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Las obras de demolición de la iglesia de Capuchinos comienzan este miércoles Las obras de demolición de la iglesia de Capuchinos comienzan este miércoles
Una valla indicaba ya este martes el inminente corte del camino de Capuchinos por la demolición de la iglesia

Las obras de demolición de la iglesia de Capuchinos comienzan este miércoles

El camino estará cortado al tráfico al menos un mes
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Las obras de demolición de la iglesia del convento de Capuchinos comenzarán este miércoles y eso obligará a cortar al menos durante un mes el camino del mismo nombre, que enlaza San León con la salida de Teruel por la carretera de Zaragoza. El derribo afectará solo a la iglesia, no al convento, y lo llevará a cabo el Obispado de la Diócesis de Teruel y Albarracín, propietario del inmueble.

Los trabajos de demolición está previsto que se prolonguen durante un mes. El tránsito de vehículos quedará cortado a partir de las 8 de la mañana de este miércoles, según informó el Ayuntamiento de Teruel.

En la mañana de este martes ya había una valla anunciando el corte preparada para colocarla, aunque se permitía todavía el acceso. Algunos vehículos incluso corregían la dirección al verla y seguían por la carretera de Zaragoza en sentido al centro de la ciudad en lugar de acceder.

Fuentes de la Diócesis de Teruel y Albarracín explicaron que solo se tirará la iglesia y que la prescripción que tienen para la demolición es procurar que no se caiga el convento durante estos trabajos.

La urgencia era la demolición de la iglesia por el riesgo a un derrumbe debido a su avanzado estado de ruina y que pudiera provocar algún accidente. Por su estado no había posibilidades de rehabilitación y fue la misma Diócesis la que solicitó poder tirarla por su mal estado.

Al no haber posibilidad ni de apuntalar la iglesia ni de acometer cualquier tipo de actuación para poder salvarla, la única alternativa que existía era tirarla porque en caso contrario se hubiese caído.

Los trabajos de prevención que tendrán que hacerse durante la demolición consistirán en evitar que se caiga el convento que tiene anexo el templo durante el derribo. La Diócesis de Teruel y Albarracín carece de recursos para poder salvaguardar la parte del convento, por lo que no tiene previsto intervenir en él, ya que existen otras prioridades con el patrimonio eclesiástico en la provincia.

En esta parte de la ciudad el Ayuntamiento tiene previsto acondicionar en el futuro el camino de Capuchinos porque constituye una importante arteria de comunicación que enlaza San León con la carretera de Zaragoza para acceder al polígono industrial La Paz. De hecho, este camino es muy utilizado y en las últimas actuaciones hechas en la carretera de Zaragoza se pusieron bandas sonoras y túmulos, además de limitar la velocidad, para facilitar los giros de acceso y salida a este camino.

Historia

Este enclave lleva ese nombre porque a principios del siglo XIX, tras el fin de la Guerra de la Independencia, la Diócesis de Teruel y Albarracín cedió el edificio, que era propiedad de la Cofradía de la Villa Vieja, a la orden religiosa de los Capuchinos en lo que se conoce como la ermita de Santa María de la Villa Vieja.

Fue en el año 1816 cuando la orden se trasladó a la Villa Vieja, en las afueras de Teruel, junto a la vega del Alfambra. La iglesia se había reedificado en el año 1708.

De acuerdo con un manuscrito del siglo XVIII, en la Villa Vieja estaba la “casa de retiro y recreación de los obispos y ejercicios para eclesiásticos”. También se ubicó allí, según información facilitada por la Diócesis de Teruel y Albarracín, el Seminario Conciliar hasta el año 1769, fecha en la que pasó a ocupar el edificio de los Jesuitas.

De acuerdo con estas fuentes históricas, la propiedad de la iglesia y residencia de la Villa Vieja pertenecía a la Cofradía de la Sangre, que era la encargada de administrarla y la dejaba a entidades religiosas para sus fines espirituales.

Al encontrarse los Capuchinos sin convento a raíz de la ocupación francesa, tras la marcha del ejército invasor, en el año 1816 se les cedió el recinto.

No obstante, fueron pocos los años durante los que pudieron vivir los Capuchinos en la Villa Vieja, puesto que en 1835 se encontraron con otro problema, la Ley de Desamortización, lo que les obligó a abandonar la ciudad.

La Cofradía de la Sangre volvió a ceder entonces lo que fue el convento e iglesia de los Capuchinos en la Villa Vieja a los Padres Paúles, que lo acomodaron para seminario religioso hasta el año 1935.

Tras la Guerra Civil española, el antiguo convento de los Capuchinos se convirtió en cárcel. Fue Regiones Devastadas la que se encargó de acondicionarlo con este fin en 1940, y allí es donde se albergó a presos que trabajaron en la reconstrucción de la ciudad. Posteriormente, durante unos quince años, el Seminario Diocesano lo utilizó para granja.