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Ramón White, responsable de renovables de Endesa para el noreste de España: “El proyecto de Andorra podría tener un acompañamiento en el ámbito industrial” Ramón White, responsable de renovables de Endesa para el noreste de España: “El proyecto de Andorra podría tener un acompañamiento en el ámbito industrial”
Ramón White Martín, responsable de Desarrollo de negocio renovable de Endesa para el noreste de España. Endesa

Ramón White, responsable de renovables de Endesa para el noreste de España: “El proyecto de Andorra podría tener un acompañamiento en el ámbito industrial”

El concurso del Nudo Mudéjar de Transición Justa del que depende la macroinversión de Enel saldrá en días
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Endesa aspira a que su proyecto de 1.725 megavatios (MW) de energía renovable en Andorra salga adelante gracias a la adjudicación de la capacidad de evacuación del Nudo Mudéjar de Transición Justa que sacará a concurso este mes el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco). La multinacional energética considera que su proyecto es muy competitivo desde el punto de vista medioambiental, económico y social, pero aún podría ampliarlo con un acompañamiento en el ámbito industrial. Entre tanto, Enel Green Power se centrará en desarrollar sus proyectos en tramitación, que considera que no habrá mayor problema en cristalizar pese a las alegaciones que está presentando la Plataforma a favor de los paisajes de Teruel. El responsable de Desarrollo de negocio renovable para el nordeste de España de la compañía, Ramón White, opina que en la provincia es “relativamente sencillo” que los parques lleguen a buen término por la disposición del Gobierno de Aragón a favorecer el desarrollo de energías renovables. A ello se une la política corporativa de la empresa para con los territorios.

-¿Qué potencia renovable tiene Endesa instalada en este momento en Aragón y cuáles son sus planes de expansión?

-Ahora mismo tenemos instalados en Aragón aproximadamente 1.400 MW que se reparten entre generación hidroeléctrica y generación eólica y fotovoltaica, entre ellos 740 MW repartidos en 30 parques eólicos. Hemos alcanzado los objetivos que nos proponíamos hace tres años, instalando 18 parques eólicos durante 2019 y 2020 y nuestros planes de crecimiento siguen siendo ambiciosos. Tenemos en cartera 13 nuevos proyectos, cuatro eólicos y nueve fotovoltaicos que suman algo más de 1.100 MW. Más allá de todo esto, tenemos planes importantes especialmente para la zona de Andorra.

-De todo lo que proyectan, ¿cuánto quedará en Teruel?

-En Teruel tenemos 12 parques eólicos en explotación que suman 364 MW, más dos fotovoltaicos en tramitación (285 MW) y dos eólicos en tramitación (60 MW). En desarrollo hay 10 fotovoltaicos (820 MW en total) y cuatro eólicos (360 MW).

-Su proyecto en Andorra depende en gran medida de obtener el acceso al Nudo Mudéjar. ¿Saben cuándo lo sacará a concurso el Ministerio para la Transición Ecológica y en qué condiciones?

-A lo largo de este mes podrían estar sentadas las bases del concurso. Si no es en mayo, no será mucho más tarde.

-¿Qué atractivos ha introducido Endesa a su proyecto para aspirar a llevárselo?

-Contamos con un proyecto muy completo. En Andorra estamos tramitando ya 335 MW en tres parques: el Sedeis V, de 50 MW de fotovoltaica, que se va a desarrollar en las instalaciones de la actual central térmica de Andorra: el Mudéjar, también fotovoltaica, de 235 MW entre Híjar, Alcañiz y Andorra; y el parque eólico Íberos, de 50 MW entre Molinos y Ejulve. El resto depende del Nudo de Transición Justa, para cuyo concurso tenemos un proyecto muy potente. No solo porque vayan a implantarse soluciones técnicas de última generación, sino también de almacenamiento. La producción de hidrógeno verde también va a estar presente. El proyecto es transversal y va más allá de la generación de bienestar en el entorno. Hablamos de economía circular dado que vamos a integrar soluciones agrivoltaicas de la mano de la agricultura y la ganadería local.

-¿Cuánto empleo va a generar este proyecto renovable?

-Hay un elemento previo que es la fase de desmantelamiento de la central térmica y que está generando ya puntas de hasta cien puestos de trabajo. Durante la fase de construcción de los parques renovables se generarán 4.000 puestos de trabajo y en una fase posterior de explotación y mantenimiento las cifras estarán en torno a los 140 empleos de manera estable. Esperamos que el proyecto de hidrógeno verde para el que aspiramos a obtener las ayudas europeas cree varias decenas de puestos de trabajo durante su fase de explotación.

-¿Formarán a la gente del territorio para que pueda acceder a trabajar en estos parques?

-En un proyecto de la dimensión del que estamos desarrollando en Andorra, y que esperamos sea mucho más importante, la formación ocupa un lugar fundamental. Desarrollamos un programa ambicioso de la mano del Ayuntamiento de Andorra y del Gobierno de Aragón con el que esperamos que 900 alumnos pasen por formación, tanto para la fase de instalación como su posterior operación y mantenimiento. Naturalmente, la intención es que la población de la zona pueda adquirir nociones para que un buen número pueda trabajar para nuestro proyecto.

-¿En qué consiste el hidrógeno verde?

-La fórmula es que, a partir de la energía renovable, generas hidrógeno que se destina al consumo de energía allá donde la electrificación no es competitiva. Puede ser en puertos, en grandes consumidores industriales y en un buen número de aplicaciones.

-¿Hay posibilidad de implantar alguna industria en Andorra relacionada con el vehículo eléctrico o similar que refuerce su compromiso de empleo?

