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Endesa vuela la tercera caldera de la central térmica de Andorra, la última que quedaba en pie

El proceso se ha llevado a cabo este viernes
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Teruel, 19 ene. (EFE).- Endesa ha volado este viernes la tercera caldera de la central térmica de Andorra, la última estructura que permanecía en pie, lo que supone un paso más en la desaparición de la instalación, que ha estado operativa durante más de cuatro décadas.

Una voladura que se enmarca dentro del proceso de cierre y desmantelamiento de las centrales de carbón que la compañía lleva a cabo a cabo en España y que se completará en 2027, según ha explicado la empresa en una nota de prensa.

La demolición de las tres calderas de la central, junto con la anterior voladura de las tres torres de refrigeración y de la chimenea de 343 metros de altura, ha supuesto un hito, no solo por el simbolismo de las estructuras sino también desde un punto de vista técnico.

Para la realización de estas actuaciones ha sido necesario diseñar exhaustivos procedimientos con el objetivo de garantizar unas condiciones absolutas de seguridad y efectivas de demolición.

Esta misma prevención se aplica en todos los procesos que conforman los trabajos de desmantelamiento y demolición de la planta.

En el caso de la voladura de las calderas el proceso ha sido complejo al tratarse de elementos metálicos cuyo proceso de análisis, estudio y ejecución son diferentes a los de la demolición de estructuras de hormigón.

La ejecución de estos trabajos es el resultado de un proyecto específico previo en el que se ha analizado estructuralmente la afección de los trabajos preparatorios.

Así como la dinámica de la voladura, su secuencia, dirección de caída, medidas mitigadoras de las afecciones, medidas de vibraciones y puesta en seguridad de todos los elementos y estructuras afectadas.

Para la demolición se han utilizado 340 detonadores y 620 Kg de explosivo y se ha fijado un radio de seguridad de 400 metros.

Una vez que la caldera está en el suelo se realizan los trabajos de corte y preparación para el transporte con máquinas pesadas, lo que evita tener que hacer trabajos con operarios en altura y se maximiza la seguridad del proceso.

La voladura de cada una de las calderas ha producido alrededor de 10.000 toneladas de residuos metálicos que serán gestionados de acuerdo con la normativa medioambiental, y que serán valorizados para su posterior uso.

Cada una de las calderas de la central tenía 70 m de altura y 780 metros cuadrados de superficie en planta.

El desmantelamiento de la central térmica Teruel es una operación de gran complejidad técnica que moviliza ingentes recursos: alrededor de 250 personas de mano de obra directa se ocupan de los trabajos hasta su finalización en 2025.

El equipo humano que se ocupa de los trabajos procede en su mayoría de antiguas empresas contratistas o de residentes en la Comarca Andorra-Sierra de Arcos y limítrofes.