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‘El padre bueno’, la historia rodada en Fortanete ganadora de una Biznaga de Plata en Málaga ‘El padre bueno’, la historia rodada en Fortanete ganadora de una Biznaga de Plata en Málaga
Leo Céspedes (izda.) y David Lorente, los dos protagonistas de ‘El hombre bueno’ en una escena de la película. J. Cañada

‘El padre bueno’, la historia rodada en Fortanete ganadora de una Biznaga de Plata en Málaga

Jorge Cañada obtuvo el galardón con un espléndido cortometraje rodado en su pueblo que navega en la frontera que hay entre lo fantástico y lo real
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La última edición del Festival Internacional de Cine de Málaga celebrada durante el pasado fin de semana tuvo color turolense con la Biznaga de Plata a la Mejor Dirección en la sección de Cortometraje que se llevó El padre bueno, una preciosa historia de catorce minutos rodada en Fortanete por Jorge Cañada Escorihuela. De esa localidad procede la familia del cineasta, para quien es su auténtica patria chica, aunque él nació en Zaragoza -”por puro accidente”, reconoce-, se crió en Huesca y en la actualidad está afincado en Londres. Tras quince años trabajando en proyectos ajenos, algunos con nombres tan importantes como Ridley Scott, Ari Aster, Hud Hudson, Peter Morgan, director de The Crown, Paul King o Jonathan Glazer, comienza a desarrollar sus proyectos personales, que de momento se habían manifestado fundamentalmente a través de otros dos cortos. El primero fue Los caballos salvajes (2012), un documental que estuvo nominado a los premios del jurado en el Festival Internacional de Hamburgo y en el Lume International Film Festival, y el segundo Snowball (2020), donde comenzó a trazar el mapa de la simbología que le atrae utilizar en su cine, plagado de metáforas, elementos que se referencian unos a otros y también pinceladas surrealistas.

Cartel de ‘El padre bueno’, ganadora de la Biznaga de Plata a la Mejor Dirección

Esa forma de contar las cosas y de jugar al escondite con el espectador, en un inteligente lance de cruces entre el mundo real y el fantástico, el de los deseos y el de los miedos, explota en El padre bueno, una fábula ambientada en un pueblo de los años 80, en la que un zahorí trata de recuperar su vieja habilidad para encontrar agua subterránea.

Es casi imposible contar dos líneas del cortometraje sin hacer spoiler, ya que sintetiza una historia honda y trascendente en muy pocas escenas, en las que no sobra ni un solo plano, que crean en el espectador más interrogantes de los que resuelven.

“Se supone que las películas no hay que explicarlas”, afirma Cañada, “pero me parece muy interesante el cine que te obliga a reflexionar en cada escena... que más que aclararte cosas de forma progresiva te genera cada vez más dudas. El corto es un buen soporte para esto, porque si en lugar de doce minutos esto lo prolongas durante 90, nadie lo soportaría”.

El director Jorge Cañada. J. C.

El padre bueno de Jorge Cañada tiene una espléndida factura producto de un equipo en el que hay nombres tan importantes como Diego Cabezas, el director de fotografía habitual de Sorogoyen, Olivier Arson, ganador de un Goya por la banda sonora de As bestas, o Ari Aster, con el que el turolense ha colaborado recientemente en el rodaje de Beau is afraid protagonizada por Joaquín Phoenix. “Esto se ha podido hacer porque hemos sido muy flexibles con las fechas, para que todo el mundo pudiera cuadrar sus agendas”, explica Cañada. “En el mundo del corto hay poco dinero y tienes que pagar lo justo, así nadie puede perder trabajo para ayudarte”.

Por eso ha tardado más tiempo del deseado por Cañada en ver la luz El padre bueno, aunque el resultado ha merecido la pena.

El corto se rodó en Fortanete a principios de 2021 -eran necesarias escenas invernales- y en primavera de ese año. Dos fueron los motivos que le llevaron a rodar en el pueblo de su familia. “Primero porque esta historia siempre la concebí allí, en la masada de mi familia y en unos pinares que conozco como la palma de mi mano. Prácticamente tenía cada localización en la cabeza”.

Céspedes está nominado en los Simón del Cine Aragonés por su papel. J. C.

