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La Feria del Caballo recupera la pasión ecuestre de Santa Eulalia del Campo La Feria del Caballo recupera la pasión ecuestre de Santa Eulalia del Campo
La romería a caballo discurrió entre la plaza de toros y la ermita de la Virgen del Molino

La Feria del Caballo recupera la pasión ecuestre de Santa Eulalia del Campo

Los organizadores destacan la buena participación en la sexta edición
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La VI Feria del Caballo ha recuperado este fin de semana la pasión ecuestre de Santa Eulalia del Campo tras dos años sin poder celebrarse a causa de la pandemia. Los organizadores destacaron la buena participación que ha tenido y expresaron su voluntad de seguir organizándola y atraer nuevos jinetes cada año.

La feria, que alcanzó su sexta edición, se celebró durante el sábado y el domingo con una programación en la línea de anteriores ediciones que incluyó un encierro en el campo con un novillo y bueyes, un espectáculo ecuestre y el domingo la romería a la ermita de la Virgen del Molino, además de dos comidas de hermandad entre los asistentes y otras actividades lúdicas.

Paco Olivas, miembro de la organización, destacó que para el espectáculo de la plaza de toros celebrado el sábado se vendieron 630 entradas y que durante todo el día asistieron a los actos entre ochocientas y mil personas al ser el día más participativo. El domingo la jornada estuvo menos concurrida aunque numerosas personas acudieron por la mañana a la romería a la ermita, que incluyó una misa rociera y la degustación de una caldereta popular a su término.

Una veintena de jinetes participaron en la romería, mientras que el sábado en el encierro lo hicieron en torno a 70, que condujeron las reses desde el campo hasta la plaza de toros.

Olivas explicó que de los setenta caballos que intervinieron el sábado en el encierro unos cincuenta se guardaron en Santa Eulalia del Campo, mientras una veintena llegaron desde los pueblos de los alrededores. Valoró además la llegada de aficionados desde Valencia y Zaragoza, además de municipios turolenses más alejados como Híjar. Un 10% de los participantes lo hicieron de sitios alejados, apuntó.

El encierro del sábado contó con la participación de numerosos jinetes

El miembro de la comisión organizadora expresó su “satisfacción” por cómo había transcurrido la feria durante el fin de semana, cuyo objetivo es fomentar la pasión por el caballo. Aseguró que el último año que habían hecho la feria, en 2019, la respuesta había sido “muy buena” y en esta ocasión también tras recuperarla pasada la pandemia.

Olivas comentó que el caballo es un entretenimiento en alza que desata cada vez más pasiones, como pudo verse entre los jinetes participantes, ya que había gente muy joven, principalmente amazonas.

Miguel Fuertes, del Centro Ecuestre de Santa Eulalia, manifestó que hay “mucha afición” y que lo que atrae a la gente es la “belleza y nobleza” de los caballos. El centro cuenta con 50 alumnos, entre ellos Sofía, de tan solo 9 años y de Teruel, que empezó a montar hace tres años animada por su hermana mayor, que también es amazona. El domingo montaba una yegua llamada Estrella, a la que aseguró que tenía “mucho cariño porque es con la que he aprendido”.

Joanna Guillén, de Valencia aunque descendiente de Santa Eulalia, lleva doce años montando desde que un día probó, le gustó, “y no he dejado de hacerlo”, comentó. “Montar a caballo es como una forma de vida, te libera del estrés y te tranquiliza”, comentó a lomos de Frisquis, un precioso caballo de raza frisón con amplio calzado.

Ilusión por seguir haciendo el encuentro y que acuda gente

La Feria del Caballo de Santa Eulalia del Campo se plantea el reto de seguir adelante en esta nueva etapa tras la pandemia, según indicó Paco Olivas, miembro de la organización, que recordó que el reto inicial que tenían era llegar a la quinta edición, celebrada en 2019.

Ahora que la feria se ha recuperado tras la pandemia, Olivas señaló que la intención es seguir sumando ediciones año tras año, a la vista de la buena recepción que tienen actividades como el encierro y el espectáculo ecuestre, en el que este año había también seis sementales del Ejército.

“Tenemos ganas de seguir y de hacerla todos los años y que la gente participe”, indicó Olivas, quien consideró que cada vez hay más personas que se sienten atraídas por esta disciplina y se animan a tener un caballo. “La afición va en aumento y cada vez se ven más caballos, sobre todo en el mundo rural”, concluyó.

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