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Alcorisa sufre un repunte de actos vandálicos que se repiten en verano Alcorisa sufre un repunte de actos vandálicos que se repiten en verano
Una de las fuentes de la localidad ha sufrido vandalismo. Ayuntamiento de Alcorisa

Alcorisa sufre un repunte de actos vandálicos que se repiten en verano

El Ayuntamiento cifra en casi 2.000 euros las reparaciones
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El Ayuntamiento de Alcorisa ha vuelto a denunciar públicamente en sus redes sociales una situación que, según sus responsables, “ya es habitual cada verano” pero que en los últimos años se repite con más frecuencia e intensidad: el vandalismo contra mobiliario urbano e instalaciones públicas. Este 2025, la localidad ya ha contabilizado casi 2.000 euros en daños en fuentes, aspersores, la instalación de lavado de autocaravanas, vallas de madera del parque del lago, farolas, cristales de señalización y espejos, además de otros desperfectos en distintos puntos del municipio.

La concejal de Infraestructuras, Raquel Egea, lamentó que la escena se repita de forma cíclica. “Es lamentable que tengamos que vivir, normalmente cada verano por las noches, estos actos vandálicos”. Aunque muchos puedan considerarse simples “gamberradas”, la realidad es que su impacto económico y funcional para el municipio es considerable.

Gastos

Las cifras que maneja el consistorio reflejan que reparar vallas de madera supone más de 1.000 euros, reponer cuatro o cinco grifos ronda los 500, y cambiar una papelera cuesta entre 100 y 122 euros. A estos importes hay que sumar el gasto de personal municipal destinado a las reparaciones y, en ocasiones, la contratación de empresas externas para trabajos especializados.

“Son costes que, al final, pagamos entre todos los vecinos”, recordó Egea, quien advirtió también de que cada euro invertido en reparar destrozos se resta de otras necesidades y proyectos para el municipio.

Un patrón que se repite

Según el Ayuntamiento, estos comportamientos se concentran principalmente en las noches de verano, cuando hay más actividad en las calles. No siempre son provocados por visitantes; en muchos casos, se trata de jóvenes del propio municipio. “Son pequeñas acciones, como dar una patada a una papelera o romper una valla, que por sí solas parecen poca cosa, pero que con el tiempo y la repetición van sumando un coste elevado”, explicó la edil.

Egea subrayó que este patrón no solo se repite cada año, sino que las incidencias detectadas son cada vez más numerosas. El resultado es una mayor presión sobre los servicios municipales y la sensación de que el problema, lejos de resolverse, se agrava con el tiempo.

Para hacer frente a esta situación, el Ayuntamiento ha reforzado la colaboración con la Policía Local y la Guardia Civil, que intensifican la vigilancia en las zonas más vulnerables. Además, ya se han instalado cámaras de seguridad en el polígono industrial y en breve se colocarán en seis puntos estratégicos del municipio, incluidas dos en la estación de autobuses, donde se han registrado robos en máquinas expendedoras y daños en instalaciones sanitarias.

La concejal confía en que este sistema sirva como elemento disuasorio y también como herramienta para identificar a los autores, facilitando así las actuaciones policiales.

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