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Arcatur pide que el Torreón Ambeles sea visitable y un plan director para la muralla Arcatur pide que el Torreón Ambeles sea visitable y un plan director para la muralla
Rubén Sáez, presidente de Arcatur, durante una de las ponencias que tuvieron lugar ayer en el marco de las jornadas sobre la muralla y el Torreón Ambeles

Arcatur pide que el Torreón Ambeles sea visitable y un plan director para la muralla

Da Vinci y Durero copiaron en sus tratados algunas de las obras de Ramiro López
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Cruz Aguilar

Arcatur, la Asociación para la Conservación de los Castillos Turolenses, plantea la necesidad de que la muralla cuente con un plan director que unifique los criterios de intervención que se realicen y, por otro lado, reivindica la apertura al público del Torreón de Ambeles, una construcción emblemática que fue realizada por el ingeniero de referencia de los Reyes Católicos, Ramiro López, y cuya autoría se desconocía hasta ahora. Todos estos temas se abordaron ayer durante las jornadas organizadas por la agrupación en colaboración con el Ayuntamiento de Teruel para poner en valor la figura de Ramiro López y, con ella, su primer diseño constatado hasta la fecha, que es el torreón de Ambeles.

A juicio de los responsables de la Asociación para la Recuperación de los Castillos de Teruel, se trata de una torre “única” que puede ser foco de interés turístico para todo aquel interesado en la poliorcética, la disciplina que se ocupa del asedio militar, al ser una figura clave de la arquitectura de comienzos de la Edad Moderna.

Rubén Sáez, el presidente de Arcatur, destacó la singularidad de la planta estrellada del torreón de Ambeles que, sin embargo, pasa totalmente desapercibida al no poder apreciarse por dentro -por estar cerrada al público-, ni por fuera, porque incrustada entre edificios modernos.

El torreón de Ambeles es propiedad de la Diputación de Teruel y Sáez indicó al respecto que ya han mantenido algunas conversaciones con la institución de cara a su puesta en valor. Este espacio se ha utilizado algunas veces para albergar exposiciones, aunque, como apuntó el presidente de Arcatur, la mayor parte de los turolenses jamás la ha visitado por dentro. Por su parte, el arqueólogo Javier Ibáñez detalló que a nivel de contenedor no tiene demasiadas posibilidades, pero sí señaló que podría albergar paneles para informar sobre su propia relevancia.

El historiador y arqueólogo Francisco Casabona comparó el torreón Ambeles con la torre Nueva de Zaragoza, que también fue creada por Ramiro López, e hizo un repaso por toda su vida así como por la influencia de sus obras en tratadistas de tanta relevancia como Leonardo Da Vinci y Alberto Durero. “Da Vinci dibujó el castillo de Salses”, en el Rosellón Francés y, “el hecho de que copiara una obra del aragonés es muy relevante”, aunque el historiador reconoció que no cita al aragonés ni lo nombra. Sin embargo, Alberto Durero, que también lo copia, sí lo cita al señalar que “todo gran país tiene que tener una fortificación que lo defienda de otros” y pone como ejemplo Salses.

Casabona comentó todos los archivos documentales en los que aparece el ingeniero que ideó el torreón turolense y planteó que el desconocimiento que hay acerca del personaje se debe a que los historiadores no se han preocupado de él y a que coincide en el tiempo con otro ingeniero, Francisco Remírez de Mateo, cuyas vidas se cruzan. Por otro lado, señaló que en muchos de los documentos no aparece con nombre y apellido, sino que solo se hace referencia a él como Remiro, aragonesismo de Ramiro.

El torreón de Ambeles fue el primer edificio ideado por Ramiro López del que se tiene constancia. Se construyó en 1475, varios años antes de los que se atribuye la primera obra para los Reyes Católicos, que lo ficharon en el año 1482 para que se incorporase al ejército para gestionar la artillería, según figura en el archivo general de Simancas.

Ramiro López inició su andadura en el ejército castellano como artillero, una profesión que no se cita, según Casabona, en ninguno de los tres documentos hallados en el concejo de Teruel hasta la fecha. Destacó el experto que, no obstante, Teruel tenía un peso específico en ese siglo XV en artillería y es posible que el ingeniero formara parte en el proceso de dotación de la misma.

La sesión de ayer concluyó con una mesa redonda en la que se analizó el estado de la muralla, cuya conservación varía considerablemente según tramos. Así, hay algunos que son visitables y otros que apenas se conocen por el público en general. Entre las torres que pasan desapercibidas se encuentran la del Rincón y la de la Unión, que presenta unas grietas importantes.

En la mesa redonda, el concejal de Urbanismo del Ayuntamiento de Teruel, Juan Carlos Cruzado, destacó que el presente de la muralla está claro: “Es un recurso turístico muy importante que cada vez coge más auge” y además constituye “una seña de identidad”. Señaló que el futuro es ampliar la zona que se puede ver de la muralla, aunque reconoció que hacer más tramos visitables es difícil. Anunció que las modificaciones urbanísticas llevadas a cabo tienen como objetivo acondicionar la zona de San Miguel.

El recinto amurallado

En la mesa redonda Rubén Sáez también planteó la necesidad de poner en valor la Torre del Rincón y preguntó a Cruzado acerca de si ha habido contactos para adquirir su propiedad. El concejal detalló que se había hecho alguna actuación para conservar el bien, pero matizó que no ha habido ningún intento de compra por parte del consistorio. Más factible consideró Cruzado que es llegar a un acuerdo con la Diputación de Teruel con respecto al Torreón de Ambeles.

En el turno de preguntas el público preguntó sobre las intervenciones realizadas en la muralla, con las que algunos se posicionaron a favor y otros en contra. El arqueólogo Javier Ibañez por su parte planteó que es necesario un plan director que marque los criterios de intervención a seguir para que sean uniformes a lo largo de todo el espacio. “El riesgo que corremos es acabar con un collage como el que hay a nivel de los pavimentos en la ciudad de Teruel”, manifestó, para añadir que “en la ciudad tenemos todos los pavimentos que puedan existir”. Mostró su preocupación porque acerca de la muralla no se tiene toda la información sobre la misma y relató que hay tramos que siguen ocultos en el interior de viviendas particulares.

Cruzado también se posicionó a favor de contar con un plan director, que definió como un elemento que “ayuda a todos a avanzar de la misma manera”.

En otra de las ponencias Javier Ibáñez habló de las peculiaridades del torreón de Ambeles, calificada como “obra excepcional de la ingeniería militar” de las últimas décadas del siglo XV. El arqueólogo explicó que se desconoce cómo estaba rematada, entre otras cosas porque “debía de estar inconclusa” y planteó que a la torre se accedía desde la terraza, “conectada con el alcázar real”. Comentó que podría tener un cuerpo más y ser tan alta como la Torre de la Bombardera, pero aclaró que se trata de una hipótesis. “Creo que debería ser una especie de torre del homenaje, una estructura de referencia y de prestigio y, por tanto, tener una especie de remate”. Una hipótesis con la que discrepó Rubén Sáez, quien apuntó que a nivel armamentístico no tiene sentido una altura mayor debido a las necesidades del lanzamiento de proyectiles.

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