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Enmanuel Guigon, director del Museo Pablo Picasso de Barcelona: ’ Enmanuel Guigon, director del Museo Pablo Picasso de Barcelona: ’
Enmanuel Guigon, comisario de la exposición y director del Museo Pablo Picasso de Barcelona, en el Provincial de Teruel

Enmanuel Guigon, director del Museo Pablo Picasso de Barcelona: ’"Picasso nunca deja de darte sorpresas cuando lo investigas desde una nueva perspectiva"

El comisario de la exposición 'Picasso y Aragón' del Museo de Teruel asegura que la relación del malagueño con esta región “todavía dará más de sí”
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Enmanuel Guigon es uno de los grandes expertos mundiales en las vanguardias artísticas españolas, director del Museo Picasso de Barcelona y comisario de la exposición Picasso y Aragón. Goya, Gargallo, Buñuel que puede verse en el Museo Provincial de Teruel hasta el 20 de marzo. No es la primera vez que comisaría una muestra en Teruel ni que colabora en algún proyecto con su museo, aunque en esta ocasión se muestra especialmente orgulloso de una exposición que repasa la conexión artística de Picasso con Aragón.

Antes de acceder a la dirección del Pablo Picasso de Barcelona, hace seis años, Guigon fue director y conservador jefe del Museo de Arte Moderno y Contemporáneo de Estrasburgo, y conservador jefe del Instituto Valenciano de Arte Moderno, IVAM, entre otros. Además ha publicado obras como Historia del collage en España (1995), El Objeto surrealista (1997) y Nostalgia del espacio (2001), entre otras. Tiene la distinción de Caballero de la Orden de las Palmas Académicas y Caballero de la Orden de las Artes y las Letras concedidas por el Ministerio de Cultura del Gobierno francés.

-Cuénteme la historia de ese torico que dibujó Picasso cuando solo tenía 17 años.

-Es un dibujo que encontramos hace unos cinco años revisando la producción que tenemos en el Museo Picasso de Barcelona. Entre diversos bosquejos encontramos un toro sobre una columna que a mí se me hace muy similar al Torico de Teruel. No hay constancia de que Picasso estuviera en Teruel, pero sí que sabemos que esos esbozos pertenecen a la época en la que estuvo en Horta de San Juan, con su amigo Manuel Pallarés, una localidad catalana que está a muy pocos kilómetros del Matarraña turolenses. Estoy convencido de que durante esa época, entre 1898 y 1899, los dos pasearon por esas tierras de Aragón. No sabemos si llegó a visitar Teruel, pero quizá viera la figura del Torico en algún sitio, y le empujara a dibujarlo.

-Aunque no estuviera pintado del natural sino de una copia, ¿usted cree que el dibujo de Picasso es el Torico de Teruel?

-No hay tantas esculturas de toros sobre una columna en España, y a mí se me parece bastante... ¿Pero y si no lo es qué importa? Creo que lo importante es que es dibujo, la duda y la certeza de inspiran, es el impulsor de esta investigación sobre las relaciones entre Picasso y Aragón, algo que todavía no se había estudiado, y esta exposición  organizada al respecto que creo que es muy importante.

-¿En qué sentido fue el detonante?

-Mi relación con el Museo de Teruel es muy antigua ya, viene desde hace 30 años, y junto a Jaime Vicente y Anabel Herce hicimos durante un tiempo una serie de exposiciones en torno a Buñuel y el surrealismo, y también editamos una serie de libros que tuvieron bastante éxito. El tiempo pasó y cuando yo vi el dibujo de Picasso enseguida pensé en el Torico de Teruel, y en la posibilidad de articular en torno a él una exposición que relacionara Picasso y Aragón, que nunca se había hecho. Y en esos últimos años del XIX sabemos que realizó una serie de dibujos sobre Aragón, y estoy convencido de que al menos viajó por el Bajo Aragón, y quién sabe si por Teruel capital, cuando estuvo en Horta de San Juan. También en el momento de la invención de la revolución cubista de 1909, y luego volvió a su regreso a España en 1934, ya famoso, con su mujer y  con su Hispano-Suiza, y sabemos que entró por San Sebastián hacia Madrid, y que pasó por Zaragoza de camino a Barcelona.

-¿Por qué le parece pertinente evocar a través de una exposición la relación de Picasso con Aragón?

