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Dos colmenas restauradas invitan a intercambiar libros en las Cuevas de Cañart Dos colmenas restauradas invitan a intercambiar libros en las Cuevas de Cañart
Varios vecinos, durante la actividad en la que adecentaron las antiguas colmenas para convertirlas en espacio de libros

Dos colmenas restauradas invitan a intercambiar libros en las Cuevas de Cañart

La iniciativa busca animar a los vecinos a compartir sus lecturas preferidas
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Cruz Aguilar

Las Cuevas de Cañart dispone de un espacio cultural que se denomina BiblioCuevas para fomentar el intercambio de libros. Se trata de dos antiguas colmenas de abejas restauradas y adecuadas para albergar novelas, cuentos y ensayos depositados por los propios vecinos para que otros los disfruten.

El espacio se ubica en el trinquete, es una pequeña biblioteca callejera que, según explican desde la Asociación Cultural El Morrón, que es la impulsora, está inspirada “en varios ejemplos que habíamos visto en otros pueblos y grandes ciudades”.

La actividad se fraguó durante el pasado verano, en el marco de la Semana Cultural y una de las actividades programadas fue precisamente la puesta a punto de las dos colmenas de abejas que estaban en desuso y que ahora están repletas de libros.

Un niño, cogiendo un cuento de BiblioCuevas


Además, para estrenarla a lo grande, contaron con dos autores aragoneses, Víctor Guiu y Wenceslao Varona, que presentaron en la localidad sus últimos libros. Precisamente ambas obras fueron las primeras moradoras de la biblioteca callejera, que en los meses posteriores se ha ido llenando con las aportaciones de diversos lectores de la localidad. Según explican desde la asociación, en las colmenas convertidas en pequeñas bibliotecas hay obras de todas las épocas y temáticas, así como para todas las edades.

“Es importante que todo el mundo entienda que no se trata de un “contenedor” donde dejar libros que ya no uses, sino un lugar donde llevar aquellos que ya has leído, que te han marcado, que sabes que pueden gustar a tus vecinas y vecinos”, argumentan dese la asociación impulsora de la actividad.

Además, en estos primeros meses de andadura hacen una valoración muy positiva del resultado puesto que son muchos los vecinos que lo están usando. “Es un orgullo, además, ver cómo se trata de un espacio vivo, donde cada semana encuentras libros nuevos y ves cómo, aquel que trajiste hace unos días, ya no está. E imaginas quién se lo puede estar leyendo”, matizan.

En el punto wifi

Por otro lado, en las Cuevas de Cañart no hay apenas cobertura de móvil y en el trinquete está el punto wifi del pueblo, por lo que se trata de un espacio muy utilizado por los jóvenes. “Quién sabe, tal vez consigamos que algún adolescente, o no tan adolescente ya, se acerque a mirar el TikTok y termine leyéndose una novela de Dostoievski”, dicen los impulsores de la iniciativa.

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