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Gumma Fest regala a Alcañiz dos días de pura nostalgia y una sorprendente tregua del tiempo Gumma Fest regala a Alcañiz dos días de pura nostalgia y una sorprendente tregua del tiempo
Uno de los momentos más efusivos de la noche del sábado, que reunió a miles de espectadores en el recinto ferial. Luciano El Fotoanimador

Gumma Fest regala a Alcañiz dos días de pura nostalgia y una sorprendente tregua del tiempo

Más de 4.500 personas pasan por el festival y confirman el éxito de la gira noventera
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Durante días, el cielo pareció poner a prueba a Alcañiz y al propio Gumma Fest. Las previsiones hablaban de tormentas, granizo y lluvias intensas que amenazaban con empañar un festival que desde hace tres años ha calado en el verano bajoaragonés. Incluso el viernes, pocas horas antes de abrir puertas, el aviso del 112 activó la alerta. Sin embargo, la fe obró su efecto y ni una sola gota terminó cayendo en el recinto ferial. Jordi Sanz, el DJ alcañizano que ideó el Gumma, no podía evitar sonreír cuando contaba que su madre “llevaba toda la semana poniendo velas en la Virgen de Pueyos para que el temporal respetara”, y aseguraba en sus redes sociales que él mismo siempre hace “algún ritual que funciona”. Y vaya si funcionó.

Con el cielo a favor, el Gumma Fest acogió a más de 4.500 asistentes, su número más alto hasta el momento.

El festival arrancó el viernes por la tarde con esa mezcla de expectación y nervios propia de las primeras horas de festival. El público fue entrando poco a poco, un goteo que tardó en convertirse en marea, mientras los primeros DJs del cartel iban calentando el ambiente y sacudiendo tímidamente los pies de quienes preferían tantear la pista con cautela.

Fue Atomic Otro Way el encargado de pegar el primer gran golpe sobre el escenario principal. Con su dembow dominicano logró arrancar las primeras ovaciones y, sobre todo, sorprender cuando apareció junto a él el saxofonista local Ian Ferrando, que con su saxo electrónico regaló un momento muy especial a los asistentes, orgullosos de ver cómo los artistas de casa se convertían en protagonistas ante miles de ojos.

Un grupo de amigas con camisetas diseñadas para el festival. Paula Argente

 

Recuerdos

Aunque la noche fue subiendo de temperatura, el punto álgido no llegó hasta bien entrada la madrugada, cuando Juan Magán, el puro rey del electrolatino se hizo esperar pero terminó irrumpiendo entre gritos y brazos en alto. Desde el primer acorde de Bailando por ahí o Ella no sigue modas, el recinto entero pareció trasladarse una década atrás, cuando esas canciones reinaban en todas las discotecas. Él mismo recordó que no era la primera vez que actuaba en Alcañiz y confesó sentirse feliz de volver a subirse a un escenario en la capital del Bajo Aragón. Fue un concierto donde no faltó la energía y nostalgia, con miradas cómplices entre amigos que compartieron aquellos años y ahora coreaban los estribillos con idéntica pasión, incluso alguna lágrima que se escapó, emocionada, por lo que evocaban esos acordes que trasladan a las primeras salidas con amigos.
 

La banda de pop-rock Pignoise trasladó a los asistentes a los años 2000 con su música. Luciano El Fotoanimador

Después, cuando ya parecía imposible exprimir más la noche, DJ Lázaro tomó el relevo para disparar los bpm y mantener viva la pista hasta el amanecer, con su sello habitual forjado en salas míticas como Coliseum o Mr Dance Club. Muchos cerraron la jornada con la camiseta pegada a la piel y las piernas al límite, pero con la certeza de que aquello había sido solo el principio.

Marea noventera

El sábado cambió de registro y de público. Por la tarde desembarcó en Alcañiz la gira Molan los 90, y de pronto el recinto se llenó de camisetas personalizadas con frases ingeniosas y grupos de amigos algo más adultos que la víspera. Marina Martínez, llegada desde Teruel con ocho amigas, explicaba divertida que para ellas era un plan perfecto. “De normal a estas alturas ya estaríamos con las previas de la Vaquilla, pero esto ha sido un cambio de aires genial. El festival está muy bien organizado y lo que más nos ha gustado ha sido la fiesta de los 90”. No eran las únicas; muchas cuadrillas venían con la complicidad de quienes llevan décadas escuchando esos temas, pero sin perder ni un ápice de ganas de saltar.
 

El organizador, Jordi Sanz posa junto al público. Luciano El Fotoanimador

Sobre el escenario, las leyendas noventeras cumplieron de sobra las expectativas. Sensity World soltó el mítico Give it up, Eva Marti y Marian Dacal elevaron el vuelo con su Flying free y Chimo Bayo, con su eterno Uh ah, puso patas arriba un recinto donde hasta hubo sitio para una despedida de soltera que agitaba más camisetas personalizadas entre bailes y selfies con desconocidos. Entre el público, Mari Mar García destacó la singularidad del momento mientras abrazaba a su hija Carlota, de apenas 15 años. “Mi hija y yo somos muy fans de esta música, ha querido venirse con nosotras y con mis amigas. Es todo un puntazo que haya un espectáculo así, diferente, que podamos disfrutar juntas”. l tardeo terminó con el DJ Xavi in session, pero la programación no daba tregua.

Cuando volvió a abrirse la noche, Pignoise trajo el pop punk que hizo la banda sonora de toda una generación con temas como Nada que perder, inevitablemente ligados a la serie Los Hombres de Paco, o Estoy enfermo. Luego subió el voltaje Daviles de Novelda, con su fusión de flamenco, bachata y reguetón, y canciones como Te miro a la cara o Mi gyal que hicieron rebosar de emoción de nuevo al público.
 

Juan Magán firma una camiseta tras su actuación del viernes. Luciano E.F

Sin duda, uno de los momentos más frescos y sinceros llegó con Cero, el joven sevillano que está arrasando en redes con Lady madrizZz. Tras su actuación, no escondía la felicidad que le había aportado la ciudad.

“Yo estaba súper feliz, la verdad, no ubicaba Alcañiz al principio, sabía que aquí gustan las motos, pero verme tan lejos de casa y ver cómo la gente cantaba mis canciones ha sido un regalo. La gente ha respondido totalmente, estoy muy contento”. Para cerrar dos días de pura descarga, los alcañizanos Cence Brothers regalaron una sesión de electrónica, que respirana la memoria reciente de grandes joyas de esta música como Avicii, Swedish House Mafia o Martin Garrix. Los hermanos sonaron con fuerza para empujar hasta el último baile y despedir la cita con un aire de “volveremos el año que viene”.
 

La gira de ‘Molan los 90’ aterrizó la tarde del sábado en Alcañiz. Luciano E.F

Y es que el Gumma Fest, ese sueño personal de Jordi Sanz convertido en gran festival, vuelve a demostrar por tercer año que en Alcañiz se puede reunir a miles de personas llegadas de toda España con la excusa de la música, pero con el trasfondo mucho más profundo de compartir recuerdos, sacar a relucir esa nostalgia que tanto transmite cada artista y proyectar la ciudad más allá de sus fronteras. Jordi no podía más que agradecer y así lo expresó en todas sus redes. “Quiero dar las gracias de corazón a mis amigos, a mi familia, porque sin ellos esto no hubiera sido posible. No tengo palabras para describir lo que ha significado esta edición”, dijo el organizador.

 

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