-Por dos razones principales; porque nunca se había hecho, y en ese sentido Picasso es un artista que nunca deja de darte sorpresas y de generar nueva información en cuanto abordas una nueva línea de investigación; y porque esa relación es real, no es algo que esté cogido por los pelos. Las costumbres, el folclore y algunos de sus artistas fueron amigos o influencias reales y muy importantes en Picasso, y en ese sentido creo que es apropiado ponerlas de manifiesto. Buscando cosas de Picasso en esa estancia en Horta de San Juan a finales del XIX hizo un cuadro llamado Costumbres Aragonesas que ha desaparecido, pero cuyos bocetos pueden verse en esta exposición en Teruel. Y también puede verse una película de principios de siglo en la que se ve una jota aragonesa, junto a los dibujos que realizó el malagueño para El sombrero de tres picos, una obra de Manuel de Falla en la que se homenajea la tradición aragonesa. Y en 1954 pintó a su hijo Claude vestido de aragonés, en Caran d’Ache. Es obvio que ese folclore y ese costumbrismo aragonés también fascinó y ejerció su parte de influencia en Picasso.

-El discurso exposición sobre la relación entre Picasso y Aragón se establece a través de la relación del malagueño con tres artistas de esta tierra; Goya, Pablo Gargallo y Luis Buñuel. Hábleme en primer lugar del encuentro entre Goya y Picasso.

-Goya ejerció una evidente influencia en Picasso, y no en vano al malagueño le llamaban en París le petit Goya. Quizá la influencia más espectacular sea la que queda reflejada a través del tema de la tauromaquia, pero también se da a través del arte comprometido, que en Goya alcanza sus cotas más elevadas en obras como sus famosos grabados y en Picasso durante la Guerra Civil. Si hay un elemento clave en ese compromiso de Picasso frente a la guerra probablemente es el Gernika, y siempre que se habla o se investiga acerca de esa obra de arte es de referencia obligatoria la obra de Goya. El aragonés quizá es el gran pintor de la humanidad que se transforma en una bestia abominable, en la humanidad de Los desastres de la guerra. Picasso en su juventud realizó numerosas reinterpretaciones de obras de Goya, como Episodio de la guerra de la Independencia Española, y su influencia es muy clara en obras comprometidas como Sueño y Mentira de Franco, pero también se extiende a sus obras costumbristas, como las relacionadas con la tauromaquia, con El sombrero de tres picos o con el espectacular Autorretrato con peluca de Picasso, que también puede verse en el Museo Provincial de Teruel.

-¿Qué hay de la relación entre Gargallo y Pablo Gargallo? En este caso no solo fueron contemporáneos sino también quintos, ya que ambos nacieron en 1881.

-Pablo Gargallo es un autor bien conocido e investigado, pero curiosamente no se ha insistido en su relación con Picasso, que es otra de las novedades que aporta esta investigación y esta exposición. Se sabe que Gargallo y Picasso eran amigos y que estudiaron en la misma escuela de Barcelona, que sus visitas fueron frecuentes en París, y que el aragonés quedó impresionado con los primeros estudios sobre el cubismo de su amigo, por el que sentía fascinación. Asimismo compartieron amigos, influencias personales y también fascinaciones artísticas, como se puede comprobar en Teruel, por ejemplo, con el tema del Arlequín. Además en el Museo de Teruel puede verse una pieza preciosa, que es el modelo en escayola de El hombre de la margarita, un retrato que realizó Gargallo de Picasso, una representación idealista muy sensual del malagueño joven, desnudo, con un cachirulo en la cabeza. En Zaragoza está la pieza en bronce pero nosotros aquí exponemos al lado la de escayola, en la que se ve todavía con más detalle.
Esta relación artística y personal entre Gargallo y Picasso es notable y muy fructífera. Tanto que parece mentira que no se haya investigado mucho más al respecto, y de hecho estoy convencido de que dará de sí para crear una gran exposición, que podría verse en Zaragoza, cuyo discurso será este.

-¿Una exposición a largo plazo, o podría estar lista pronto?

-No a tan largo plazo. El próximo año, 2023, se cumple el 50 aniversario del fallecimiento de Pablo Ruiz Picasso. Nosotros (el Museo Picasso de Barcelona) organizamos muchas exposiciones anualmente pero ese año será especial, y de hecho hay una comisión nacional presidida por el ex ministro Pepe Guirao de la que formo parte. Y desde luego estoy convencido de que sería buena idea organizar en Aragón una gran exposición sobre Picasso y Gargallo. Aunque también es cierto que para ese año hay muchas obras de Picasso comprometidas, no solo en museos de toda España sino también de París, Nueva York, Berlín... Pero quizá para finales de 2023 o a lo largo de 2024 podría materializarse.

-Pasemos a Buñuel, algo mayor que Picasso. ¿Su influencia viene determinada por el surrealismo y por la militancia política?

