El incendio de Berge está estabilizado tras una evolución favorable durante la noche

El incendio en la Sierra de los Caballos, que se inició este miércoles en el término municipal de Berge, está estabilizado, según informan desde el operativo Infoar este jueves. Señalan que la evolución durante la noche ha sido favorable porque "ha entrado cierzo y las temperaturas han descendido", lo que ha favorecido tanto a la "recuperación de la vegetación fina" como al "enfriamiento del perímetro".

Lo trabajos de liquidación y remate se concentraron en un barranco situado en la cola del incendio, una zona de difícil acceso. El incendio ha calcinado, según los primeros cálculos realizados, un total de 46 hectáreas, principalmente de bosque de pinos y sabinas, la mayor parte de ellas en el término municipal de Berge.

Durante la mañana de este jueves trabajarán en la zona cuatro brigadas terrestres, tres autobombas y Agentes para la Protección de la Naturaleza del Operativo Infoar.

Los trabajos realizados este miércoles por la tarde con el bulldozer también han contribuido de manera significativa, permitiendo consolidar el flanco derecho y concentrar los esfuerzos en las zonas de difícil acceso.

A lo largo de toda la noche han permanecido en la zona afectada por las llamas ocho brigadas terrestres, cuatro autobombas y bomberos de la Diputación de Teruel con una nodriza

El incendio declarado a mediodía del miércoles en el monte de Berge calcinó 46 hectáreas forestales de sabinas y pinos, sin afectar a personas ni bienes. Pese a la fuerza que tomó el fuego en los primeros compases, avivado por el viento y las altas temperaturas, la rápida y cuantiosa intervención de medios del Operativo Infoar (Incendios Forestales de Aragón) y del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco) permitieron que la evolución fuera favorable al caer la noche y se diera por controlado el perímetro.

El fuego se declaró a las 14:10 horas en el Cerro de Valdecastillo y enseguida afectó al paraje anexo de Valdelacueva, ambos en término municipal de Berge. La dirección que tomaron las llamas, hacia Seno, invitaba a pensar que podrían verse afectados los entornos de la Torre Piquer, declarada Bien de Interés Cultural, y el Morrón de las Viñas, el pico más alto de la Comarca del Bajo Aragón con 1.039 metros de altitud.

Sin embargo, el viento viró. Este hecho, unido a que las llamas se acercaron a una zona agrícola de cereal sin cosechar y al trabajo de los buldócers que hicieron cortafuegos, permitió controlar la evolución que pintaba mal al comienzo de la tarde. El incendio fue considerado de envergadura.

 

El día fue caluroso y con rachas de viento constantes que fueron remitiendo hacia el final de la tarde, lo que también contribuyó a la extinción. También lo hizo la cercanía de una balsa agrícola de la que se suministraban las cestas de los helicópteros, mientras que los hidroaviones se abastecían del cercano embalse de Santolea. El fuego se mantuvo alejado de los núcleos urbanos de Berge y Seno.

Durante toda la tarde estuvieron trabajando en el operativo, por parte del Infoar, cuatro helicópteros con sus brigadas helitransportadas, un quinto helicóptero de coordinación de medios aéreos, tres brigadas terrestres con tres autobombas, dos buldócer y el vehículo ligero de Puesto de Mando Avanzado –se iba a montar en Seno pero falló la cobertura y se optó por Molinos finalmente– con técnicos y Agentes de Protección de la Naturaleza (APNs).

Además, por parte del Miteco se movilizaron la BRIF de Daroca, un avión anfibio tipo FOCA y un avión de coordinación (ACO). Al operativo se sumaron dos bomberos del Parque de Alcañiz de la Diputación Provincial de Teruel, junto a un camión cisterna, maquinaria de empresas mineras de la zona y voluntarios de Berge.

Al filo de las 20:00 horas, el Infoar informaba de que el incendio registraba una evolución favorable y que mantendría ocho brigadas terrestres con tres autobombas para seguir actuando durante la noche. Los medios aéreos se retiraron al ocaso.

Posibles rayos latentes

“Menudo susto. Se ha salvado de una buena la Sierra de los Caballos”, indicaron fuentes de los brigadistas, que cuantificaron en 5.000 las hectáreas de esta superficie forestal que comparten Berge, Seno, Alcorisa, Castellote y Mas de las Matas.

Aunque está por aclarar por parte de los APN, la causa del incendio se podría deber a los rayos que cayeron los días 22 y 23 de junio en esta zona.

La alcaldesa de Berge, Maribel Oliveros, detalló la situación que se vivió en el entorno del incendio, especialmente en las zonas próximas a campos de cereal. En ese punto hubo cinco personas voluntarias a pie “en la zona de Berge, para intentar que el fuego no pasase un camino, para intentar que no llegara a los campos”.

Respecto a la posibilidad de que los agricultores labrasen franjas de tierra como medida de contención, la regidora indicó que se valoró en algún momento, pero que su ejecución habría sido compleja debido al estado actual de las fincas, aún por cosechar. “Está todo sembrado y son muchos campos”, dijo este miércoles la alcaldesa. Por ello, se optó por tratar de frenar el avance del fuego a través de un camino, ya que “lo otro es inviable, porque no podrían abarcarlo”.
 

Los voluntarios, con actitud

Dos vecinos de Berge, Rafael Oliveros y Alejandro Latorre, colaboraron como voluntarios en las labores de contención del incendio forestal. Ambos accedieron por su cuenta a uno de los caminos cercanos al frente del fuego en los primeros momentos del suceso, antes de que se cortaran los accesos. Sin medios técnicos, pero con voluntad de ayudar, se sumaron a los esfuerzos iniciales para contener las llamas. Oliveros relató que actuaron de forma espontánea.

“Fuimos de los primeros en llegar, no sabíamos si podíamos pasar y un poco a la aventura. Con ramas y unas paletas que nos dejaron los bomberos forestales hicimos lo que pudimos”. Explicó que permanecieron unas cinco horas en la zona, trabajando siempre con precaución. “Somos gente que sabemos un poco cómo va esto. No entramos al pinar. Íbamos mirando el aire, esperando al fuego en los campos, donde se puede controlar mejor”, añadió.

Latorre recordó que al llegar se encontraron solos en un camino situado entre el monte y unos campos de cebada. “Queríamos evitar que el fuego cruzara el camino y llegara al otro lado del monte. Creo que lo conseguimos”, explicó. Ambos voluntarios insistieron en que su intervención fue fruto de la urgencia del momento, sin planificación, pero con sentido común. “Son cosas que haces sin pensarlo mucho, porque puedes echar una mano y sobre todo porque es tu pueblo”, apostilló Oliveros.