Síguenos
Se regala casa nobiliaria del XVII en Hinojosa de Jarque a quien evite su ruina Se regala casa nobiliaria del XVII en Hinojosa de Jarque a quien evite su ruina
Las rejas y los dinteles de sillares son la única muestra exterior de la riqueza que alberga la casona de los Calvo de Hinojosa de Jarque en su interior

Se regala casa nobiliaria del XVII en Hinojosa de Jarque a quien evite su ruina

Se trata de un inmueble de múltiples propietarios que tiene un gran interés histórico y patrimonial
banner click 244 banner 244
banner click 236 banner 236
Cruz Aguilar

La casa Calvo de Hinojosa de Jarque, un inmueble nobiliario del siglo XVII, está a punto de hundirse y sus múltiples propietarios están dispuestos a regalarla a aquella institución o particular que se comprometa a restaurarla y evitar así su ruina. Es una medida desesperada a la que se han visto abocados ante la imposibilidad de arreglarla, puesto que el presupuesto es muy elevado y la titularidad múltiple.

Su primer deseo fue cederla al Ayuntamiento, quien desestimó la donación y les envió un escrito para que procedieran a su reparación o demolición. La Comisión Provincial de Patrimonio está estudiando la posibilidad de incoar Bien de Interés Cultural el edificio a petición de la Real Academia de Nobles y Bellas Artes de San Luis de Zaragoza y de la Real Academia Matritense de Heráldica y Genealogía, lo que impediría su derribo. Además de que todo el edificio tiene un gran valor, en él hay cuatro escudos de gran tamaño y, según la Ley del Patrimonio Aragonés todos los escudos están considerado Bien de Interés Cultural por declaración genérica.

Se trata de heráldicas de grandes dimensiones situadas en el hueco de la escalera y que son únicas en Aragón tanto por su tamaño como por estar en su lugar original, algo poco habitual porque lo normal es que el paso de las décadas las deje debajo de manos y manos de pintura, hasta su desaparición total.
 

En la imagen, el escudo de los Calvo, que es uno de los cuatro que hay

Protección de los escudos

Toda la casa tiene gran interés, puesto que conserva carpinterías de gran valor y una bodega similar a la de la Casa de la Comunidad, actual Museo de Teruel. Sin embargo, la ley del Patrimonio Cultural Aragonés recoge que los escudos y emblemas  tienen consideración de Bien de Interés Cultural. Así lo explica Carlos Corbera, que es miembro de la Real Academia de Nobles y Bellas Artes de San Luis de Zaragoza y de la Real Academia Matritense de Heráldica y Genealogía. Añade que se trata de un conjunto pictórico “de los que hay pocos referentes en Aragón, tanto por el tipo como por las dimensiones”.

Su tamaño es considerable porque se colocaban en la parte alta del hueco de la escalera y tenían que verse desde bajo, cuenta Corbera. Se trata de cuatro escudos, uno pertenece a los Calvo, otro a los Marzo, el tercero está en proceso de estudio para conocer a qué apellido pertenece mientras que el cuarto presenta tal estado de deterioro que será difícil tirar del hilo.
 

Vigas de madera talladas en unos de los salones de la casa solariega de Hinojosa

El caserón está en la actualidad dividido en dos parcelas, aunque comunicado por su interior por diferentes puertas, y da a dos calles, Mayor y Alta. El arqueólogo Javier Ibáñez, que ha hecho un informe histórico sobre el inmueble, explica que en la provincia de Teruel no hay demasiados ejemplos de casas solariegas del siglo XVII y detalla que se trataría de un edificio situado cronológicamente entre los palacios bajo medievales y los de influencia mediterránea caracterizados por las galerías de arquillos.

El arqueólogo especifica que “sin lugar a dudas” es el elemento patrimonial más destacado del pueblo, junto a la iglesia, y también de toda la zona. Detalla que hasta el momento ha pasado desapercibido “por la limitada espectacularidad que tiene el edificio en su exterior”, señala, para añadir que “la espectacularidad de esta casa señorial está sin duda de puertas para adentro”.

En el exterior está perimetrada por una cinta para alertar del riesgo, ya que los balcones están muy deteriorados y también podría haber desprendimientos en el alero, aunque Ibáñez lamenta que las mayores afecciones están teniendo lugar en el interior.
 

Fuente o aguamanil que se conserva en una de las estancias de la planta baja

Caballerizas con bóveda

Uno de lo elementos más relevantes de la vivienda es el sótano, donde se localizan las bodegas, utilizadas como caballerizas y que presentan una bóveda rebajada de sillería que se construyó mediante encofrado. Una de las salas tiene 16 hornacinas de medio punto, similares a las que existen en la antigua Casa de la Comunidad de Teruel. Precisamente este paralelismo es el que ha permitido la datación y su construcción se establece entre los últimos años del siglo XVI y los primeros del XVII.

Otra de las estancias dignas de mención es un zaguán o capilla situada en la planta baja, en el acceso desde la calle Mayor. Se trata de una sala de unos 60 metros cubierta por una techumbre de vigas de madera tallada. Hay una hornacina con un caño que podría ser una fuente, aunque sin conectar a la red pública, o un aguamanil alimentado desde algún depósito.
 

las carpinterías de la casa desvelan el esplendor que tuvo en el pasado

En su informe, Ibáñez plantea que por su situación en la planta baja y el acceso directo desde la calle podría tratarse de un zaguán. Otra hipótesis, derivada de la existencia de una ventana enrejada que serviría para el culto, es que se trate de una capilla.

La denominada sala de los escudos fue en su origen el hueco de la escalera, ya que hay que tener en cuenta que la distribución de la vivienda se vio modificada para adaptarla a las nuevas necesidades, al dividir la propiedad en dos.
 

Uno de los balcones del edificio

Dificultad para su venta

Los actuales propietarios son los descendientes de esos Calvo que mandaron construir la casa. “Nuestros antepasados eran ocho hermanos, somos los nietos y estamos repartidos por diferentes sitios, como Teruel, Madrid o Canarias”, explica Mariela Calvo. Relata que la primera complicación fue reunir a todos los actuales dueños, ya que a muchos de ellos ni siquiera los conocían. Finalmente lo lograron y el acuerdo común es intentar que la casa no se caiga, para lo cual todos están dispuestos a firmar una cesión a aquella administración o incluso a una persona particular que quiera restaurarla.

Calvo especifica que su padre y otro primo tuvieron en el pasado una oferta de compra sobre la casa, pero no lograron localizar al resto de los propietarios y finalmente desistieron. “Ahora todos estamos de acuerdo en donarla para que no se caiga, nos gustaría que fuera al Ayuntamiento, porque creemos que es importante para el pueblo, pero con tal de que se conserve nos da igual a quien”, dice.
 

Una de las bodegas con la bóveda rebajada de sillería

El redactor recomienda