

Azud de Fonseca, tramo inicial del Azud del Diablo. UPV
Un equipo de la UPV desarrolla una propuesta integral para rehabilitar la histórica Acequia del Diablo en Teruel
El objetivo es recuperar un canal de más de 700 años que, durante siglos, sostuvo el sistema agrícola tradicional y contribuyó a la conservación ecológica del entorno del Valle de Olba
Investigadores del Instituto de Ingeniería del Agua y Medio Ambiente (IIAMA) de la Universitat Politècnica de València (UPV), en colaboración la asociación Gugaia, han desarrollado una propuesta integral para restaurar la Acequia del Diablo, una infraestructura hidráulica de origen islámico situada en el valle de Olba. El objetivo es recuperar un canal de más de 700 años que, durante siglos, sostuvo el sistema agrícola tradicional y contribuyó a la conservación ecológica de este entorno, catalogado como Sistema de Información del Patrimonio Cultural Aragonés (SIPCA).
La investigación, publicada en la revista Sustainability, plantea la restauración completa de un tramo de 3,3 kilómetros de la acequia, desde su punto de captación original en el Azud de Fonseca hasta el Barranco de Linares, donde quedó inoperativa tras un deslizamiento de tierras ocurrido en 1992.
“La Acequia del Diablo no es solo un canal de riego, es una pieza clave de la historia y el equilibrio ambiental del valle de Olba, catalogado como Sistema de Información del Patrimonio Cultural Aragonés (SIPCA). Su restauración permitirá reactivar prácticas agrícolas sostenibles, prevenir incendios forestales y conservar un valioso patrimonio cultural”, explica Javier Rodrigo-Ilarri, profesor de la UPV y coordinador del estudio.
La propuesta técnica se elaboró tras dos visitas técnicas realizadas en marzo y julio de 2021, diferentes análisis hidráulicos y una evaluación detallada de once posibles alternativas. Mediante un método de análisis multicriterio, los investigadores determinaron que la solución más viable consiste en reconstruir el sistema original por gravedad, incorporando una conducción anclada a la ladera del barranco para salvar el tramo afectado por los desprendimientos.
“Esta opción se impuso por su solidez técnica, bajo impacto ambiental y menor coste de operación, al no depender de bombeos ni energía externa. Además, al mantener la captación en el Azud de Fonseca, se evita cualquier modificación de la concesión de aguas ya existente, lo que facilita la tramitación administrativa del proyecto”, señala el investigador del IIAMA. En este sentido, destaca que es una solución autónoma y coherente desde el punto de vista técnico, legal y patrimonial.
“Entre sus principales ventajas, destaca su independencia del proceso administrativo relacionado con la concesión hidroeléctrica Los Toranes-San Agustín, lo que facilita su puesta en marcha inmediata sin necesidad de esperar su resolución. Además, no requiere modificar el punto de toma de agua, ya que contempla la rehabilitación de la toma original en el Azud de Fonseca, autorizada por la concesión vigente”, añade el investigador del IIAMA.
Por tanto, esta alternativa minimiza tanto la longitud del tramo de tubería como el impacto ambiental y los costes de mantenimiento, y permite conservar la Acequia del Diablo, una infraestructura con gran valor cultural e histórico para Aragón, garantizando su integración en el sistema de riego tradicional de la región.
El abandono de la acequia ha desencadenado en los últimos años un proceso de degradación territorial que va más allá del ámbito agrícola. La pérdida de agua ha supuesto la desaparición de microclimas, el colapso de sistemas agroecológicos, la fragmentación de hábitats y el aumento del riesgo de incendios forestales, especialmente grave en una zona clasificada como Lugar de Importancia Comunitaria (LIC) dentro de la Red Natura 2000. De hecho, durante el incendio forestal de marzo de 2023 en el Alto Mijares, se evidenció la imposibilidad de utilizar la acequia como cortafuegos, debido a su falta de funcionamiento.
Asimismo, el estudio destaca el papel de esta infraestructura como corredor ecológico y como eje articulador del paisaje cultural del valle, conformado por bancales, muros de piedra seca y caminos tradicionales.
“Restaurar la acequia no es solo recuperar agua, sino también memoria, identidad y posibilidades de futuro para un territorio que lucha contra la despoblación”, afirma María Elena Rodrigo, investigadora del IIAMA.
El proyecto se inspira en modelos de éxito como el del programa europeo Memola, que ha demostrado cómo la rehabilitación de acequias tradicionales puede integrarse en estrategias de desarrollo sostenible, conservación del patrimonio y dinamización rural. En este sentido, la propuesta desarrollada para la Acequia del Diablo se plantea como un modelo replicable en otras zonas del arco mediterráneo que enfrentan situaciones similares.
“Creemos que esta actuación debe ser una prioridad para las administraciones, no solo por su valor técnico, sino por su capacidad de generar beneficios ambientales, sociales y culturales duraderos”, concluye Javier Rodrigo.
