Prevenir y dar respuesta con talleres prácticos para combatir el ictus

El Día Mundial del Ictus en Teruel se celebró este miércoles con una mesa informativa por la mañana en los centros de salud y en el Hospital Obispo Polanco y varios talleres sobre texturas y comunicación, en la Clínica Reeduca, por la tarde. El objetivo era dar información sobre cómo se produce, los síntomas que se pueden apreciar al ver en persona que está sufriendo esta enfermedad cerebrovascular, además de proporcionar las pautas a seguir en caso de detectar el suceso o saber qué medidas preventivas se deben tomar para no caer en un episodio de ictus.

“Intentamos sensibilizar a la población, fundamentalmente en cuanto a prevención, ya que más del 60% de los casos se podrían prevenir”, señaló Pilar Marco, médico de Atención Primaria en el centro de salud Teruel Ensanche. Y es que en Aragón se producen de 8 a 10 casos diarios de ictus, hasta alcanzar anualmente los 2.000 casos, de los que 600 acaban en muerte.

El ictus tiene múltiples consecuencias en la salud, ya que es la segunda causa de muerte en adultos y la primera causa de discapacidad tras haber sufrido un episodio de este tipo, pero también es la segunda causa que produce demencia y además desencadena una mortalidad muy elevada, de un 30% en el primer año tras el proceso.

 

En este Día Mundial del Ictus el objetivo es también “sensibilizar y concienciar”, detalló Laura Blanes, terapeuta ocupacional en el centro Reeduca. Esta afirmación se apoya en que existe la creencia de que el ictus se da en las personas mayores, pero esto no es real ya que cada vez es más baja la media de edad en la que se produce esta patología.

Entre las indicaciones que se fomentan desde lo sanitario, se hace hincapié en la alimentación sana, la cultura de la dieta mediterránea, el ejercicio físico, el descanso (es fundamental dormir bien) y el control de los factores de riesgo: hipertensión, diabetes, colesterol, obesidad, tabaquismo o el actual vapeo. Por esto, Pilar Marco recalcó: “Intentamos que las personas puedan actuar precozmente”, y añadió un lema: El tiempo es cerebro, como necesidad de actuación rápida para reactivarlo en el menor periodo de tiempo tras un episodio de ictus.

 

Prevención

Como forma de prevenir y dotar de herramientas a la población se desarrollaron varios talleres, en los que se aplicó teoría y práctica. El primero consistió en informar y dar formación para las personas o familiares acompañantes de un caso de ictus, pues es necesario actuar de forma metódica y cuidadosa en la movilización y transferencias.

“El ictus en un momento te cambia la vida. Has podido perder movilidad o destrezas cognitivas”, explicó Laura Blanes. Por eso puso el acento en la vuelta a casa. “Es importante que la vivienda y el entorno sean accesibles para que la persona pueda hacer todas las actividades cotidianas”, puntualizó.

Otra de las sesiones denominada Comer con placer, estuvo dirigida por la logopeda Sara Meléndez, de Reeduca, que mostró qué es la disfagia, las características de los alimentos y la forma en la que se debe preparar y comer. “Hemos probado distintos alimentos para saber cómo son las texturas y los sabores e incitar a pensar en cómo realizar una correcta deglución”, aseguró.

Hay también varios síntomas que pueden alarmar y predecir que se está produciendo un ictus, tales como la pérdida de fuerza, adormecimiento o pérdida de visión, entre otros, que pueden indicar este accidente.

Cuando aparece un caso, se aplica el Código Ictus, que es un sistema de alertas sanitarias que pone en marcha un protocolo de rapidez práctica, que se comenzó a realizar en 2012. Diagnosticar un ictus en las primeras horas es clave para disminuir las secuelas y reducir la mortalidad.

En las actividades realizadas participaron varios colectivos además de medicina o enfermería, ya que junto a la Comisión Ictus del Sector Teruel, también colaboró la Clínica Reeduca, especialista en Fisioterapia y Logopedia.