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Los pueblos celtíberos trashumantes de Bronchales vestían toga y pectorales de defensa Los pueblos celtíberos trashumantes de Bronchales vestían toga y pectorales de defensa
Detalle de una fíbula con la que se sujetaban la toga los celtíberos

Los pueblos celtíberos trashumantes de Bronchales vestían toga y pectorales de defensa

El hierro era de gran calidad y tenían cerámicas de origen griego
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Cruz Aguilar

Los hallazgos descubiertos en la necrópolis de Bronchales, del siglo V a.C., destierran la imagen de bárbaros y desaliñados que se asocia a los celtíberos ya que demuestran que iban vestidos con toga, al encontrarse una fíbula para su sujeción, y llevaban pectorales y un gran broche de cinturón, elementos claramente defensivos necesarios para afrontar los posibles ataques de los cuatreros cuando dirigían a sus ganados por las veredas.

Todos estos hallazgos fueron presentados esta semana por el arqueólogo,  doctor en Prehistoria e investigador de la Asociación Instituto de Investigación y Desarrollo Rural Serranía Celtibérica, Francisco Burillo, en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid. Allí el investigador del yacimiento de la Sierra de Albarracín pudo comprobar que la conservación del hierro hallado en Bronchales es mucho mejor al de los restos de las tumbas que se exponen en el Arqueológico. “Tenemos unos elementos muy bien conservados, excepcionales”, destacó Burillo. En la excavación, realizada el pasado verano, se han localizado restos de pectorales y de bocados de caballo similares a otros extraídos en zonas de Jaén y Córdoba. Además, se encontraron las mayores tijeras de esquilar ovejas localizadas hasta la fecha, con una longitud de 31,2 centímetros.

El arqueólogo manifiesta que el broche de más de diez centímetros hallado unido a los pectorales “crea un verdadero elemento defensivo”, que debía ser necesario durante la vereda entre los Montes Universales y el Guadalquivir. Precisamente estos pectorales de Bronchales son de mayor tamaño que los que se exhiben en el Museo Arqueológico Nacional en Madrid extraídos de la tumba de Aguilar de Anguita. También las fíbulas turolenses son de un tamaño superior a las de la necrópolis de Osera, en la provincia de Ávila, dice el experto.

Excavación

Francisco Burillo, que codirige la excavación de Bronchales junto con Raúl Ibáñez, detalla que los elementos permiten saber que se trataba de una comunidad de elevado poder adquisitivo derivado de la venta de la lana. Así, recuerda que Roma le cobraba a Numancia un impuesto en capas, para cuya confección hacían falta muchos vellones de oveja.

Otro de los elementos detectados es un pequeño fragmento de cerámica griega, el primero que se localiza en el ámbito de la Celtiberia y que “implica que los celtíberos se traían del sur no solo el vino, sino la copa para beberlo”, comenta Burillo, que precisa que implica todo un ritual asociado a esta cultura.

No obstante, Francisco Burillo recalca que toda esta información “responde exclusivamente a la comunidad de Bronchales, porque en la existente a 20 kilómetros de distancia, en Griegos, no aparecen este tipo elementos”, especifica.

La localización de esta necrópolis, que se realizó a raíz de una entrega anónima de diversas piezas arqueológicas en el Ayuntamiento, ha sido de gran relevancia porque ha permitido constatar que la trashumancia que ahora se sigue llevando a cabo en la Sierra de Albarracín se inició ya hace 2.500 años. Esto se ha logrado mediante la comparativa de algunos de los elementos hallados en esta excavación y que se vinculan con otros de la zona del Guadalquivir.

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