-Sí, fundamentalmente por esas dos razones. Aunque en lo artístico seguramente la relación entre los dos se establece a través de la gran influencia común de Goya; sus caminos se cruzan a través de él. Buñuel y Goya comparten una cosa, que son profundamente aragoneses, que esa condición impregna su obra y que de alguna forma impregna también a aquellos sobre los que influyen. De hecho Buñuel y Picasso se conocieron en París a través de Manolo Ángeles de Ortiz, a propósito de los aragoneses que estaban en la capital francesa. El de Calanda y el de Málaga comparten admiración por Lorca, y se sabe que Picasso acudió al estreno de La edad de Oro o que Buñuel estuvo encargado de la programación cinematográfica en el pabellón español de la Exposición Universal de París de 1937. Seguramente no se vieron mucho, es cierto, pero existen fotografías de los dos juntos, y Picasso asistió a sesiones de cine privadas de exiliados aragoneses. Por otro lado Picasso participó de esas dinámicas de grupo que generó en París el surrealismo. Todos aquellos artistas que participaron se estimularon e influyeron mutuamente.

-Sé que es muy comprometido pedirle que me destaque alguna de las obras de la exposición... ¿Pero en cuáles debe detenerse el visitante con especial atención?

-A mi me gusta pensar que una exposición es como una novela o un poema, en las que la primera y la última palabra son acaso las más importantes, las que la definen, y el resto van en función de ellas. En Teruel la primera palabra, nada más entrar, son la película y los dibujos sobre El sombrero de tres picos, con esas referencias al costumbrismo aragonés, que se repite al entrar a la primera sala, con un cuadro y muchos bocetos que hacer referencia al folclore aragonés. También me parece magnífico el Autorretrato con peluca tan goyesco, y también los grabados de ambos autores sobre la tauromaquia, y la pieza en escayola de El hombre de la margarita de Gargallo, que es preciosa y además prácticamente inédita.

-La investigación sobre la conexión aragonesa de Picasso que han realizado Malén Gual, Laurence Madeline, Chus Tudelilla y Javier Herrera, además de usted mismo, ¿está concluida o proporcionará más material?

-Yo creo que esa investigación es todavía un boceto que va a dar más de sí. Se podrían hablar de muchos más personajes, de las vanguardias en Zaragoza que le influyeron... Mi querido amigo Antonio Saura escribió y pintó mucho sobre Goya, pero también fue uno de los artistas más picassianos del siglo XX. Son muchas relaciones y muchos ámbitos, y el estudio que hemos hecho de Picasso aquí se ha realizado desde una perspectiva diferente, así que creo que sí, que seguirá dando de sí mucho más.

-Producto de esa investigación se ha publicado un catálogo que, por sí solo, tiene un enorme valor más allá de la exposición de Teruel...

-Yo siempre cuido muchísimo los catálogos, tanto en su contenido como en el valor que atesoran como objeto. Un catálogo no es una mera relación de obras de arte. Cuando está bien hecho es un libro científico que aporta nuevos conocimientos y aproximaciones, que interesan no solo en Teruel, donde se puede ver físicamente la exposición, sino también en el resto de España o del mundo. Estoy especialmente satisfecho con este catálogo, donde no hay una sola página que no sea útil o relevante, y lejos de ser algo formal, creo que significa un gran aporta para la comunidad picassiana. Cualquier especialista o admirador de Picasso debería tener ese libro en su biblioteca.

-En esta exposición hay fondos del Museo Picasso de Barcelona que usted dirige, pero además de la Fundación Bancaja, el Pablo Gargallo de Zaragoza, la colección privada de los herederos del escultor, la galería Joan Gaspar de Barcelona, el Museo Nacional de Arte de Cataluña, el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, las colecciones de la Fundación Mapfre, Ars Casacuberta Marsans, la Filmoteca Española... Ha debido de ser un trabajo ímprobo reunir esta colección en Teruel.

-Bueno... lo cierto es que la hemos organizado en un tiempo récord, pero ya hace cuarenta años que hago estas cosas y uno va adquiriendo cierta costumbre (risas). Los prestadores en este caso con grandes amigos y personas con las que trabajamos desde hace mucho tiempo gracias a que poseen colecciones excelentes.

-¿Podemos esperar más colaboraciones entre el Museo Picasso de Barcelona y el Museo Provincial de Teruel en el futuro?

-Seguro que sí, me parecen importantes las colaboraciones en este ámbito del arte. De hecho ya tengo un proyecto para el futuro, relacionado con la cerámica, un campo en el que Teruel es muy rico, y en el que Picasso también fue un gran renovador; utilizando las mismas técnicas romanas y medievales y con una gran influencia del arte ibérico. Pero antes de eso,  este año aparecerá un nuevo libro de esta colección que como antes te comenté iniciamos junto al Museo de Teruel hace algunos años, en este caso sobre André Bretón y el surrealismo.

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