ha habido amenazas a los cargos comunitarios que se preguntan: “¿Qué vamos a hacer? porque la gente se está dando cuenta de que yo estoy haciendo un análisis de que viene la droga, de quién está vendiendo armas, por qué pasan estas camionetas que son del crimen organizado... ya me están mirando entonces si hay amenazas en las comunidades”. Como Centro de Derechos Indígenas expresamente no tenemos amenazas, ahorita en este año. Estamos trabajando muy bien, pero también porque hemos tenido una alianza con otros centros de derechos, que es el Centro Miguel Agustín Pro en México y con otros que están ahí en Chiapas. El Centro de Derechos Indígenas ha traído la energía femenina y somos principalmente mujeres. Creo que Dios está con nosotras y ahorita no tenemos amenazas.

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