Síguenos
Las huellas de dinosaurio marcan el camino de los jóvenes hacia las vocaciones científicas Las huellas de dinosaurio marcan el camino de los jóvenes hacia las vocaciones científicas
La paleontóloga Ana González toma medidas de las icnitas con los alumnos participantes en la actividad

Las huellas de dinosaurio marcan el camino de los jóvenes hacia las vocaciones científicas

La Fundación Dinópolis desarrolla una actividad del Día de la Mujer en la Ciencia en El Castellar
banner click 244 banner 244
banner click 236 banner 236

Las huellas de dinosaurio marcaron este lunes el camino hacia las vocaciones científicas de jóvenes estudiantes del IES Vega del Turia en el municipios de El Castellar, donde la Fundación Conjunto Paleontológico de Teruel-Dinópolis desarrolló una actividad con motivo de las celebraciones del Día de la Mujer y la Niña en la Ciencia. Un total de 33 alumnas y alumnos de este centro educativo de la capital turolense visitaron el yacimiento de icnitas de El Pozo y, además de conocer su potencial, pudieron experimentar cómo se desarrolla el trabajo científico y conocer de qué manera un recurso autóctono de la provincia como son sus fósiles puede acabar convirtiéndose en un motor de desarrollo.

Cinco paleontólogas y restauradoras de la Fundación Dinópolis fueron las encargadas de mostrar a los estudiantes el afloramiento de icnitas, en el que se han excavado más de 500 huellas de dinosaurio del Jurásico Superior y que se ha convertido en uno de los más importantes de la Península Ibérica.

El objetivo de esta actividad denominada Dejando huella, organizada con motivo de la celebración del Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, era despertar la curiosidad por la ciencia y fomentar vocaciones científicas mostrando a las alumnas y alumnos la importancia que tiene el conocimiento científico y de qué manera puede repercutir positivamente en la sociedad.

Excavación

La paleontóloga de la Fundación Dinópolis, Ana González, junto con otras cuatro profesionales de esta institución, fueron las encargadas de mostrar la excavación, el trabajo que se hace, cómo contribuye al avance del conocimiento, y de qué manera repercute entre los habitantes de la zona.

González destacó los “resultados fabulosos” que se están consiguiendo en este yacimiento, descubierto en el año 2002 y cuyas primeras publicaciones científicas datan de 2003. Un año después, el lugar fue reconocido por el Gobierno de Aragón como Bien de Interés Cultural, una figura de protección similar a la que tienen otros 16 afloramientos paleontológicos catalogados BIC en el resto de la provincia.

La actividad se dividió en dos partes, una primera informativa en la que las paleontólogas introdujeron al alumnado en lo que es el yacimiento y el estudio genérico de las icnitas, y una segunda práctica en la que las alumnas y alumnos pudieron aplicar distintas técnicas científicas para poder inferir lo que esas huellas están diciendo sobre lo que pasó allí hace 145 millones de años y cómo se movían los dinosaurios, además de conocer su tamaño.

Sobre el terreno, las paleontólogas explicaron cómo se excavaban las icnitas, rompiendo con la falsa creencia de que se sacan a la luz con el simple uso de un pincel, y mostrándoles cómo tienen que mover grandes bloques de piedras y retirar importantes cantidades de tierra. También les mostraron la importancia del trabajo de conservación, puesto que hay que intervenir de forma periódica para sellar las grietas, retirar las hierbas y evitar que el yacimiento se deteriore por la meteorología y acabe destruyéndose; y la necesidad de que las instituciones públicas apoyen este tipo de iniciativas, como ha sucedido en este caso con el Fondo de Inversiones de Teruel.

Inversión pública

Una inversión pública, les explicó González, que después repercute en el turismo de la zona y el desarrollo de actividades económicas que contribuye al asentamiento de la población, como en el caso de El Castellar son las rutas que se han hecho del Dinopaseo y La ruta del dinosaurio.
 

Una de las científicas de la Fundación Dinópolis explica al alumnado varias huellas en forma de relleno


Ana González explicó la importancia de divulgar la ciencia a través de actividades de este tipo al poder hacerlas in situ y no limitarse solo a los libros. “Hacerlo aquí es una maravilla y he visto a los alumnos muy emocionados”, comentó, puesto que en el momento que habían sacado el metro y empezado a medir las huellas para ver los rastros se habían implicado.

Destacó la importancia que tenía que el alumnado viera los referentes femeninos en la ciencia con motivo de la celebración del Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia. “Hemos venido cinco compañeras y se trata de eso, de visibilizar que somos muchas chicas las que estamos aquí trabajando y haciendo cosas”, indicó González, que respecto a la importancia científica del lugar señaló que el número de icnitas que aparecen sigue creciendo.

La excavación se retomó en 2021 dentro del proyecto de la Carretera de las huellas de dinosaurio y entonces se inventariaron más de 400 icnitas, entre las ya conocidas y las nuevas, cuando el año pasado se descubrieron otras 136 entre huellas y rellenos.

Repercusión social

Entre el alumnado participante, tanto de 4º de la ESO como de 1º de Bachillerato del IES Vega del Turia, lo interesante fue ver cómo hacen el trabajo las científicas y la repercusión social que tiene. Berta Peris comentó que estaban aprendiendo “mucho” con esa experiencia y que una actividad así les podía “ayudar a inclinarnos para poder estudiar carreras que estén relacionadas con la ciencia porque es muy interesante”.

Andrea Clavero valoró por su parte que en el campo se podía “aprender mucho” de cómo es el trabajo científico y despertar vocaciones. En su caso reconoció que era “difícil”, pero que sí le gustaría poder dedicarse a la ciencia porque resulta “muy interesante”.

Julia Villanueva apuntó por otra parte que la experiencia había sido “muy interesante” al conocer cómo trabajan los paleontólogos y aseguró que en su caso quiere estudiar Medicina. Hugo Oliveros comentó que siempre le habían gustado los dinosaurios y que ver cómo trabajan los paleontólogos era “muy interesante”. Apuntó que sí le gustaría estudiar una carrera científica aunque todavía no tenía claro qué rama.

Las profesoras de Biología y Geología que les acompañaron, Raquel Edo y Lola Herrero, valoraron el interés de que los alumnos pudieran conocer sobre el terreno cómo trabajan las paleontólogas y descubrir las oportunidades laborales que ofrecen las carreras científicas.

El redactor recomienda