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Albentosa está ocupada por el ejército nazi y a la espera de ser liberada  por los soldados aliados Albentosa está ocupada por el ejército nazi y a la espera de ser liberada  por los soldados aliados
Todos los recreacionistas participaron en el homenaje a los caídos. Javier Escriche

Albentosa está ocupada por el ejército nazi y a la espera de ser liberada por los soldados aliados

El IX Memorial March rememora la II Guerra Mundial en el evento recreacionista “más fidedigno de España”
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Cruz Aguilar

Desde el capellán militar alemán al oficial médico que, junto a la jefa de enfermeras, se ocupa de que en el hospital de campaña esté todo lo necesario para atender a los heridos. En Albentosa no falta un detalle para que, durante todo el fin de semana, se respire el ambiente de un pueblo francés ocupado por los nazis durante la celebración del IX Memorial March. Los carteles propagandísticos, la población civil paseando en bicicleta o las escaramuzas que se producen con las continuas incursiones de los aliados propiciaron este sábado que los visitantes se sintieran como extras en una película inspirada en lo que ocurrió en una localidad francesa justo antes del desembarco de Normandía, del que este 2024 se cumple el 80 aniversario.

La novedad del Memorial March de este año era la implicación del público en el desarrollo del evento y durante la jornada de este sábado los soldados alemanes pidieron la documentación a quienes ellos decidieron, como debió ocurrir el pasado siglo en los pueblos tomados por los nazis. Además, como si de un juego de rol se tratase, algunos de los espectadores se convirtieron en portadores de mensajes de los aliados y fueron superando pruebas para conseguir un regalo por participar.

En total, 200 recreacionistas participan en la novena edición de estas jornadas, consideradas por muchos “las mejores y más fidedignas de todas las que se celebran en España en torno a la II Guerra Mundial”. La liberación de la población será este domingo en medio de una batalla llena de efectos especiales pirotécnicos.
 

El grupo de las enfermeras, en la zona del hospital de campaña donde se expone el material sanitario. Javier Escriche


Los actos arrancaron este sábado con un homenaje a “todos los caídos que dieron la vida por sus ideales”, explicó José Miguel Alfonso, que es uno de los miembros de la organización, durante el acto. Además, los asistentes recordaron a su compañero Armando Tejedor, recreacionista que participó en varias ediciones del evento de Albentosa, a quienes sus compañeros de grupo le honraron con una corona de laurel. También hubo un recuerdo para Abilio Marqués León, un paracaidista de Albentosa que fue de los pocos españoles que saltó el día D en Normandía. En el homenaje no faltó la música de un gaitero profesional, Ramón Redorta, que interpretó Amazing Grace durante el homenaje y justo antes de que sonara la salva de un cañón.

Previamente se había pasado revista a las tropas porque, al igual que en el entorno militar, en Albentosa ninguno de los participantes puede llevar un elemento que no coincida con el personaje que recrea.

Uno de los responsables de esa supervisión es Pepe Sampedro, recreacionista de Screaming Eagles, el grupo organizador, y aseguró que prácticamente todo el mundo cumple los requisitos porque “la gente ya sabe a lo que viene”, sentenció. A modo de ejemplo del rigor que hay en Albentosa destacó que los soldados lleva barba: “Recreamos el día del desembarco, a medida que avanzó la operación ya les crecería la barba a los soldados, pero ese día iban afeitados”, apostilló.

Las recreaciones históricas las llevan a cabo apasionados a la historia y las ideas políticas de cada uno no tienen nada que ver con el personaje que recrean. De hecho, buena parte de ellos poseen trajes para encarnar a oficiales o soldados de cualquier bando, tanto alemanes como aliados de diferentes países. Lo que sí tienen todos en común es el interés por conocer más del episodio histórico que recrean.
 

Soldados alemanes pidiendo la documentación a una pareja del público. J. E.


La presencia de mujeres va a más cada año en Albentosa y este año algunas de las enfermeras del grupo Army Nurse colgaron el uniforme para vestirse de partisanas. Entre ellas estaba Carmen Chiner, que tiene casa en los Mases de Albentosa y se sumó el año pasado a la recreación junto a su marido. Prácticamente ninguna de ellas es sanitaria en su vida real, pero como apuntó Emma Martínez, encarnar el papel de enfermera es “un homenaje a ellas”. Añade que se trata de una figura que, a su juicio, en el recreacionismo está un tanto olvidada: “A la gente le gusta coger un arma y disparar, se olvidan de los profesionales que tantas vidas salvaron”, aseveró.

