

Inmigración, tecnología, formación y vivienda, claves para la transformación
El CESA presenta su informe sobre la situación económica y socialLa inmigración entendida como fuerza laboral y parte del tejido social; aprovechar la llegada de grandes empresas tecnológicas y la implantación de centros de datos; reforzar la formación profesional; y actuar sobre la oferta de vivienda son las cuatro claves que detecta el Consejo Económico y Social de Aragón (CESA) para la transformación de la realidad aragonesa.
Cuatro áreas que el CESA ha incluido en su informe sobre la situación económica y social de Aragón de 2024, aprobado por el pleno de la entidad por unanimidad, que constata la buena marcha de la economía de la región, con un crecimiento del 3,2 %, en línea con la media del país, y un aumento de la población ocupada y descenso del paro hasta una tasa del 8,1 %, y la perspectiva de acercarse al pleno empleo.
Así lo destacó el presidente del CESA, Juan García Blasco, en la presentación en Zaragoza junto a la presidenta de la Comisión de Economía del consejo, Ana Yetano, del informe de la evolución económica, laboral y social de Aragón de 2024.
Un ejercicio en el que por cuarto año consecutivo creció la población ocupada en Aragón, hasta las 620.000 personas, y se ha reducido el número de personas desempleadas hasta dejar la tasa de paro en el 8,1 % -que en la provincia de Teruel se sitúa en el 7,87 % al término del primer trimestre de 2025- con tendencia a aproximarse al pleno empleo, aunque los retos en el ámbito laboral siguen siendo el paro de larga duración (un 36 % del total de personas desempleadas).
Además, se ha detectado un rebote de la temporalidad y la parcialidad (que afecta a un 22,4 % entre las mujeres y solo un 4,6 % entre los hombres) y sigue siendo necesaria la mejora del empleo juvenil.
En el ámbito social, Aragón mantiene un nivel de vida superior a la media nacional (la renta media de los hogares ha crecido un 7 %), aunque algunos indicadores como alimentación, vivienda y hostelería no han mostrado mejora debido al incremento del coste de vida.
Además, el CESA destaca que en la sociedad aragonesa hay menos desigualdad que en la media nacional (el índice de GINI es 27,1 frente al promedio español de 31,2) y el riesgo de pobreza y exclusión social es muy inferior al nacional (21 % frente al 25,8 %).
En el ámbito económico, y ante la incertidumbre mundial, el CESA plantea distintas líneas estratégicas, como un esfuerzo mayor en I+D+i, y en bienes de equipo para reducir la dependencia de mercados exteriores, reforzar el seguimiento de proyectos de inversión, mantener el apoyo a la logística o mejorar las redes de distribución eléctrica para apoyar la implantación de las inversiones anunciadas.
En este sentido, el CESA destaca el proyecto Catalina en Andorra para la construcción y explotación de una planta de hidrógeno verde mediante instalaciones de generación renovable de autoconsumo asociadas, además de la puesta en marcha de plantas para la producción de biometano y fertilizantes.
Reflexiones y sugerencias
El estudio del Consejo recoge un capítulo final con esas cuatro claves para la transformación de Aragón, con reflexiones y sugerencias para mejorar el futuro de la región en los ámbitos económico, laboral y social y una llamada a los poderes públicos a estar preparados ante la incertidumbre mundial por las guerras, las política arancelarias y la inestabilidad de los mercados de recursos.
Entre las claves, el organismo defiende entender la inmigración como fuerza laboral al ser “absolutamente necesaria” para el país y lo que requiere, preguntado por las deportaciones masivas de inmigrantes que defiende Vox, es “ser atendida, bien tratada” para que sea una fuerza de trabajo y contribuya, como lo está haciendo, al desarrollo económico y social de Aragón. “Ese es el papel de los poderes públicos y en eso estamos de acuerdo los interlocutores sociales”, subrayó García Blasco.
La tecnología es otro de los ejes que identifica el CESA para la transformación de Aragón, con un llamamiento a aprovechar la llegada de grandes empresas y la implantación de centros de datos para mejorar el ecosistema tecnológico y empresarial y fomentar el empleo cualificado.
Precisamente el impacto de los centros de datos en la economía, el empleo o desde el punto de vista ambiental centra un informe que a petición del Gobierno de Aragón tiene en marcha el CESA con el objetivo de presentarlo a finales de año, teniendo en cuenta además experiencias comparadas, no solo en España.
En todo caso, admitió que no es “muy aventurado” dar cifras sobre el impacto en el PIB de las inversiones anunciadas en centros de datos, aunque su implantación, dijo, “sin duda alguna” cambiará el panorama económico. En cuanto a la formación, el organismo apuesta por reformar la FP, por una cultura del talento y por revertir las brechas de género que aún persisten.
Asimismo como problema de mayor magnitud y trascendencia en Aragón, al igual que el resto del país, llama la atención sobre la necesidad de actuar sobre la oferta de vivienda y sobre las condiciones de acceso, y aprovechar para construir parques públicos y respaldar a los colectivos más necesitados de apoyo.
Además del informe sobre el impacto de los centros de datos, el CESA prepara también para finales del año otro análisis sobre la actividad económica y el empleo en el medio rural.