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El Grupo Arcoiris gestionará la planta de purín  de Peñarroya El Grupo Arcoiris gestionará la planta de purín  de Peñarroya
Balsas de la planta de Peñarroya de Tastavins que acaba de adjudicarse

El Grupo Arcoiris gestionará la planta de purín de Peñarroya

Lo hará a través de la misma empresa que se ha hecho cargo de la de Valderrobres
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El Ayuntamiento de Peñarroya de Tastavins ha adjudicado a la empresa Bioseval Gestión Medioambiental SL la explotación de la planta de tratamiento de purines y otros cosustratos que en su día construyó el Instituto Aragonés del Agua (IAA) en el municipio y cuya actividad se encontraba paralizada. La empresa adjudicataria es la misma firma a la que se adjudicó hace algunas semanas la gestión de la planta de biogás de Valderrobres y está participada por el Grupo Arcoiris y dos empresas con experiencia en la gestión de purines y la generación de biogás.

La concesionaria se hará cargo de la totalidad de las instalaciones, entre las que se incluyen las balsas. Fue construida en su día para la gestión de los purines que se generan en el entorno más próximo para su transformación en  energía eléctrica.

A la licitación de esta concesión se presentaron tres empresas, una de las cuáles quedó excluida por no haberse constituido en UTE. Finalmente, de las dos empresas que compitieron por el contrato, Bioseval Gestión Medioambiental SL (Grupo Arcoiris) y Griño Ecologic SL, la adjudicación se ha resuelto a favor de la primera, que ha obtenido la mayor puntuación, tanto en el aspecto técnico como en la oferta económica, al presentar un precio de 0,80 euros por metro cúbico de purín gestionado en las instalaciones.

Las instalaciones se dividen en dos partes. Una de ellas, propiedad del Ayuntamiento, se cedió a la Comarca del Matarraña para la realización del compost procedente de la fracción reutilizable que se gestiona con el sistema Porta a Porta.

La planta de purín de Peñarroya de Tastavins se construyó en su momento para intentar dar una solución  a los problemas de generación de nitratos que tiene la Comarca del Matarraña, que presenta algunas Zonas Vulnerables a este residuo. Las instalaciones pueden gestionar 100.000 metros cúbicos de purín al año y su radio de admisión abarca no sólo a Peñarroya de Tastavins, sino también a Fuentespalda, Monroyo y también alguna granja de Ráfales.

La planta de Valderrobres

La de Peñarroya será la segunda instalación en entrar en funcionamiento en el Matarraña, después de la puesta en marcha este mes de septiembre de la planta de biogás de Valderrobres, también construida hace una década sin que se hubiera conseguido poner en funcionamiento. Actualmente, ha iniciado un proceso de tratamiento de purines y de residuos orgánicos para la fabricación de electricidad y sustratos para la fertilización.

La instalación está gestionada por la misma empresa a la que se ha adjudicado la planta de Peñarroya de Tastavins, la firma BioSelval Gestión Medioambiental, en la que están integradas el Grupo Arcoiris, Selev Biogroup y Genia Bioenergy. El proyecto de gestión de residuos -principalmente de origen ganadero- de Valderrobres supondrá a corto y medio plazo la creación de 10 puestos de trabajo directos y más de 25 indirectos.

La planta es una instalación pensada para el tratamiento de purines y otros cosustratos que fue construida con fondos del Gobierno de Aragón y que será explotada y conservada por esta nueva compañía por concesión del Instituto Aragonés del Agua (IAA), tras el procedimiento de licitación que se resolvió la pasada primavera.

Las instalaciones de Valderrobres tienen una capacidad para gestionar hasta 165.000 toneladas anuales de residuos, de los que 120.000 metros cúbicos corresponden con purines que serán convertidos en biogás y biofertilizantes. Su puesta en funcionamiento va a permitir dar una solución a los biorresiduos de origen ganadero que suponen un problema medioambiental en esta zona. La capacidad mínima reservada al purín es de un 50% del total de la instalación, teniendo preferencia el purín generado en un radio de 7,5 kilómetros en torno a la planta. No en vano, se busca la sostenibilidad en todo este proceso y reducir el impacto ambiental del transporte.

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