Cuatro talleres muestran el proceso de fabricación del jabón artesanal

La Comarca Comunidad de Teruel ha organizado cuatro talleres de fabricación de jabones y ambientadores en otros tantos pueblos de la provincia. La actividad, impartida por Guada Caulín, sirve no sólo para aprender a hacer jabones artesanales, sino para recordar tradiciones que antes estaban muy presentes en los pueblos y que poco a poco se han ido perdiendo.

El primer taller fue en Riodeva y se desarrolló en dos sábados, mientras que los otros han sido en Ababuj (en una sola jornada, en horario de mañana y tarde) y en Torrelacárcel. Cada sesión ha tenido una duración de tres horas y, según explicó la docente, “lo bonito, además de la gran aceptación, es que todos han comenzado contando las tradiciones del medio rural”, dijo. En todos los talleres han participado entre 15 y 18 personas. La última sesión será este próximo fin de semana en Orrios.

Las asistentes, prácticamente todas mujeres, contaron experiencias y trucos que realizaban ellas mismas o sus antepasadas, como echar un poco de sal para que no se enrancie o usar plantas aromáticas, como romero y lavanda, para que los jabones tuvieran aroma.

A raíz de los comentarios de las asistentes se hizo la presentación de los jabones. El primero es el de sosa, el básico para lavar los platos y “el típico que se hace con el aceite usado y filtrado”, les explicó Caulín. Después les habló del destinado a la ropa y muy efectivo para quitar las manchas, “que es el aceite de oliva de toda la vida y se conoce como jabón de Castilla”, especificó. La ronda concluyó con los jabones más actuales, destinados al rostro y al cuerpo y mucho más elaborados al utilizar productos muy nutritivos, como el aceite de almendras o la manteca de karité.

En esa primera sesión, además de compartir experiencias y explicar las diferencias, se fabricaron los jabones, mientras que la segunda de la sesiones estuvo destinada a confeccionar los ambientadores con cera de abeja y esencias y colocar las decoraciones. Las participantes aprendieron a su vez a elaborar óleos macerados con elementos de la naturaleza, como lavanda, tilo o salvia.

En ese segundo taller se cortaron los jabones del día anterior y se habló de la diferencia entre esos jabones de glicerina que están hechos en el momento, con los que se hacían antaño que, por contra, eran mucho más sostenibles y ecológicos al emplear principalmente elementos de desecho como el aceite usado.