Sierra Menera, presente en el Máster de Conservación del Patrimonio de la Politécnica de Valencia

Las jornadas La gestión del Patrimonio: el caso del Patrimonio minero-siderúrgico de la Compañía Minera de Sierra Menera y de la Compañía Siderúrgica del Mediterráneo, que se desarrollaron en la Escuela Superior de Arquitectura de la Universitat Politècnica de València, dentro del Máster Universitario de Conservación del Patrimonio Arquitectónico, concluyeron el pasado 10 de mayo.

En el desarrollo de las jornadas, el martes 3 de mayo intervinieron con sus conferencias en la Escuela de Arquitectura Linarejos Cruz, coordinadora del Plan Nacional del Patrimonio Industrial de España, Diego Arribas, doctor en Bellas Artes e investigador en la Universidad del País Vasco y Tato Herrero, arquitecto director del máster.

Tanto en las intervenciones particulares como en el debate final se abordó el caso de las minas de Sierra Menera, del legado que dejó la compañía minera y la desigual atención que ha tenido desde el cierre de la explotación. Mientras que en 2001 el Ayuntamiento de Ojos Negros declaraba Monumento de Interés Local la nave de clasificación de mineral y las tolvas de carga, protegiéndolas así de su destrucción, en 2019 una nueva corporación autorizaba el desmantelamiento de los últimos 21 kilómetros del trazado del ferrocarril minero para convertirlo en vía verde, perdiendo la oportunidad que le brindaba de poner en marcha un tren turístico como se ha hecho en Utrillas, Andorra y otras explotaciones mineras de España.

El caso de Sierra Menera es excepcional, ya que contaba con dos trazados de ferrocarril paralelos: el construido por Renfe y el de la compañía minera ya en desuso, haciendo compatibles las dos actividades: tren turístico y vía verde, respectivamente.

Parque Cultural

Otra oportunidad perdida fue el rechazo al Parque Cultural de Sierra Menera, cuyo expediente para su incoación se publicó en el BOA del 28 de marzo de 2011 y su tramitación se dejó caducar. El Gobierno de Aragón reconocía en el expediente “la variedad de enfoques que ofrece como recurso cultural, el patrimonio industrial, la arqueología de los centros metalúrgicos antiguos, el patrimonio arquitectónico y artístico de los barrios mineros o las últimas creaciones artísticas”.

El 10 de mayo, como final del máster, se abordó el caso del patrimonio industrial de los Altos Hornos de Puerto de Sagunto. En esta ocasión participaron Pablo Ruiz, arquitecto; José Ignacio Casar Pinazo, exdirector del Museo de Bellas Artes de Valencia y Sonia Garcés, Técnica de Patrimonio.

Sagunto

El tratamiento hacia el patrimonio industrial de la siderurgia de Sagunto ha sido muy distinto al de las minas turolenses. Ya en 1994 se creó la fundación FCV Patrimonio Industrial y Memoria Obrera de Puerto de Sagunto con el fin de estudiar, conservar y difundir los conocimientos, los recuerdos, los sonidos, los objetos materiales, las imágenes y el resto de los elementos que configuraron las actividades de origen siderúrgico que tuvieron lugar en Sagunto en el siglo XX.

Su intervención más emblemática es la restauración del Horno Alto nº 2, el icono más representativo del Puerto de Sagunto que data de 1922.

En lugar de demolerlo, se acondicionó para hacerlo visitable, con una remodelación que en 2012 recibió el premio Europa Nostra. A su vez, se trabaja en la construcción de un Museo de la Metalurgia en otra de las naves del complejo industrial. La Fundación recibe fondos del Ayuntamiento de Sagunto y de la Generalitat Valenciana y forma parte del proyecto europeo European Route of Industrial Heritage (ERIH).

Un ejemplo de cómo la Comunidad Valenciana ha sabido convertir su patrimonio industrial en fórmulas de desarrollo en el ámbito del turismo cultural, dignificando la memoria del trabajo realizado.

Todo lo contrario de Aragón, que sigue ignorando el valor de su patrimonio industrial destruyendo importantes vestigios. Como ejemplo, la demolición, el próximo día 13 de mayo, con el consentimiento de la Dirección General de Patrimonio de Aragón, de la Central Térmica de Andorra, símbolo de la industrialización del Bajo Aragón, de su paisaje, su identidad y su historia.