-Está sobre la mesa la posibilidad de que nuestro proyecto en Andorra tenga un acompañamiento en el ámbito industrial. Pero de momento lo que tenemos que hacer es dedicarnos a trabajar en el proyecto renovable y tratar de que llegue a éxito.

-¿Temen que sus inversiones se ralenticen por las alegaciones que desde la Plataforma en defensa de los paisajes de Teruel están presentando sistemáticamente a todo proyecto que se promueve para tratar de evitar la masificación?

-Las alegaciones que se presentan a los proyectos forman parte de la naturaleza de la tramitación administrativa. Estamos en un momento que, por la intensidad de inversión y número de proyectos, la sensibilidad está un poquito más a flor de piel. Por la parte que nos toca, no tenemos la sensación de que estemos recibiendo más alegaciones ni más intensas que en proyectos recientes. Desde ese punto de vista no creo que afecte a los tiempos de tramitación.

-¿Les está sorprendiendo el nivel de oposición generado?

-Aquí hay que escuchar a todo el mundo porque todos tienen sus razones, e incluso quizá haya aspectos de los que aprendemos. Pero uno no puede concebir el cuerpo humano solo con huesos largos o cortos. La oposición al desarrollo renovable empieza a estar ligada a soluciones de autoconsumo que sin duda tienen que estar ahí, pero que pueden servir solo para pequeñas comunidades, no para darle el armazón energético al conjunto del país. Se necesitan infraestructuras de generación que den esa consistencia al sistema eléctrico y, por ende, al económico. Estamos muy electrificados como consecuencia de la reducción de emisiones y, si no desarrollamos proyectos potentes, no vamos a poder estar a la altura que exige el momento actual.

-¿Por qué las eléctricas eligen esta provincia?

-En primer lugar, porque las características orográficas son idóneas. En segundo, porque el recurso eólico que ofrece es muy razonable, incluso en radiación solar puede estar muy cerca del nivel de zonas del sur. Además, la infraestructura en cuanto a capacidad en red y transporte es muy buena, y eso es mérito de Red Eléctrica con el empuje del Gobierno de Aragón porque ha facilitado mucho el camino. La tramitación en Aragón no es un camino de rosas porque tiene sus espinas, pero la disposición que ha demostrado el Ejecutivo hace que tramitar proyectos en Teruel sea relativamente sencillo.

-¿Vienen también porque hay poca población y se presupone menos oposición social?

-En absoluto. Nosotros trabajamos con estrategias de acercamiento a alcaldes y grupos de interés para que el diseño de los proyectos sea amable, entendido y no agresivo. Posteriormente, identificamos proyectos de interés para la creación de riqueza, eficiencia energética, formación o conservación del patrimonio allá donde nos instalamos.

-¿Cree que se acabarán desarrollando todas las centrales que se proponen en Teruel?

-Con las magnitudes que hay sobre la mesa, yo veo difícil que todos los proyectos acaben teniendo cabida. Se va a producir algún tipo de selección natural. Será labor de la administración autonómica y central decidir si estos proyectos reúnen las condiciones técnicas y medioambientales para llegar a buen puerto.

-Los ayuntamientos que Endesa ha tanteado parecen estar satisfechos con lo que les ofrecen. ¿Dialogan a la hora de emplazar turbinas y cableado?

-Para que un proyecto salga adelante tiene que estar en línea con el territorio. De otra manera, lo que vas a encontrar es oposición y una dificultad extraordinaria para que pueda llegar a cuajar. Cuando identificamos una oportunidad entramos en contacto con los alcaldes como representantes del territorio, exponemos nuestra idea de proyecto y, sobre todo, escuchamos. De esa escucha, y lo conseguimos en la inmensa mayoría de las ocasiones, encontramos puntos comunes que permiten que el diseño se lleve a cabo de manera no tanto consensuada, pero sí de forma que el entorno se encuentre cómodo. Es una estrategia de Creación de Valor Compartido que persigue maximizar el valor generado a la comunidades locales en el entorno de nuestros activos a lo largo de toda su vida útil.

-¿Son compatibles los proyectos renovables con la actividad agrícola y ganadera?

-Nuestra política es compartir y no competir por el uso del suelo. En este sentido, tenemos ya proyectos en otras partes de España donde la planta fotovoltaica convive con el desarrollo de iniciativas de apicultura, con la plantación de especies vegetales o con el pastoreo de ganado lanar. Alentamos y empujamos este tipo de soluciones, y en Andorra lo vamos a ver. Tenemos ya un ramillete de acuerdos.

-¿Hay garantías de que las centrales se desmantelen cuando llegue el final de su vida útil? ¿Podrían repotenciarse?

-El Gobierno de Aragón nos exige depositar una garantía en forma de aval muy importante para que el día de mañana, si no desmantelamos, que lo haremos, pudiese costearlo él como responsable subsidiario. No sabemos qué pasará dentro de 25, 30 o 35 años. Si nos hubiesen dicho hace 35 años que ahora íbamos a estar inmersos en una revolución energética de esta magnitud, probablemente hubiésemos dudado. Sobre la repotenciación de parques eólicos, está sobre la mesa de los que se empezaron a construir en España y en los que Endesa tuvo un papel importante para optimizar el recurso eólico. Adivino que de aquí a 30 años habrá soluciones diferentes pero similares. Pero el compromiso de Endesa es absoluto: cuando acabamos de explotar una instalación industrial de generación de energía, de forma escrupulosa llevamos a cabo las fases de desmantelamiento con las técnicas más punteras y con el objetivo de que el entorno quede restaurado. Lo hicimos con las minas de carbón y lo estamos haciendo ahora con centrales térmicas como la de Andorra.

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