Y en segundo lugar porque “allí estaban mis amigos y eran capaces de resolver cualquier problema de producción”, recuerda Cañada. “Podían conducir al equipo a cualquier punto del monte que yo les dijera sin necesidad de GPS, o mi amigo Héctor cogía unas setas por ahí y en un rato te había preparado un arroz para veinte personas”. “Si intento hacer este corto en otro lugar no lo saco adelante”, sentencia.

En la película también aparecen varios vecinos del pueblo, como José Elías o varias mujeres, en una de las escenas clave del corto. Los actores protagonistas son profesionales, uno de los cuales, el niño zaragozano Leo Céspedes Sabater, ha sido nominado a la próxima gala de los Premios Simón del Cine Aragonés como Mejor Actor por El padre bueno.

Además actúa una niña de Alcalá de la Selva, Ara Edo, que no es profesional. “Hicimos un casting local con gente de la zona y la elegimos a ella. La verdad es que lo hizo muy bien”.

El padre bueno, que podrá verse a través de internet cuando cierre su periplo de festivales, se estrenó en el Festival de Kerala de La India, tras lo cual ha circulado por varios festivales internacionales, entre ellos el de Manchester. En España comenzó su gira en el Alcine de Madrid, donde consiguió un segundo premio, antes de su triunfal Biznaga de Plata en Málaga. Además el corto está seleccionado en citas como la de Las Palmas o Bilbao.

Imagen del rodaje en la masada de la familia de Jorge Cañada.  J. C.

Cañada lleva década y media dedicándose al cine en el campo de los Efectos Especiales principalmente, aunque ahora quiere empezar a sacar adelante sus proyectos personales. “El problema es que si quieres hacer las cosas bien tienes que tomarte muchísimo tiempo, porque tienes que cuadrar huecos libres en las agendas de muchas personas. Dinero hay poco y personas dispuestas a colaborar muchas, pero lo que no pueden hacer es dejar un trabajo por ayudarte a ti”.

Lo último en lo que ha trabajado Jorge Cañada es en Napoleón, rodada por Ridley Scott, y antes de eso, justo después de terminar de grabar El padre bueno, pasó cerca de un año en Canadá rodando una secuencia con Ari Aster de Beau is afraid, en la que aparece Joaquín Phoenix. “Es una secuencia fantástica en la que el actor proyecta cómo podría haber sido su vida, combinando imagen real y animación”, explica el turolense. “Ha sido lo mejor que he rodado en mi vida, una experiencia estupenda. En esos proyectos tan ambiciosos y con dinero estás rodeado por los mejores, y tuvimos cinco meses para prepararla, un mes de rodaje y otros cinco meses de posproducción. Fue increíble”.

Algunos vecinos de Fortanete, como José Elías y las mujeres que le acompañan en la imagen aparecen en el metraje de la película. J. C.

Con su tercer corto triunfador en Málaga y con una agenda repleta de festivales, Jorge Cañada quiere afrontar el reto de escribir su propio largometraje, una película en la que siga explorando esa zona limítrofe entre el mundo real y fantástico, entre los vivos y los muertos, en la que desarrolle los elementos narrativos que ha apuntado en sus primeras creaciones y en la que disponga de más metraje para extender tramas, personajes, y resolver algunas de las incógnitas que su cine plantea al espectador. El turolense admite que ya ha empezado a escribir, “pero será un proyecto lento y largo, así que habrá que armarse de paciencia”.

“Mejor Dirección es un premio a todos los departamentos”

El director procedente de Fortanete admitió sentirse “muy contento” con la Biznaga de Plata a la Mejor Dirección lograda en Málaga. “Los premios a Mejor Dirección reconocen a todos los departamentos y por eso me gusta. También al director, que los ha dirigido, pero reconoce el trabajo de todos los que han trabajado en la película”. Cañada explicó que siempre que te presentas a un concurso piensas que vas a ganar o al menos que tienes posibilidades, “aunque al final es dificilísimo porque compites contra otras muchas películas”.

Jorge Cañada opina que aunque una Biznaga de Plata no le cambia la vida a nadie, desde luego que ayudará “en la visibilidad del cortometraje, que ya es bastante”.

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