La investigación ha sido elaborada por los investigadores Javier Rodrigo Ilarri, María Elena Rodrigo Clavero y Claudia Romero Hernández, por parte del IIAMA-UPV, en colaboración con Pilar Bernad Esteban (en el marco de su doctarado en la Universidad de Zaragoza) y Elena Benito Ruiz (Asociación Gugaia).
La investigación, publicada en la revista Sustainability, plantea la restauración completa de un tramo de 3,3 kilómetros de la acequia, desde su punto de captación original en el Azud de Fonseca hasta el Barranco de Linares, donde quedó inoperativa tras un deslizamiento de tierras ocurrido en 1992.
“La Acequia del Diablo no es solo un canal de riego, es una pieza clave de la historia y el equilibrio ambiental del valle de Olba, catalogado como Sistema de Información del Patrimonio Cultural Aragonés (SIPCA). Su restauración permitirá reactivar prácticas agrícolas sostenibles, prevenir incendios forestales y conservar un valioso patrimonio cultural”, explica Javier Rodrigo-Ilarri, profesor de la UPV y coordinador del estudio.
Una solución viable, sostenible y replicable
La propuesta técnica se elaboró tras dos visitas técnicas realizadas en marzo y julio de 2021, diferentes análisis hidráulicos y una evaluación detallada de once posibles alternativas. Mediante un método de análisis multicriterio, los investigadores determinaron que la solución más viable consiste en reconstruir el sistema original por gravedad, incorporando una conducción anclada a la ladera del barranco para salvar el tramo afectado por los desprendimientos.
“Esta opción se impuso por su solidez técnica, bajo impacto ambiental y menor coste de operación, al no depender de bombeos ni energía externa. Además, al mantener la captación en el Azud de Fonseca, se evita cualquier modificación de la concesión de aguas ya existente, lo que facilita la tramitación administrativa del proyecto”, señala el investigador del IIAMA. En este sentido, destaca que es una solución autónoma y coherente desde el punto de vista técnico, legal y patrimonial.
“Entre sus principales ventajas, destaca su independencia del proceso administrativo relacionado con la concesión hidroeléctrica Los Toranes-San Agustín, lo que facilita su puesta en marcha inmediata sin necesidad de esperar su resolución. Además, no requiere modificar el punto de toma de agua, ya que contempla la rehabilitación de la toma original en el Azud de Fonseca, autorizada por la concesión vigente”, añade el investigador del IIAMA.
Por tanto, esta alternativa minimiza tanto la longitud del tramo de tubería como el impacto ambiental y los costes de mantenimiento, y permite conservar la Acequia del Diablo, una infraestructura con gran valor cultural e histórico para Aragón, garantizando su integración en el sistema de riego tradicional de la región.
Consecuencias del abandono
El abandono de la acequia ha desencadenado en los últimos años un proceso de degradación territorial que va más allá del ámbito agrícola. La pérdida de agua ha supuesto la desaparición de microclimas, el colapso de sistemas agroecológicos, la fragmentación de hábitats y el aumento del riesgo de incendios forestales, especialmente grave en una zona clasificada como Lugar de Importancia Comunitaria (LIC) dentro de la Red Natura 2000. De hecho, durante el incendio forestal de marzo de 2023 en el Alto Mijares, se evidenció la imposibilidad de utilizar la acequia como cortafuegos, debido a su falta de funcionamiento.
Asimismo, el estudio destaca el papel de esta infraestructura como corredor ecológico y como eje articulador del paisaje cultural del valle, conformado por bancales, muros de piedra seca y caminos tradicionales.
“Restaurar la acequia no es solo recuperar agua, sino también memoria, identidad y posibilidades de futuro para un territorio que lucha contra la despoblación”, afirma María Elena Rodrigo, investigadora del IIAMA.
Un modelo para otras regiones
El proyecto se inspira en modelos de éxito como el del programa europeo Memola, que ha demostrado cómo la rehabilitación de acequias tradicionales puede integrarse en estrategias de desarrollo sostenible, conservación del patrimonio y dinamización rural. En este sentido, la propuesta desarrollada para la Acequia del Diablo se plantea como un modelo replicable en otras zonas del arco mediterráneo que enfrentan situaciones similares.
“Creemos que esta actuación debe ser una prioridad para las administraciones, no solo por su valor técnico, sino por su capacidad de generar beneficios ambientales, sociales y culturales duraderos”, concluye Javier Rodrigo.
La investigación ha sido elaborada por los investigadores Javier Rodrigo Ilarri, María Elena Rodrigo Clavero y Claudia Romero Hernández, por parte del IIAMA-UPV, en colaboración con Pilar Bernad Esteban (en el marco de su doctarado en la Universidad de Zaragoza) y Elena Benito Ruiz (Asociación Gugaia).