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El Rambo de Requena suma ya 39 años de condenas por sus delitos en Teruel y Valencia El Rambo de Requena suma ya 39 años de condenas por sus delitos en Teruel y Valencia
El Rambo de Requena, a su entrada en la Audiencia Provincial en 2022

El Rambo de Requena suma ya 39 años de condenas por sus delitos en Teruel y Valencia

El juzgado de la provincia vecina añade 11,5 por robos con fuerza y armas
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El Juzgado de lo Penal número 1 de Valencia ha condenado a once años y medio de prisión a Pedro Lozano Jiménez, conocido popularmente como el Rambo de Requena, como autor en la provincia vecina de tres delitos de robo con intimidación y uso de arma, y un cuarto de robo con fuerza en grado de tentativa.

Esta sentencia, recurrible ante instancias judiciales superiores, se une a la que en 2022 falló la Audiencia Provincial de Teruel (posteriormente confirmada por el Tribunal Supremo), que condenó a 27 años de cárcel a esta persona por el intento de homicidio de dos guardias civiles a los que disparó en 2020 en Muniesa durante su huida hacia adelante por la provincia, uno de los cuales resultó herido de gravedad.

El condenado deberá indemnizar a los propietarios de la casa en la que entró y de los tres vehículos que se llevó por los desperfectos que les ocasionó y que superan los 10.500 euros en total.

A punta de escopeta

Los asaltos comenzaron sobre la una del mediodía del 28 de febrero de 2020 en un paraje del municipio de Requena cuando el condenado, armado con una escopeta de cañones recortados y una canana de cartuchos, se dirigió al primero de los perjudicados, un hombre que estaba trabajando en un viñedo junto a su furgoneta.

Según relata la sentencia, el asaltante apuntó con el arma a la víctima, le pidió las llaves del vehículo y le exigió que le llevara. El perjudicado se negó, le tiró las llaves y se tiró por un ribazo, por donde consiguió huir. En ese momento, el penado disparó dos veces el arma y se marchó al volante de la furgoneta que condujo hasta un cruce de caminos.

Sobre las dos del mediodía del mismo día el asaltante atravesó el vehículo sustraído en medio de la calzada de un cruce de caminos de manera que obligó a frenar a la siguiente víctima, que conducía una grúa. Cuando el conductor bajó a pedir que quitara la furgoneta, el condenado le encañonó y le obligó a llevarle.

La víctima huyó para refugiarse en la cabina de la grúa. El asaltante le siguió, entró en el vehículo por la puerta del copiloto, le colocó la escopeta en el costado y le insistió en que le llevara. El perjudicado consiguió huir tras un descuido del asaltante, quien se puso entonces al volante para embestir al turismo que él mismo había atravesado en la vía.

Media hora después, el trabajador de una finca agrícola de una aldea de Requena descubrió al condenado mientras intentaba abrir un turismo. Cuando se lo fue a recriminar, el asaltante le apuntó a los pies con el arma y le pidió las llaves del coche, con el que huyó para, tiempo después, dejarlo abandonado en otra aldea de la localidad.

La sentencia concluye que, al día siguiente, el hombre accedió a una casa de esta última aldea con la intención de apoderarse de objetos de valor. Tras detectar su presencia, el dueño de la casa alertó a la Guardia Civil. El condenado se escondió en un patio después de la que los agentes le dieran el alto y les apuntó con la escopeta antes de escapar. En la huida perdió una gorra y en el lugar dejó una mochila.

Pasó a Teruel

La Audiencia Provincial de Teruel, en 2022, condenó a 27 años de prisión a Pedro Lozano, que disparó el 8 de junio de 2020 contra dos agentes de la Guardia Civil en Muniesa, por dos delitos de tentativa de homicidio, uno de ellos con resultado de lesiones graves, además de un delito de tenencia ilícita de armas, un delito de robo con fuerza en casa habitada continuado, un delito de hurto de uso de vehículo continuado, un delito de conducción temeraria y otro de coacciones.

El tribunal consideró probado que el condenado, tras huir de Valencia, se refugió en una casa ubicada en El Castelar hasta el 8 de junio, momento en el que decidió reanudar su fuga hasta Muniesa, donde quedó arrinconado y se enfrentó con una escopeta a los agentes, uno de los cuales resultó herido de gravedad en un brazo y el abdomen.

Finalmente, tras estrellar un vehículo en Andorra y obligar a un conductor a que le llevara en su furgoneta en dirección a Albalate del Arzobispo, Lozano se apeó de este ultimo vehículo y continuó su camino a pie, antes de ser interceptado.

Se enfrentó a los agentes que le perseguían en un amplio dispositivo policial en Andorra y acabó recibiendo un disparo mientras trataba de ocultarse en unos arbustos.

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