Los nanomateriales se perfilan como el mejor aliado para restaurar morteros

Los nanomateriales son una buena opción para consolidar morteros tradicionales y soportes como piedras calizas o areniscas. Su uso se inició hace apenas una década y las investigaciones siguen abiertas, pero los restauradores la consideran una óptima opción para consolidar partículas pulverulentas y en proceso de desintegración sin modificar ópticamente el aspecto. En la Fundación Santa María de Albarracín llevan varios años formando a los especialistas en el uso de estos materiales, que se perfilan como una buena solución para determinados bienes.

Entre los espacios en los que se han utilizado están las pinturas de Arte Levantino del Prado del Navazo, donde los trabajos se iniciaron en el año 2017 con diversas pruebas tanto en laboratorio como sobre la roca de rodeno, y a lo largo del próximo año se podrá evaluar el resultado final.

El curso titulado Consolidación y Restauración de Morteros: de las técnicas tradicionales a los nanomateriales, que se ha celebrado entre los días 17 y 28 de noviembre bajo la dirección de Antonia Zalbidea, especialista de la Universidad Politécnica de Valencia, está financiado por el Gobierno de Aragón a través del Instituto Aragonés de Empleo (Inaem).

Las alumnas, todas ellas tituladas en restauración, han recibido una formación intensiva tanto sobre técnicas tradicionales, como acerca de diagnóstico científico y la aplicación en restauración de nanomateriales de última generación. Las sesiones han incluido la elaboración de probetas y paneles de ensayo con morteros formulados con cal aérea, marmolina de Macael, mármol de Carrara, cuarcita, puzolanas y cal Crualys, entre otros materiales. En un entorno controlado han llevado a cabo técnicas de inyección, consolidación superficial, readhesión y ensayos de identificación de materiales mediante reactivos específicos.

La formación práctica se ha complementado con una sesión de campo en la ermita de San Juan de Albarracín, donde el grupo ha trabajado en el bien mediante métodos no destructivos, observación con microscopio digital portátil, aplicación del protocolo de hidrorrepelente y realización de catas orientadas a evaluar la respuesta real de los distintos consolidantes e hidrofugantes estudiados.

Como explicó la docente, los alumnos han comprobado la evolución de los materiales utilizados, tanto a la hora de hacer morteros como para restaurarlos. Los materiales tradicionales eran los que se utilizaban tradicionalmente para esas restauraciones, que se siguen usando, pero la ventaja de los nanomateriales es "poder trabajar en superficie, consolidar aquellas partículas que están pulverulentas y tienen a disgregarse y hacerlo sin dañar el muro", explica la responsable de la formación.

Adaptación a los soportes

Los nanomateriales se adaptan a diferentes soportes porque químicamente son similares, los hay para matriz de piedra o morteros silíceos y también para matrices calcáreas o calizas. Las nanopartículas de hidróxido de calcio son óptimas para volver a cohesionar los morteros de cal y yeso que se encuentran pulverulentos, mientras que las de dióxido de silicio resultan adecuadas para las piedras de rodeno.

No obstante, Zalbidea apunta que en restauración siempre se han buscado materiales compatibles, lo que pasa es que hasta hace una década no había disponibilidad de estos nanomateriales. "La investigación no va al ritmo de la construcción, es lenta porque hay que estar segura".

Por otro lado, este jueves por la mañana visitaron las pinturas del Prado del Navazo y allí Zalbidea les ha explicado los trabajos llevados a cabo sobre los toros del rodeno. Las alumnas del curso proceden de diferentes puntos de España, como Madrid, Sevilla, Valencia o Valladolid, entre otros.