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La exhumación de las fosas de Albarracín recupera nueve víctimas de la guerra La exhumación de las fosas de Albarracín recupera nueve víctimas de la guerra
El documentalista Eloy Ariza, trabajando para plasmar todos los detalles y posiciones de las víctimas halladas

La exhumación de las fosas de Albarracín recupera nueve víctimas de la guerra

Hay tres fusilados republicanos, un militar franquista, tres civiles y dos guardias civiles
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Cruz Aguilar

La exhumación de las fosas de la guerra civil en Albarracín está a punto de concluir y, hasta ahora, han descubierto nueve nuevas víctimas de la guerra civil en tres fosas. En una de ellas aparecen tres fusilados republicanos en algunas de las sacas que se llevaron a cabo entre septiembre y octubre de 1936. En otra de las fosas hay un militar y dos guardias civiles, todos ellos combatientes franquistas, además de un civil. Además, en esos mismos niveles, por lo que también se corresponden con la guerra, se han localizado los cadáveres de dos mujeres de cuya identidad por ahora no se tienen pistas, puesto que no aparecen en ninguno de los registros consultados.

A todos ellos se suman otros tres cuerpos de personas fallecidas por muerte natural y junto a cuyas tumbas fueron depositados el resto de los cadáveres ya durante la contienda bélica.

La campaña se ha prolongado a lo largo de unos diez días en los que hasta la nieve ha hecho acto de presencia. Esta campaña, en la que aún confían en poder excavar una zona próxima más, "puede ser definitiva para conocer el número total de fosas y víctimas de la represión franquista en Albarracín", especifican los responsables de ArqueoAntro, que es la agrupación encargada de los trabajos de memoria histórica. La exhumación ha sido contratada por el Gobierno de Aragón, que la financia con fondos estatales del Ministerio de Política Territorial y Memoria Democrática.

En la fosa más próxima a la Torre Blanca estaban, según indicó uno de los arqueólogos responsables de la excavación, Miguel Mezquida, los restos de tres republicanos fusilados , como indican los impactos hallados en sus cuerpos. En la zona del cementerio de Albarracín hubo varias sacas de presos que fueron asesinados allí mismo, a pocos metros de donde depositaron sus cuerpos.
 

Una nueva fase de la exhumación, en la que se aprecian los cuerpos anteriores a la guerra civil

La segunda de las fosas tenía cuatro cuerpos, dos eran guardias civiles por los botones con la insignia que se han recuperado de sus uniformes y, además, en la superficie había dos lápidas con sus nombres y el símbolo de la Guardia Civil. Junto a ellos se ha encontrado a un militar franquista y a un civil y, según indican los investigadores, posiblemente todos ellos fueron asesinados durante la contraofensiva republicana de julio de 1937, en la que Albarracín fue prácticamente sitiado.

Una de las víctimas del bando franquista conservaba las botas militares, perfectamente visibles tras la exhumación. La búsqueda de esta fosa se realizó a petición de los familiares de los combatientes del bando nacional, aunque han aparecido más cuerpos de los que se creía que habia en este enterramiento. La hipótesis previa era que hubiera tumbas individuales, pero los cuatro cuerpos estaban depositados juntos y sin ningún cuidado.

El arqueólogo Álex Calpe indica que los cuatro cuerpos fueron sepultados bajo tierra con poco cuidado. Se trata de combatientes del bando nacional pero que posiblemente, y como indica Mezquida, fueran abatidos días antes de ser enterrados y por la situación de amenaza a raíz de la contraofensiva republicana, no pudieran ser sepultados hasta algunas jornadas después. "Era julio y habría prisa por enterrarlos para evitar infecciones", comenta con respecto al poco cuidado con el que fueron enterrados.
 

Símbolo de la Guardia Civil

La contraofensiva republicana sobre Albarracín tuvo lugar en julio del año 1937. La ciudad fue cercada y hubo combates desde fuera del pueblo hacia el interior y muchos combatientes y civiles se refugiaron en la propia Catedral. El presidente de la Asociación Pozos de Caudé, Paco Sánchez, relataba ayer junto a las fosas que él tenía constancia de al menos un civil que murió tiroteado al asomarse a una de las ventanas del templo, según le narró en el pasado un vecino de Albarracín que estaba presente.

A esas dos fosas se suma una tercera entre ambas en la que han aparecido dos mujeres. En todos los casos anteriores hay documentación que refleja o bien el fusilamiento o los combatientes que cayeron, de los que hay una lista de doce, donde aparecen tanto militares como civiles, pero ninguna mujer. En este sentido, los investigadores indican que por el momento no han hallado nombres femeninos que pudieran coincidir con los restos exhumado, aunque apuntaron que continuarán buscando en otros archivos, como el parroquial.

En un nivel inferior a las víctimas de la guerra han aparecido otros tres cuerpos, enterrados solos y en posición boca arriba. Son de épocas anteriores y fallecieron por muerte natural pero, como en otros casos de fosas de la contienda bélica el espacio entre los que cayeron en la guerra o a manos de la represión franquista se entremezclan con restos anteriores.

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