Un agujero en el tejado de la iglesia de Tormón obliga a oficiar la misa fuera del templo

Los feligreses de Tormón no pueden escuchar misa en la iglesia de la Natividad de Nuestra Señora por el mal estado en el que se encuentra el edificio. La techumbre del templo presenta un boquete de cerca de 10 metros cuadrados que se ha producido hace menos de un año y el párroco habría decidido no oficiar en el interior del inmueble por el peligro que supone estar en su interior.

La pérdida de parte del tejado es el desperfecto más grave que sufre el edificio, pero no es el único. De hecho, en su interior se ha apuntalado el acceso a la torre, que tiene varios vanos del campanario condenados con tabiques. En el interior de la iglesia se aprecian distintas grietas en algunos paños de pared, tanto en la nave central como en la sacristía, y se percibe la presencia de humedad en algunos de los techos.

La reparación del inmueble se presupuestó hace unos años en cerca de 120.000 euros, que resultan inasumibles para el municipio, que habría solicitado la colaboración tanto del Obispado de la Diócesis de Teruel y Albarracín como de la Diputación Provincial. Mientras tanto, el año pasado empezó a realizarse una rifa con la que reunir fondos para contribuir en la restauración del edificio. El año pasado se consiguió reunir un millar de euros y este verano se confía en repetir esa cifra que, si bien no es suficiente, sí puede contribuir.

Fuentes del Obispado reconocieron que “el tejado está en muy mal estado debido a una mala construcción original” y apuntaron que “de momento no se permite la entrada por peligro de derrumbes”. La diócesis estaría, según las mismas fuentes, “estudiando las posibilidades técnicas para evitar que se caiga” aunque por el momento aseguran que “no hay proyecto”.

El alcalde de Tormón, Francisco Mora, confirmó que, por el momento, la misa se celebra en un local del ayuntamiento y que el oficio previsto para las fiestas, que se celebran dentro de diez días, se tendrá que realizar en el exterior. Por el momento, ya se han retirado la mayor parte de las imágenes y mobiliario del edificio.

Mora afirmó que el párroco “no quiere entrar” en el edificio y que elementos como la sacristía “se está hundiendo”. Además, entre otros problemas del edificio incluyó la subida al campanario, que está apuntalada.