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Fragolino presenta ‘Las almetas de antaño’ en Santos Ochoa de Alcañiz Fragolino presenta ‘Las almetas de antaño’ en Santos Ochoa de Alcañiz
Las ilustradoras (a ambos lados), Marisa Molinos, Sergio Grao y Eugenio Ramo, durante la presentación del libro

Fragolino presenta ‘Las almetas de antaño’ en Santos Ochoa de Alcañiz

Se trata del tercer cuento ilustrado de Beatriz Royo, editado a título póstumo
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La Librería Santos Ochoa de Alcañiz acogió este fin de semana la presentación de Almetas de antaño, tercer volumen editado por Fragolino de la serie sobre tradiciones populares del Bajo Aragón. El libro se ha editado a título póstumo después del fallecimiento, hace un año, de su autora, Beatriz Royo, víctima del cáncer, y que además escribió los dos libros anteriores.

La presentación contó con la presencia de la madre de la autora, Marisa Molinos, las dos ilustradoras que trabajaron con la escritora alcañizana, Raquel Arnedo y Violeta Pellicer, Sergio Grao, responsable de la editorial alcañizano Fragolino y Eugenio Ramo, de la librería Santos Ochoa.

Beatriz Royo Molinos fue la impulsora de la colección sobre tradiciones y folclore turolense con un primer cuento para todos los públicos titulado Por los cerros anda y el agua nos manda, sobre la leyenda de la Virgen de Pueyos. Esa obra se presentó en septiembre de 2023, y en mayo de 2024 se publicó el segundo volumen de la colección, Bailemos el rodat, sobre el baile tradicional asociado a la festividad de San Sebastián y la hoguera de Castelserás.

El tercer libro lleva por título Las almetas de antaño, sobre una leyenda ambientada en Alcañiz que tiene que ver con el Día de Difuntos. El cuento narra la historia de Marian, Emily y Toñín, tres amigos procedentes de familias humildes alcañizanas que pasan todo el tiempo juntos, especialmente cuando a fin de año iban los tres, casa por casa, a buscar el cabo del año con un cesta, que llenaban de higos, manzanas y otras viandas regaladas por sus vecinos.

Sin embargo en el Cabezo del Cuervo Toñín muere, al clavarse un hierro herrumbroso en la rodilla, llenando de pena a sus dos amigas. Sin embargo los tres encontrarán el modo de volver a verse aunque solo sea un día a laño, el primero de noviembre, a través de una cerilleta en cuyo fuego la cara de Toñín podría reflejarse, únicamente ese día, con nitidez. Y aunque la vida después terminó separando a Emily y Marián, llevándola a cada una por su camino, todos los 1 de noviembre acudían con su cerilleta encendida para poder verse al menos unos segundos, y recordar lo felices que habían sido en las calles de Alcañiz.

Beatriz Royo Molinos escribió el cuento basándose en las narraciones orales recogidas por el territorio, especialmente en Alcañiz, y adaptándola a la publicación. Raquel Arnedo Centelles y Violeta Amada Pellicer Llandrés han sido las encargadas de darle colorido a la narración con las ilustraciones.

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