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Congreso del Amor de la Cadena Ser: risas y cuartos separados, los secretos de Antonio Resines para un matrimonio feliz Congreso del Amor de la Cadena Ser: risas y cuartos separados, los secretos de Antonio Resines para un matrimonio feliz
Almeida y Alegre participaron desde el teatro y Antonio Resines y Pérez Lorente por videoconferencia. Bykofoto / A. García

Congreso del Amor de la Cadena Ser: risas y cuartos separados, los secretos de Antonio Resines para un matrimonio feliz

El actor y su pareja participaron en un coloquio junto a Cristina Almeida y Luis Alegre
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Cruz Aguilar

Tener dormitorios y baños separados y, sobre todo, reírse juntos, son algunos de los secretos del actor Antonio Resines para que su matrimonio con Ana Pérez Lorente funcione. Apuntó que “la situación normal no es la pareja” y en esto estuvo de acuerdo con él la abogada y política Cristina Almeida, quien explicó su vida amorosa, con dos bodas y dos separaciones, y en la que la clave de la felicidad ha sido “no retener a nadie, les regalé hasta el divorcio, que lo hice yo”, comentó refiriéndose a su profesión de abogada. De todo ello se habló en el último de los coloquios, Matrimonios a la edad tardía, ¿la experiencia es un grado?, del Congreso del Amor y del Bienestar organizado este fin de semana por la Cadena Ser en la capital turolense.

El debate se inició con todo el teatro en pie unido por un fuerte aplauso a Almudena Grandes, que falleció el sábado y a la que Luis Alegre dedicó un cariñoso recuerdo al comenzar la charla.

Antonio Resines y Ana Pérez Lorente participaron a través de videoconferencia puesto que la nieve les obligó a regresar a Madrid a la altura de Alcolea del Pinar. Se casaron el año pasado, tras varios encuentros y separaciones y, según indicó Luis Alegre, que fue el moderador del coloquio, Ana Pérez Lorente, directora de producción de cine, “es la maravillosa mujer que ha derrumbado el escepticismo que mantuvo Resines respecto a la pareja durante muchos años. Antonio era uno de los tipos más descreídos de que volviera el amor en pareja a su vida”, especificó el moderador.

Junto a ellos tres estaba Cristina Almeida, con dos matrimonios a sus espaldas, quien explicó que siempre que se ha enamorado ha sido muy feliz –lo del matrimonio lo calificó de un mero trámite “para tener contenta a la familia”–. Sin embargo, especificó que las dos veces que se ha separado han constituido hitos importantes en su vida: “Cuando me he separado he aprendido a desamar, porque saber desamar bien hace que no sea tan doloroso el dejar de amar y te queden ganas de volver a amar”, argumentó.

Resines añadió que  el divorcio ha sido uno de los avances más importantes de la sociedad española y, en este sentido, Almeida relató algunos de los problemas a los que ella se tuvo que enfrentar al separarse de su primer marido, del que no pudo divorciarse hasta que se aprobó la ley del divorcio en España en 1981.

Toda la platea se puso en pie para aplaudir en homenaje a la escritora Almudena Grandes, que falleció el sábado. Bykofoto / Antonio García

Ahora Almeida no cierra las puertas al amor, pero plantea que para ella ya no es “la pareja, sino los amigos, la cosas que haces, tu vida...”. También hizo referencia al sexo y aseguró que a ella le gusta mucho reír: “La risa es lo más parecido al sexo que hay”, para añadir que, aunque hay quien plantea que el sexo es necesario a ella le da pereza: “Tengo hasta pereza para darme alegría sola, cuando me meto a la cama estoy agotada, me da pereza hasta meterme el Satisfyer”, desveló arrancando las risas del público congregado en el Teatro Marín.

Por la tarde hubo otro coloquio en el que se abordó si tiene o no cabida el denominado matrimonio clásico en la sociedad del futuro. En el mismo tomaron parte la artista y escritora Mireia Sallarés; el profesor Javier Sábada y los filósofos Ana de Miguel y José Carlos Ruiz, que ejerció de moderador.

Usar la mascarilla nos ha dejado sin sonrisa, pero más guapos

La mascarilla ha eliminado de nuestros rostro algunos rasgos que son fundamentales para la expresión no verbal, como la sonrisa, pero, sin embargo, los últimos estudios realizados demuestran que vemos a la gente más atractiva con la protección que sin ella. El motivo es que oculta rasgos de la persona y el cerebro tiende a imaginarlos más atractivos, según planteó Javier Ibáñez durante el taller Amar en tiempos pandémicos. Esta actividad, centrada en cómo ha afectado la covid a las relaciones, tuvo lugar el sábado por la mañana en la antigua sede del Banco de España, y se enmarca en el Congreso del Bienestar y del Amor organizado por la Cadena Ser en Teruel, donde durante todo el fin de semana se está analizando la relación entre el matrimonio y el amor.

