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Albarracín fue la chispa del Grupo Equilátero, que ahora regresa con coloridos paisajes Albarracín fue la chispa del Grupo Equilátero, que ahora regresa con coloridos paisajes
Antonio Jiménez, gerente de la Fundación, en la inauguración de la muestra junto a Conchi Aguilar, Joaquina Sánchez Dato, Pilar Jiménez Amat e Isabel Picazo

Albarracín fue la chispa del Grupo Equilátero, que ahora regresa con coloridos paisajes

Cuatro pintoras muestran sus diferentes estilos y temáticas en una muestra en la Torre Blanca
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Cruz Aguilar

Trayectorias convergentes es el título de la exposición que expone la Torre Blanca hasta el próximo 7 de julio y que corresponde a las cuatro mujeres que integran el Grupo Equilátero. Isabel Picazo, Conchi Aguilar, Pilar Jiménez Amat y Joaquina Sánchez Dato se conocieron en uno de los Cursos de Pintura de Paisajes que cada año organiza la Fundación Santa María de Albarracín y en plena pandemia decidieron perfilar su primera exposición conjunta.

Esa muestra pionera fue en agosto del pasado 2021 en Requena (Valencia) y en Navidad tuvo lugar la segunda en el Museo Municipal de Albacete. Ahora sus coloridas pinturas con variadas técnicas han recalado en Albarracín, un lugar emblemático para todas ellas puesto que allí surgió una relación que luego han mantenido con la participación conjunta en otros cursos y los encuentros pictóricos del Grupo Equilátero en diferentes lugares. “Somos un grupo en el que cada una aporta, porque tenemos cualidades diferentes y el objetivo es irnos superando”, comenta Pilar Jiménez Amat, que es una de las integrantes.

Un mismo motivo

Para esta exposición Trayectorias convergentes han realizado cada una un cuadro con unas dimensiones de 120x120 y todas ellas han plasmado, desde una técnica y perspectiva diferente, la torre del Palacio Episcopal de Albarracín. “Sale diferente, pero es armónico”, comentó.

Entre los cuadros que cuelgan de la Torre Blanca hay numerosos paisajes porque toda la exposición gira alrededor de la naturaleza y su contacto con ella: “Creemos que nos enseña mucho y es donde más se aprende a esquematizar y encontrar el color real, aunque luego se va interpretando”, relata Jiménez Amat.

Los cuadros de Isabel Picazo son óleos y collage, que es la técnica en la que se inició hace tres años y sobre la que está madurando. Hay varias obras en óleo sobre acero corten y algunas que imitan collage pero realmente son pictóricas.

La poesía pictórica de los paisajes de Conchi Aguilar, con su gama de malvas y violetas, llaman la atención sobre los fondos neutros de la Torre Blanca.

Por su lado Joaquina Sánchez Dato ha llevado hasta Albarracín varias obras que reflejan las norias murcianas, un patrimonio que quiere inmortalizar y ponerlo en valor a través de su magistral forma de plasmar el color. Aunque Sánchez Dato es una artista de la acuarela, la mayor parte de las obras que cuelgan  ahora en Albarracín son óleos.

Por su parte Pilar Jiménez Amat ha hecho un hueco a las llanuras manchegas en las agrestes sierras turolenses. maestros a la hora de salvaguardar documentos y mobiliario antiguo.

La exposición Trayectorias convergentes formada por cuadros de las cuatro pintoras podrá visitarse en la Torre Blanca hasta el próximo 7 de julio.

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