

Astí queda ixo! cumple 25 años ¡Ahí queda eso!
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Más de mil actuaciones, la mayoría a pie llano, que para eso son una ronda, pero también sobre escenarios, con otros grupos, en comedores de restaurantes o incluso sobre un remolque. La Ronda Asti queda ixo! cumple 25 años de jotas, albadas y canciones populares y, tras veranos con muchos bolos, hasta tres en un día, ahora están en un momento más tranquilo, de celebración de los numerosos logros cumplidos, como sus cinco discos, haber recorrido casi todos los pueblos de la geografía de Teruel y el orgullo de dar a conocer su sierra fuera. ¡Ahí queda eso! es la expresión de felicitación por la que traducen el nombre de su grupo y, más que despedida, en el caso de los “trotamúsicos”, como ellos mismos se definen, es un suma y sigue.
El concierto para celebrar sus 25 años juntos será este viernes 5 de septiembre en la Glorieta de Teruel a partir de las 23:00 horas y con acceso gratuito. Allí reunirán no sólo a amigos y seguidores, sino también a algunos de los antiguos componentes y, avanzan, “será un concierto algo más largo” porque cada canción irá salpicada de las anécdotas que les llevaron a componerla o de curiosidades en torno a ella, explica Fernando Cortel, que es uno de los integrantes más veteranos del grupo.
El secreto de cumplir un cuarto de siglo y seguir con ganas de más está, como apunta Manolo Izquierdo, uno de los integrantes que ha estado desde los orígenes, son las ganas de pasarlo bien y un sentido del humor ácido y muy parecido entre todos ellos: “No nos importa decir la barbaridad más gorda porque nos reímos hasta de nosotros mismos”, dice.

Asti queda ixo! son nueve personas, pero ha habido momentos en los que han llegado a la docena y otros en los que han rondado sólo con ocho. En este tiempo se han ido subiendo y bajando al carro diferentes personas, hasta un total de 25, todos apasionados de la música, aunque con mayor o menor profesionalidad.
El origen de la Ronda de la Sierra de Gúdar y la Comunidad de Teruel hay que buscarlo en unas fiestas de Valdelinares del año 2000, cuando uno de ellos se arrancó con una jota, otro se acercó y un tercero se fue a por la guitarra. “Se nos hizo de día cantando”, relata Izquierdo, quien precisa que a la semana siguiente era la Ronda de San Juan en Mora de Rubielos y quedaron en juntarse de nuevo: “Tocamos juntos, sin pretensión e nada más y de ahi surgió el quedar más veces y ensayar alguna cosa”, dice Manolo Izquierdo. Él es uno de los que todavía está en la ronda tras 25 años, junto a Álvaro Salvador y Fernando Cortel. Los nueve componentes actuales residen en Rubielos, Mora, Los Pertegaces, Cedrillas, Mosqueruela y Teruel. Junto a los ya mencionados están Fernando Diéguez, Fina Zafón, Cristina Redón, Víctor Pérez, Mario Cruceta, Álvaro Salvador y Javier Brun.
De todos ellos, Fernando Diéguez, que es el único de los integrantes que vive de la música porque es profesor de acordeón en el Conservatorio de Teruel. Acudieron a él para que les propusiera a algún alumno que pudiera tocar con ellos, le pidieron a alguien “que estuviera aprendiendo, tampoco hacía falta que tocara muy bien” porque, reconocen, no son “muy exigentes”, pero fue el profesor el que ahora disfruta de rondar por los pueblos.

La esencia del grupo es la misma que hace 25 años, juntarse para pasar un buen rato tocando. No han evolucionado mucho porque tampoco era su objetivo, apuntan, aunque la realidad es que en este tiempo sí que han aportado al panorama musical un gran número de temas en los que hablan del entorno rural en el que se mueven y de los problemas de sus pueblos.
“Somos muy autodidactas y le hemos puesto un empeño desmedido a tocar, sin miedo, muchas veces más allá de sus posibilidades”, dice Izquierdo, para añadir que entre los instrumentos que han incorporado a sus rondas y conciertos sin formación oficial y habiendo practicado apenas unas horas están el violín, el contrabajo o a la gaita gallega. También se han lanzado a tocar otros con los que no tenían demasiada soltura “para suplir bajas puntuales de otros componentes”, comenta.
En las mil actuaciones que tienen acumuladas han visitado, además de numerosos pueblos de Teruel, lugares como Zaragoza, Huesca, Barcelona, Tarragona, Lérida, Valencia, Castellón, Albacete, Segovia, Valladolid, La Rioja, Ciudad Real, Cuenca y Murcia. Han actuado en festivales como Poborina Folk, Festival Internacional Folk Segovia, Festival Pyrene, o el Festival Internacional de Praga, en la República Checa, donde acudieron en representación de España.
Una de las metas que cumplieron ya en el año 2007 fue lanzar su primer disco, y con él se dieron por satisfechos sin saber en ese momento que llegarían a editarlo tres veces (hasta ahora) y que, tras él, habría otros cuatro más. Tras Qué aprobeche! -así con B, no porque sean irreverentes con todo, desde la música a las letras, que también, sino porque está en aragonés- llegó, en 2009 ¡Lo que hay que oír!. En 2012 dedicaron su tercer disco al Concurso Mundial de JotasG de Formiche Alto, en el que colaboran activamente.

En 2015 grabaron su nueva propuesta con los temas de la Orquesta Palancia, a la que sacaron del letargo con un tributo que ha tenido gran acogida en los pueblos que antaño la contrataban. “Queríamos recuperar y homenajear la esencia de ese grupo, que era lo único que muchos pueblos se podían permitir, pero que tenía un repertorio auténtico y genuino, un poco como nosotros”, relata Manolo Izquierdo. Con este homenaje también han recorrido numerosos escenarios, aunque aclaran que lo que ofrecen no es una orquesta al uso, sino un tributo a la Palancia y el concierto apenas dura hora y media, lo suficiente para rendir tributo a una orquesta que marcó la juventud de muchas personas de las sierras turolenses.
Su última propuesta musical llegó en 2020 con ¡Vuelvan!, un grito a los espectadores que abandonan la pista antes de que acabe la sesión de baile y también a los turolenses que se fueron en el pasado, dejando en la tierra parte de su corazón.
En este tiempo se han hecho un nombre y, como apunta Fernando Cortel, les sigue emocionando que la gente se sepa sus canciones en los conciertos o que haya pueblos donde la música que precede a los bandos sea la de Asti queda ixo!. “Nos sentimos afortunados”, apunta.
Ahora, dice Izquierdo, “la Ronda está en un momento valle” debido a las responsabilidades que tienen por motivos laborales y familiares, que no les permiten el centenar de bolos anuales de antaño pero sí “alguna actuación” que les mantenga en contacto porque, llevando la contraria a su propio nombre, ellos no quieren que la ronda quede ahí.

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