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La cuesta de enero La cuesta de enero

La cuesta de enero

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Fabiola Hernández

Antes de empezar a subir la cuesta de enero, tomemos aire y miremos a nuestro alrededor con realismo, sin olvidar en ningún momento que lo peor que podría pasarnos sería no seguir subiendo la escalinata que tenemos delante, por muy empinada que ahora mismo nos parezca.  Lo haremos un año más maldiciendo nuestra suerte, que nadie se engañe. Hay propósitos que no merece la pena ni plantearse.

Para coger fuerzas, les propongo hacer recuento de las herramientas con las que contamos. Echen un vistazo a lo que les trajeron Reyes Magos, miren a ver si entre la colonia, las corbatas, el móvil nuevo y la olla exprés, les dejaron algo de relativismo. Del filosófico, que niega las verdades absolutas, y de su versión popular, que es básicamente lo mismo, pero con la dosis justa de compasión con la que deberíamos juzgar nuestras limitaciones. Si no llegamos a fin de mes, nos tendremos que organizar mejor, qué duda cabe, pero sin perder de vista que quienes cobran por dar consejos sobre la economía ajena, se esconden tras diabólicas siglas (FMI, BCE, BE) mientras acumulan en sus cuentas bancarias montones de ceros de los que se colocan a la derecha, siempre detrás del uno, no como los nuestros. Si cargamos con unos kilos de más, solo nosotros tenemos la culpa de pasarnos de polvorones y quedarnos cortos de gimnasio, pero el sistema productivo sobre el que pivota el eje de rotación de la Tierra debería agradecernos que enterremos nuestras frustraciones en azúcares y harinas refinadas en vez de airearlas entre jefes y compañeros.

Quizás ustedes ya tengan resueltos los dos grandes retos a los que nos enfrentamos los pobladores de las sociedades ricas y adocenadas, y estén pensando en leer más, aprender a gestionar sus emociones o dedicar más tiempo a los suyos; en definitiva, en crecer como personas. Mi más sincera admiración. Ustedes, rebusquen entre los paquetes olvidados debajo del árbol, quizás ahí los magos de Oriente dejaran buena memoria, serviría para no olvidar este año que no todo el mundo tiene tanta suerte.

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