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El tercer poemario de Maki Castillo busca la luz a través del ‘crowdfunding’ El tercer poemario de Maki Castillo busca la luz a través del ‘crowdfunding’
Ernesto Maki Castillo, en el centro cultural de Calpe

El tercer poemario de Maki Castillo busca la luz a través del ‘crowdfunding’

‘Pedazos de mí’ cierra una trilogía que va de lo sombrío a lo luminoso
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Después de que Alféizar publicara en 2017 y 2018 sus dos primeros poemarios, Mi atormentada alma y Sentimientos arrancados, el poeta madrileño vinculado a Teruel Ernesto Maki Castillo ha lanzado una campaña de crowdfunding en libros.com para publicar su tercer libro, Pedazos de mí.

Nacido en Azuqueca de Henares (Madrid) y actualmente afincado en Benidorm, Maki se siente especialmente vinculado a Teruel desde que se afincara durante una temporada en Bañón. La localidad del Jiloca, junto a otras muchas donde el escritor ha vivido, ha contribuido a forjar una personalidad de escritor con cierto desasosiego, quizá causado por el complejo de desarraigo, que Ernesto Castillo comienza a superar con su tercera obra.

El propio autor admite que en su primer poemario el pesimismo y la desesperanza eran las principales protagonistas de sus versos. “Más que escribir vomito aquello que me ronda la cabeza”, decía entonces, “y cuando más tocado esto en el ánimo, mejor lo hago. Se trata, en parte, de dejar salir lo que me carcome por dentro”.

Tras esa tesis, llegó la antítesis de Sentimientos arrancados, publicado un año después, desde un punto de vista mucho más luminoso. Maki seguía explorando los ángulos y las aristas más en penumbra de la naturaleza humana, pero desde una perspectiva más brillante y optimista, con cierta vocación de redención.

Y, en ese sentido, Pedazos de mí surge -o surgirá, si la campaña de crowdfunding tiene éxito- como una síntesis, como el final de una suerte de trilogía que tiene que ver con la restauración de la paz entre el hombre y sus fantasmas. Los del autor, claro, pero también los de cada cual, los de cada lector que se asome a sus versos libres, carentes de cuidado en lo formal, desde la óptica de la poesía clásica o canónica, pero cargados de significado en cada uno de sus lexemas.

Maki Castillo asegura que, como poeta, nunca dejará de cubrirle cierto halo sombrío, el mismo que acompaña a quien se lo pregunta todo sobre la naturaleza humana, pero Pedazos de mí, una colección de versos y poemas escritos durante los cinco últimos, es mucho más luminoso, más optimista y hasta más piadoso.

De algún modo representa la casilla de llegada de un proceso aún incompleto por incompletable, pero tan concluso como pueda estar. “Lo que subyace en este poemario”, explica el autor, “es la necesidad de iniciar un trabajo duro, arduo, pero que es muy necesario que emprenda cada uno, y de forma consciente y deliberada”. Ese trabajo no es otro que el “autoconocimiento”, según Maki Castillo. “Estamos obligados a pasar toda la vida con nosotros mismos, y si no logramos conocernos, comprendernos y llevarnos bien la vida va a ser un tormento, una depresión continua”. Castillo asegura que cualquiera seguirá encontrando fantasmas que exorcizar en ese proceso, pero identificarlos y mirarlos cara a cara es condición sine qua non para derrotarlos. “Yo también tengo todavía algún fantasma, algún rincón de mí con el que no estoy a gusto y que tengo que reflexionar para encontrar su origen y modificarlo”, explica, “pero en general he conseguido conocerme lo suficiente como para gustarme a mí mismo”.

De algún modo Pedazos de mí es el resultado sanador de la experiencia del autor con la poesía; un texto lanzado al aire a través del cual puede encontrarse un mensaje de esperanza y superación a través de la belleza, de la reflexión y del compromiso de dar siempre un paso tras otro en pos de la luz, que siempre está ahi, pese a todo.

Eso es lo que trata de compartir Ernesto Maki Castillo con Pedazos de mí, un libro que, en lo formal, se mantiene en la línea de los anteriores, con una poesía contemporánea que se acerca más, en muchos de sus poemas, a la prosa poética. Con verso de métrica libre, casi aleatoria, sin rimas formales, sí se centra en mantener la rítmica mental de la lectura y, en especial, del sentido de lo que se dice y lo que no se dice. “Trato de centrarme absolutamente en el fondo, en lo que se dice, a costa de la forma”, explica.

Por buscar referentes de los que contribuyen decisivamente a que cada poeta encuentre su propia voz, a Ernesto Maki Castillo suele gustarle mencionar a autores contemporáneos como Charles Bukowsky, pero también de algunos autores españoles como Antonio Machado o Miguel Hernández.

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