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La Fundación San Roque de Calamocha inicia excavaciones arqueológicas en una construcción para uso hidráulico para recuperar la maquinaria La Fundación San Roque de Calamocha inicia excavaciones arqueológicas en una construcción para uso hidráulico para recuperar la maquinaria

La Fundación San Roque de Calamocha inicia excavaciones arqueológicas en una construcción para uso hidráulico para recuperar la maquinaria

La intención es recuperar el martinete de cobre del siglo XVII para su futura musealización
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La Fundación San Roque, que depende del Ayuntamiento de Calamocha, ha iniciado la excavación arqueológica del martinete de cobre, siglo XVII, para su futura musealización con la reconstrucción de la maquinaria hidráulica y sea visitable. Recientemente han terminado los trabajos de limpieza y consolidación del martinete de cobre.

La arqueóloga, Lourdes López, manifestó que se habían iniciado los trabajos de excavación arqueológica del martinete de cobre de Calamocha, que posteriormente fue fábrica de jabones hasta principios del siglo XX.

Previamente a los trabajos de limpieza y consolidación del martinete de cobre se realizaron unas catas arqueológicas donde se encontraron en su primer nivel los restos de la fábrica de jabón y es ahora cuando se quiere buscar en otro nivel con la nueva excavación arqueológica más restos del martinete de cobre.

En esta línea, la arqueóloga Lourdes López expresó su confianza que en las tres o cuatro próximas semanas aparezcan restos del martinete de cobre.

El técnico de cultura del Ayuntamiento de Calamocha e historiador, Emilio  Benedicto, apuntó que tras la excavación arqueológica se planteará la reconstrucción del martinete de cobre, quien recordó este proyecto que se hace por fases y en la primera de ellas fue la compra del martinete de cobre y su desescombro, que se hizo con subvención del Fondo de Inversiones de Teruel.

La instalación industrial del martinete de Calamocha se componía de un pequeño taller construido en torno a una enorme fragua en la que se fundía el cobre ayudado por una trompa de soplado movida por agua. Las planchas obtenidas pasaban posteriormente al martinete, un gran martillo hidráulico que les proporcionaba la forma definitiva. Actualmente la fundidora está en ruinas, conservándose el gran cárcavo de piedra en arco de medio punto en donde iba alojada la rueda o noria que movía el martillo y la trompa de soplado, así cómo la balsa, situada en la parte superior del cárcavo.

En Calamocha, esta pequeña fundidora de mineral de cobre fue construida en el año 1689 por el mercader Antón Rivera Pougheol, socio auvernés de Diego de San Martín, quienes gestionaron en común un anterior martinete en Daroca. En el censo de edificios de 1860 aparece citado como martinete de Rivera, desapareciendo en los posteriores censos.

El ingenio industrial del martinete de cobre de Calamocha tomaba el agua de la acequia del Cubo.  El edificio se encuentra contiguo al antiguo molino harinero y muy cerca del Puente Romano y del lavadero de lanas. 

 

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