Miriam Pitarch habló a su vez del lenguaje no verbal, que comunica sin palabras. A raíz de llevar la mascarilla tapamos una parte del rostro y nos cuesta más identificar cómo se siente la otra persona, porque  esa información la transmiten los ojos y la boca, ahora cubierta. En este sentido Javier Ibáñez destacó el valor de las sonrisas, y precisó que es más fácil confiar en una persona que sonríe a hacerlo en quien no lo hace y comentó que se recuerdan más los rostros sonrientes.

Noelia Ferrer aseguró que el contacto físico es necesario en los seres humanos y la pandemia nos ha hecho buscar otras fórmulas ante la imposibilidad de mantenerlo. Planteó que a través de la mirada se puede saber si nos están escuchando o no ya que los ojos transmiten mucha información.

Los expertos hablaron durante el taller Amar en tiempos pandémicos de la repercusión que tuvo el confinamiento en las parejas y comentaron que lo afrontaron mejor las que estaban a distancia que las que convivieron. En este sentido Nuria Latorre señaló que la covid “supuso un factor estresante que lo que hizo es que aumentaran los conflictos entre las parejas que cohabitan”.

Los psicólogos de Psícara, durante una de las actividades paralelas del Congreso del Amor. Bykofoto / Antonio García

Las claves de la relación

No podemos esperar que nuestra pareja sea perfecta, debemos huir de la sobreprotección y, sobre todo, hay que escuchar al otro. Esas son algunas de las claves, a juicio del coach Enrique Marco Iserte, por las que hay que apostar para que la relación funcione. La actividad  fue la otra de las actividades paralelas realizadas en el Congreso del Bienestar y del Amor organizado por la Cadena Ser.

Enrique Marco destacó la importancia que tiene la escucha de la otra persona en una relación. “Escuchar es estar atento a lo que la otra persona nos dice y, sobre todo, a lo que no nos dice. Lo que dice es a nivel racional, por eso es más interesante conectar con la emoción del otro, con lo que le pasa, que con su discurso”, comentó.

Otro de los planteamientos que realizó es que no hay que esperar de la otra persona la perfección, concretó que ese anhelo responde a que tenemos espectativas infantiles y esas son la causa, precisamente, de gran parte de nuestras frustraciones. La charla de Marco fue totalmente interactiva y pidió en varias ocasiones de la misma la participación de los asistentes.

A la hora de analizar si la relación que tenemos funciona, indicó que una de las fórmulas para averiguarlo es observar si cuando estamos con la otra persona la energía “que hay en mí es sana y limpia, si no hay ninguna disconformidad y no hay niebla” entre  las dos personas. “Si siento un runrún es que la relación no está bien. Si esto sucede hay que ver lo que pasa”, matizó.

Enrique Marco aseguró que uno de los peores aspectos en una relación es tener al lado una persona que se queja y critica continuamente. “Una queja es una necesidad mal expresada” y quejarse no suele solucionar el problema, por eso aconsejó preguntarse cuál es la necesidad existente detrás de la queja.

Uno de los aspectos relevantes para mantener sana una relación es “pedir lo que necesito”, porque las otras fórmulas, “manipular, chantajear o quejarse”, no son sanas para la relación.  En las relaciones adultas es importante que el dar y el recibir esté compensado porque si no se establecen relaciones descompensadas, dependientes y no satisfactorias y “crearán vínculos insanos”.

“La sobreprotección es una de las principales agresiones que podemos hacer a un ser humano, porque lo que le dices con ese comportamiento es que es incapaz y que tu eres un supermán o superwoman”, matizó. Por otro lado aseguró que “pedir” connota humildad y un reconocimiento a la otra persona. “En el pedir se crea un vínculo de ida y vuelta que lo que hace es que la relación avance y crezca”, argumentó. Eso sí, aclaró que no hay que pedir lo que no damos, lo que no estemos dispuestos a poner en la relación.

Pedir perdón es otro de los actos necesarios para mantener sana una relación, es “una reparación de aquello de lo que me hago responsable”, dijo. El coach desveló que normalmente la persona que pide perdón es la “más humilde, más inteligente y la que tiene más interés en que la relación avance”.

El conflicto, abono del amor

El conflicto es una parte de la relación, es algo que solo se produce con la gente que nos relacionamos, “con la gente que vemos de visita no lo hay’, manifestó, para añadir que los conflictos hay que saber aprovecharlos: “Todos los seres vivos generamos mierda, pero la podemos reutilizar para abonar la relación”, aseguró, para apostar por “reconocer y felicitar en vez de localizar errores” como fórmulas para mejorar la relación.

En su intervención también hizo referencia a las cifras del suicidio, cuyo número de muertes supera a la de los accidentes de tráfico y destacó la importancia de crear redes de ayuda. “¿Os habéis sentido bien ayudando a alguien? pues dejad que alguien se sienta bien ayudándoos a vosotros”, concluyó.

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