Síguenos
Muniesa recoge 530.919 pesetas en  la campaña para embellecer su torre Muniesa recoge 530.919 pesetas en  la campaña para embellecer su torre
María Jesús Cester y Raúl Blasco, durante el proceso de clasificación de las monedas recaudadas en la campaña ‘Nuestra torre es más chula que las pesetas’

Muniesa recoge 530.919 pesetas en la campaña para embellecer su torre

La recaudación asciende a 2.663 euros, ya que no toda la moneda donada era canjeable
banner click 244 banner 244
banner click 236 banner 236
Cruz Aguilar

Desde el primer sueldo en billetes nuevos hasta las 100 pesetas con el rostro de Manuel de Falla que los padres le mandaban cuando estaba haciendo el servicio militar y de los que pudo guardar algunos, pasando por las propinas de la abuela o las monedas rescatadas de viejos monederos y bolsillos. Y así hasta un total de 530.919 pesetas que, traducidas a euros, son 2.663,08 que se destinarán a embellecer la torre de Muniesa y que se han recogido en el marco de la campaña Nuestra torre es más chula que las pesetas. No es que la cuenta esté mal hecha, es que entre los ahorros en pesetas de los muniesinos había monedas antiguas, por valor de 86.950 pesetas, que no están incluidas en las que se podían cambiar hasta el 30 de junio en el Banco de España.

Entre el dinero recogido había muchos billetes (por valor de más de 60.000 pesetas) y miles de monedas de las que algunas todavía están en poder de los encargados de hacer la campaña puesto que el Banco de España ya no las canjeaba. “No hemos decidido qué haremos con ellas, ya que hay algunas, muy pocas, que sí tienen valor de coleccionista, pero la mayoría no”, explica Raúl Blasco Aznar, que ha sido uno de los impulsores de la campaña y se ha familiarizado con una moneda con la que él nunca llegó a comprar nada porque ha crecido ya con el euro.

Blasco reconoce que no esperaban que el llamamiento obtuviera una respuesta tan amplia   y especifica que los 2.663 euros los destinarán a la colocación de paneles informativos en el interior del campanario. La campaña Nuestra torre es más chula que las pesetas se inició con el objetivo de dignificarla y convertirla en un monumento visitable. Se trata de una torre mudéjar de gran belleza y desde la se aprecia una vista panorámica del pueblo.

María Jesús Cester y Jesús Magallón, contando las monedas

Los encargados de clasificar todas las monedas han sido María Jesús Cester y Manolo Artal y el dinero se recaudó tanto en los comercios de la localidad como en estancos de Zaragoza gestionados por descendientes de Muniesa y también hubo donaciones que llegaron por envíos postales y mensajero debido a las restricciones de movilidad derivadas de la pandemia. Raúl Blasco explica que entre las donaciones había muchas monedas de euro que la gente recibía de cambio en el estanco y echaba a las huchas.

El Ayuntamiento va a colaborar con la iniciativa y se ocupará de colocar las mallas para cerrar los huecos de las campanas con el fin de evitar la entrada de las palomas.

El proyecto para los cerramientos ya se ha enviado a la Comisión Provincial de Patrimonio, que será la que deberá dar el visto bueno y, una vez se obtenga, se acometerán los trabajos, ya que el objetivo es que el campanario sea visitable en el más corto espacio de tiempo.

Miles de monedas se recaudaron en los comercios de Muniesa y Zaragoza

Por otro lado, todavía queda  por realizar una última fase de limpieza del interior de la torre, donde se han acumulado durante décadas varias toneladas de excrementos de paloma. Buena parte de ellos fueron retirados en dos jornadas por parte de voluntarios del pueblo. La suciedad se trasladó hasta el exterior con sacos de forma manual y, como apunta Raúl Blasco, hacía muchos años que no se limpiaba la torre, pese a que la palomina es uno de los abonos más preciados, debido a las dificultades que entrañaba acceder a las partes más altas.

Además de la colocación de los carteles informativos, con el dinero recaudado quieren reparar una de las campanas de la torre, que no bandea desde hace tiempo porque tiene roto el motor, que es muy viejo, según detalla Raúl Blasco.

El redactor recomienda