Aunque muchos de los recreacionistas llevan años paseando sus uniformes por Albentosa, cada edición hay nuevas incorporaciones. Este sábado se sumó Francisca Reyes, que acudió de Barcelona porque su marido es fotógrafo y desde la organización les aconsejaron que se caracterizaran para moverse con libertad en las escenas. “Para nosotros es todo nuevo, pero por lo que hemos visto se lo trabajan mucho, todo el pueblo está implicado. hay hasta carteles por las calles”, dijo la mujer, que iba de población civil aliada.

También se estrenó Moisés Griñán, un estudiante murciano de Artes Escénicas que estaba encantado con el acercamiento a la historia que estaba teniendo en Albentosa: “Aprendes más porque lo ves cara a cara y te enteras más que estando en clase”, especificó. Junto a la vestimenta de partisano se llevó la cámara para grabar un corto porque el lugar se presta a “sacar muchas ideas”, aseguró.

Para Albentosa el Memorial March supone una buena publicidad y “barata”, explica la alcaldesa, Yolanda Salvador, sobre todo a través del documental que cada año ruedan y que se difunde a nivel internacional. En total participan 200 recreacionistas, porque es el cupo máximo que se establece, ya que la demanda es mucho mayor, y el evento atrae a público tanto de la provincia de Teruel como de la Comunidad Valenciana. Además de llenar los establecimientos hoteleros dela zona, el Memorial March abre boca a muchos de los participantes, que regresan a lo largo de año para conocer la zona ya libre de la ocupación alemana.
 

El capellán José Luis Álvarez y el oficial Ángel Álvarez, en la capilla instalada junto al hospital de campaña. J. Escriche

Se ha recreado el hospital de campaña y la capilla

La estructuración y organización alemana llegaba a todos los estamentos y a los diversos sectores, desde el sanitario, donde las bolsas de los oficiales médicos, las de los auxiliares y las de las enfermeras eran diferentes y adaptadas a la función de cada uno, hasta el funerario, que seguía toda una serie de protocolos. José Luis Álvarez ocupaba este sábado el puesto de capellán militar en la capilla de campaña, situada al lado del hospital, y junto a él estaba Ángel Álvarez, oficial del servicio de Inteligencia de las SS y su hijo en la vida real.

El joven explicó que los alemanes marcaban sobre un mapa las zonas donde caían compañías o soldados para poder regresar, ya con las aguas calmadas, a recoger la cartilla militar y la placa identificativa que todos los integrantes del ejército, independientemente del cargo, llevaban. Esa documentación se enviaba a las oficinas mortuorias, que preparaban los papeles donde se indicaba la causa y el lugar de la muerte para hacerlos llegar a los familiares, junto con la insignia y la cartilla y una especie de recordatorio de su familiar en el que se incluía la foto, los datos personales y también el lugar y el motivo del deceso. Los Álvarez se desplazaron desde La Coruña y recorrieron más de 900 kilómetros para ponerse su uniforme nazi en Gúdar-Javalambre, pero el esfuerzo “valió la pena”, ya que llegaron recomendados por el rigor histórico del evento recreacionista, que cumplió totalmente sus expectativas.

Ángel fue el que metió el gusanillo del recreacionismo a su padre y ambos disfrutan ahora juntos de su afición. Al igual que otros apasionados de este mundillo, el joven tiene una docena de uniformes en su armario, la mayoría de ellos de diferentes compañías del ejército alemán porque “así se reaprovechan las piezas de unos para otros”, dice.

También Roberto Cañón, que acudió con su mujer, Uxúe Abete, desde Bilbao, tiene una gran variedad de uniformes y, en su caso, sí son de diferentes ejércitos. Este sábado encarnaban al oficial médico y a la jefa de enfermeras del hospital de campaña, donde todos los materiales expuestos los aportaron ellos. “Son todo piezas originales o réplicas”, explicó Cañón, quien a su vez hizo hincapié en la estructuración y estandarización que había de los materiales, tanto médicos como constructivos. Los visitantes que se desplacen este fin de semana hasta Albentosa podrán admirar, entre otras cosas, el único cajón de batallón que hay en España y en el que una gran parte del contenido es original. Se trata de un baúl de gran tamaño donde estaban todas las medicinas y material sanitario para reponer las bolsas de oficiales médicos y oficiales y también de enfermeros.

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