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Alloza quiere que la ermita de San Blas recupere su aspecto anterior al almacén Alloza quiere que la ermita de San Blas recupere su aspecto anterior al almacén
Aspecto actual del edifico, con menos detalles que antaño

Alloza quiere que la ermita de San Blas recupere su aspecto anterior al almacén

Presentado un proyecto de restauración de un millón de euros a la convocatoria de ayudas del ITJ
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El Ayuntamiento de Alloza planea restaurar la ermita de San Blas del siglo XVIII, ubicada en la plaza de España, como centro cultural, expositivo y de reuniones sociales. La rehabilitación está presupuestada en un millón de euros y será presentada a la convocatoria de ayudas del Instituto para la Transición Justa (ITJ) para proyectos municipales de infraestructuras ambientales, sociales y digitales a la que pueden concurrir los municipios turolenses comprendidos en el Convenio y el Nudo Mudéjar.

Dotada con una partida de 91 millones de euros con cargo al Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR), pueden optar a estas subvenciones los 184 municipios incluidos en los Convenios de Transición Justa, 33 de ellos de la provincia de Teruel. Los proyectos podrán obtener una financiación de hasta el 100% de los costes, incluido el IVA. El plazo de recepción de propuestas acaba el 2 de agosto.

El alcalde, Miguel Ángel Aranda, confía en poder acceder a esta nueva convocatoria, que no obstante centra sus objetivos en financiar proyectos que orienten los servicios públicos municipales hacia la innovación, el apoyo al emprendimiento, la digitalización y la protección del medio ambiente, con el fin último de retener y atraer población.

El consistorio allocino concurrirá con un esbozo del proyecto, actualmente en redacción, tarea en la que invertirá 96.000 euros. Ha comprado ya el edificio por 54.000 euros y calcula que la reforma costará en torno a 800.000 euros.

Almacén desde 1970

El edificio, erigido en honor al patrón, pasó de la Iglesia a titularidad privada en 1970 para ser destinado a almacén agrícola. La entrada constante de maquinaria pesada y almacenamiento de grano lo deterioró. Es por ello que se sustituyó la puerta de madera y arco de medio punto de sillería por una metálica cuadrada de chapa de tres hojas. El campanario desapareció con el nuevo uso.

Se trata de un antiguo edificio religioso de 1719, de estilo barroco. Es de única nave, dividida en dos tramos. El primero está cubierto con bóveda de cañón con lunetos y, el segundo, con una gran cúpula sobre pechinas. Tiene una superficie construida de 165 metros cuadrados.

El objetivo de la intervención es la rehabilitación y el acondicionamiento del edificio para sala de exposiciones y conferencias, según figura en el pliego de contratación del proyecto. El redactado deberá contemplar “todas las instalaciones necesarias para el uso del edificio (climatización, protección contra incendios, electricidad, seguridad).

En este momento, la antigua ermita de San Blas no cuenta con instalaciones de agua, saneamiento ni calefacción; las pinturas interiores originales están en muy mal estado o casi desaparecidas debido a las goteras, humedad y al uso de los últimos 50 años; el tejado cuenta con numerosas goteras y presenta problemas de humedad.

Las actuaciones previstas

En el exterior, el proyecto recuperará el antiguo arco de medio punto exterior; repondrá los sillares deteriorados; reparará griegas en las fachadas y las limpiará; sustituirá la puerta de chapa por una similar a la antigua de madera; se repararán goteras en cubierta y sustituirán tejas; se ejecutará la torre y la cúpula visible en las fotografías antiguas en el transepto; y recuperará la estructura que alojaba las tres campanas. En definitiva, el ayuntamiento pretende que el edificio recupere su estado anterior a 1970, garantizando al máximo su seguridad externa e interna.

En cuanto al interior, se adecuará el espacio para sala de exposiciones y conferencias, con todas las instalaciones necesarias; se repararán elementos estructurales deteriorados; se instalará  aseos y cuarto de instalaciones; se solucionarán las numerosas humedades internas; se valorará si las pinturas existentes se pueden conservar y preservar las máximas posibles, y se embaldosará con aspecto similar al antiguo. El mobiliario será móvil.

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