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La semana más especial del año La semana más especial del año

La semana más especial del año

Miguel Rivera

He de confesarles que no me entusiasman las fiestas masivas. Las aglomeraciones me abruman y me siento tan pequeño que me veo desbordado habitualmente. Por eso, intento evitarlas en general. Sin embargo, con Las Bodas de Isabel me pasa al revés. No sé si es por la ambientación medieval, por tratarse de una fiesta tan original o por el ambiente jovial y distendido que se respira en la ciudad durante estos días, pero es una fiesta que siempre he intentado vivir y acercar a familiares y amigos, en la medida de lo posible, en estos últimos años.

Esta última edición, sin embargo, me ha tocado vivirla desde la lejanía, no sin cierta envidia de aquellos que habéis podido hacerlo in situ, ya que ha sido la edición de la vuelta a la normalidad y todas las crónicas hablan de representaciones llenas de emoción y de un ambiente precioso en la ciudad.

Por otro lado, y dando un giro radical, se avecina la semana de la Copa del Rey. Durante mis ocho temporadas en la Superliga con el CV Teruel, la semana de la Copa era siempre una de mis favoritas, si no la más. Tenía un regusto especial, algo que se iba sintiendo en el ambiente desde las semanas previas. No importaba qué partidos hubiera antes, la Copa siempre estaba en el horizonte.

Mañana jueves me dirigiré a Soria, a vivir la Copa como espectador por primera vez en nueve años, y espero poder disfrutar de un espectáculo deportivo de primer orden.

Las aficiones volverán a estar presentes, a abarrotar las gradas de Los Pajaritos, a darle color a la Plaza de Herradores mientras se toman el vermú antes de comer, mezclados los unos con los otros, ataviados con las diferentes camisetas y bufandas, engrandeciendo a nuestro voleibol.

En lo deportivo quiero destacar este año un aspecto que me parece interesante, bajo mi punto de vista. Si bien es cierto que ha habido cierta fuga de talento en lo que a jugadores se refiere (algunos clásicos de nuestra liga como Ereú, Kukartsev, Hage, Villena, Fornés o Bugallo no están ya en nuestro campeonato) hoy quiero resaltar el buen papel que están haciendo muchos y muy buenos entrenadores esta temporada en sus respectivos equipos, haciéndolos rendir a un nivel muy alto.

Así, el local Toribio tiene al conjunto soriano como segundo clasificado, en su mejor temporada desde la refundación como Río Duero dejando atrás al extinto Numancia.

Por su parte, Fredinson Mosquera está haciendo una gran temporada con el Barça, tras su merecido ascenso de la temporada pasada. También Fabián Muraco ha dado otro importante paso para asentar y consolidar a su Léleman Valencia en la máxima categoría, creando un equipo aguerrido y batallador, y su clasificación para la Copa así lo refrenda.

Torcello ha dado una estabilidad muy importante al CV Teruel en un año de muchos cambios y a buen seguro nadie querrá cruzarse con ellos en la Copa.

Dos entrenadores más que contrastados y laureados, como Salim Abdelkader y Manolo Berenguel parecen haber encauzado la temporada de sus equipos, con algún tropiezo más de los previstos al inicio de campaña y enfocan ambos la Copa en buen momento. Recordemos que se trata de los vigentes campeones de Copa y Liga, respectivamente: serán rivales incomodísimos ambos.

Por su lado, José Valle, tras su paso del Emevé femenino al masculino, ha puesto al equipo lucense en la Copa por méritos propios. Y por supuesto, no quiero dejarme a Sergio M. Camarero, que está firmando una temporada inmaculada en España con su Guaguas imbatido. Veremos una Copa muy emocionante, seguro.

Así, se han juntado dos de las semanas que más me gustan en el año, una por motivos deportivos y profesionales, y la otra por motivos sociales y culturales.

¿Alguien dijo que en Teruel no podía uno pasárselo fantásticamente bien? Disfrutemos del fin de semana que entra, que va a ser muy divertido. El pasado, me consta, ya lo fue.