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Carmen Martínez Samper transforma la melancolía en luz, color y creación Carmen Martínez Samper transforma la melancolía en luz, color y creación

Carmen Martínez Samper transforma la melancolía en luz, color y creación

La artista turolense inaugura una exposición de dibujo en Albarracín
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La artista turolense Carmen Martínez Samper inauguró este sábado en El Molino del Gato de Albarracín la exposición de dibujo Melancolía, muestra que permanecerá abierta durante todo el mes de abril y que está formada por siete dibujos de gran formato y quince de menor tamaño.

Profesora del grado de Bellas Artes en el campus de Teruel y miembro del Instituto de Patrimonio y Humanidades de la Universidad de Zaragoza, Samper es una creadora que ha tocado diferentes disciplinas si bien es la escultura donde habitualmente encuentra su principal espacio de expresión. En Melancolía ha realizado escultura sin hacer escultura, plasmando sobre el papel una serie de temas nacidos del periodo de confinamiento que vivió, como el resto del mundo, durante 2020 como consecuencia de la pandemia.

Carmen Martínez Samper repasa algunos de los modelos clásicos deconstruyéndolos y centrandose en parte de ellos. “De esta forma vinieron a primer plano el mito, la expresión de las formas, los fuertes contrastes de luces y sombras y una dedicación tenebrista y meticulosa hacia la síntesis en la valoración tonal de los fragmentos que aparecían iluminados con el lápiz blanco y renacían de los rotundos fondos oscuros”, explica la propia artista.

Eligió el tema de la melancolía porque “estimula mi creatividad, como sucede con la poeísa y la música, pues el sentimiento melancólico dirige la creatividad y se apodera de la inspiración”.

Estados anímicos

Un sentimiento, por otra parte, inevitable durante el complicado año 2020 al que se enfrentó cualquier creador, si bien Martínez Samper llama la atención sobre la paradoja que resulta de enfrentar ese estado anímico, el de la tristeza, a la sensación gozosa y grata de darle salida a través del canal de la creación artística. No es la primera vez que se relacionan ambos extremos en el ámbito del arte, como recuerda la turolense: “Víctor Hugo escribió que la melancolía es la felicidad de estar triste; Alberto Durero la retrató en un grabado representada en un estado de espera de la inspiración, y la música, por otra parte, fue una mediciana apropiada para mejorar este sentimiento, y de hecho los músicos formaron parte de gabinetes reales para aliviar esa extraña tristeza en la que se sumían sus miembros”.

No es extraño, entonces, que un mito occidental que como otros tantos nació de la tradición clásica griega haya sobrevivido con vitalidad. La melancolía, uno de los cuatro humores del organismo que definió Hipócrates, y cuyo desequilibrio -que no mera ausencia o presencia- ocasionaba desorden físico o emocional, es, ha sido y será uno de los motores subjetivos que mueven la creación y que sigue siendo responsable de un rico imaginario artístico y literario. “Es un sentimiento subjetivo que promueve la creatividad y, como tal, abre la posibilidad a recrear el mito, volver atrás para caminar hacia adelante”.

 

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