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El Centro de Innovación en Bioeconomía Rural de Teruel explora las posibilidades de producción y consumo de las guijas El Centro de Innovación en Bioeconomía Rural de Teruel explora las posibilidades de producción y consumo de las guijas
Los responsables de La Ojinegra de Alloza presenta algunas elaboraciones realizadas con guijas o almortas

El Centro de Innovación en Bioeconomía Rural de Teruel explora las posibilidades de producción y consumo de las guijas

El Banco de Germoplasma Hortícola cuenta con cinco variedades turolenses
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El Centro de Innovación en Bioeconomía Rural de Teruel (CITAte) celebró recientemente una jornada para conocer qué interés agronómico y gastronómico puede tener la recuperación del cultivo de las guijas o almortas, una leguminosa a la que apenas se dedican 838 hectáreas en España, el 90% de las cuales se ubican en Castilla La Mancha. El Banco de Germoplasma Hortícola del Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria (BGHZ-CITA) dispone de una colección con 52 muestras, de las que cinco pertenecen a las localidades turolenses de Mosqueruela, Bañón, La Portellada, Fortanete y Muniesa.

La investigadora del departamento de Ciencia Vegetal del CITA y responsable del BGHZ y del proyecto Siembra Teruel, Cristina Mallor, explicó que la jornada sirvió para explorar el interés de los agricultores turolenses por recuperar el cultivo y sus posibilidades gastronómicas. Así, los propietarios del restaurante ecológico La Ojinegra de Alloza elaboraron varias recetas con guijas, que degustaron los más de 40 asistentes.

Mallor explicó que el ecorrégimen relativo a la práctica de rotación de la nueva Política Agrícola Común (PAC) establece que las leguminosas deben representar al menos una superficie equivalente al 5% de la tierra de cultivo acogida al mismo. “Se adapta a las directrices europeas sobre el uso de leguminosas como mejorantes del suelo y puede ser una buena alternativa para cultivos extensivos en secano en rotación con el cereal”, comentó.

Especie muy rústica

En este sentido, indicó que las guijas podrían servir a este fin porque además se trata de una especie muy rústica, que se adapta a cultivos extensivos en secano y suelos pobres donde no crecen otras especies. Además, sirve para incorporar nitrógeno atmosférico al suelo y, entre sus cualidades nutricionales, destaca su alto contenido en proteína vegetal, que alcanza el 26%.

De acuerdo a las estadísticas oficiales, las guijas son un cultivo minoritario y no aparece recogida ninguna hectárea dedicada al mismo en la provincia de Teruel. En toda España, se declaran 838, de las que el 90% están ubicadas en Castilla La Mancha, donde se ha mantenido por su tradición de consumo como ingrediente para la elaboración de las gachas.

Manuel Centelles, de la empresa Harnatur SL de la localidad conquense de Minglanilla, explicó en la jornada las oportunidades para la comercialización de productos elaborados con almortas.

Aunque el Código Alimentario prohibió su comercialización, la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición, a propuesta del Gobierno de Castilla La Mancha, volvió a autorizarlo su consumo en las condiciones actuales. Y es que, aunque las semillas tienen un compuesto neurotóxico, solo sería perjudicial si el consumo fuera excesivo y prolongado, esto es, si se comieran todos los días 200 gramos durante tres meses, explicó Mallor. Las guijas fueron un producto básico en la posguerra en varios territorios, donde también se destinaban a la alimentación animal.

El Banco de Germoplasma Hortícola dispone de una colección de 52 variedades, la mayoría aragonesas, entre las que se encuentran cinco de la provincia de Teruel procedentes de Mosqueruela, Bañón, La Portellada, Fortanete y Muniesa.

Padrinos

Los agricultores de esta última localidad Teresa Lou y Félix Yus han sido unos de los padrinos de esta especie, que han multiplicado la semilla para aportarla al Banco. Ambos explicaron su experiencia con el cultivo en el transcurso de la sesión.

Y fueron sus guijas las que utilizaron desde La Ojinegra para llevar a cabo las elaboraciones que se probaron en la jornada, como crema de calabaza, hummus con remolacha o bizcocho. Además, tiene la ventaja de que la harina puede ser consumida por celíacos.

Como conclusión de la jornada, se decidió organizar un viaje a Castilla La Mancha para conocer directamente el cultivo como un paso previo para ver si puede incorporarse al campo turolense dado que también sería necesario poder escalar la producción para mecanizarla.

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