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Geografía Poética da por terminada su segunda edición con la edición de un libro Geografía Poética da por terminada su segunda edición con la edición de un libro
Cuatro estudiantes de Bellas Artes durante el taller que dirigió ayer por la mañana Marco Ranieri en el campus de Teruel

Geografía Poética da por terminada su segunda edición con la edición de un libro

El proyecto de Bellas Artes en los barrios rurales se reeditará el próximo año
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El ciclo artístico Geografía Poética llevado a cabo por 18 estudiantes de Bellas Artes en Teruel y coordinado por las profesoras Holga Méndez y Belén Díez cerró ayer su segunda edición con una serie de ponencias y talleres y la presentación del libro que resume la experiencia. Dicho ciclo llevó a estos 18 estudiantes a desarrollar diferentes proyectos artísticos e instalativos a los diez barrios rurales de Teruel.

Holga Méndez, durante la jornada de ayer mañana, explicó las cuatro claves que han definido el proyecto Geografía Poética no solo este año, sino también el primero: “Territorio, comunidad, arte y patrimonio son las palabras que sirven como emblema del proyecto”. Más allá de la importancia de extender y de visibilizar la actividad de Bellas Artes a la ciudad de Teruel y a sus barrios rurales, los coordinadores valoraron muy positivamente el hecho de que la interacción entre los creadores y los propios vecinos de las pedanías fue muy enriquecedora. “Se ha creado un vínculo afectivo entre los vecinos y el proyecto de Geografía Poética que nos ha hecho ver el poder que tiene la comunidad”, aseguró Méndez. “Nos acercamos a ellos con afecto y ellos nos lo devuelven. Nos reciben en un lugar donde no dejamos de ser ajenos, nos sentimos mirados, acercados y queridos”.

En concreto, en Geografía Poética II han participado los alumnos Álvaro Salcedo Galbán, que realizó la intervención Una nave a Gaia (simulacro) en El Campillo, Isabel Llanos (Ventanas para una vivencia) en San Blas, Mateo Patón (Escribir Caudé, construir Caudé) en Caudé, Ignacio Aparicio (Significar el cannabum) y Melisa Vezhdieva (CelebrarNOS) en Concud, Marta Burriel (Enraizada y No me olvides) e IRA (Humo de hogar no empaña el cielo y No me olvides) en Tortajada, Patricia Menjón (A los peirones de Villalba Baja) y Andrea Tolosa-Cotoré (Luces del pasado) en Villalba Baja, Inés S. Escartín Sesé (Rastros del camino) y Ana Vílchez (Soledad compartida) en Valdecebro, Clara Romeo (Origen de la materia) y Gelifracción (Tajo) en Aldehuela, Javier Lupón (Origen de raíz) y Holga Méndez (La distancia sensible) en Castralvo, Ana Luque (El escondite de los recuerdos) y Ángel Celiméndiz (Pasacalles de la Rambla) en Villaspesa.

Las propuestas artísticas, que se ejecutaron durante la primavera de 2022, abarcan campos tan diversos como las artes visuales, la performance, la instalación, el arte mural e incluso la música, y han tocado conceptos que tienen que ver con la memoria, la arquitectura, el vínculo personal, la comunidad, la tradición oral, el tiempo, el origen, el progreso o los usos tradicionales de las comunidades rurales.

Representantes de las instituciones patrocinadoras del proyecto artístico

Además de la presentación del libro que resume Geografías Poéticas II, la jornada de clausura de ayer sirvió para celebrar una serie de talleres y ponencias dirigidas a estudiantes de Bellas Artes. Uno de ellos tuvo como protagonista a Lucía Loren, artista madrileña especializada en arte ambiental, que compartió su experiencia sobre el concepto de topofilia, acuñado por Gaston Bachelard y que alude al vínculo afectivo entre el ser humano y su entorno, a la capacidad de empatizar por él. El italiano Marco Ranieri ofreció una charla y realizó un taller sobre esos vínculos que surgen a través de los vegetales y las plantas, y cómo estos tienen la capacidad de convertirse en memoria de las personas.

Las instituciones comprometen su apoyo para la próxima primavera

Representantes de las entidades que han colaborado con Geografía Poética II, la Universidad de Zaragoza, la fundación Antonio Gargallo o en Ayuntamiento de Teruel, a través de las concejalías de Cultura y de Barrios Rurales, estuvieron ayer presentes en la presentación del libro, y manifestaron su intención de seguir apoyando el ciclo con el objetivo de que se celebre durante los próximos años.

La alcaldesa Emma Buj aseguró de que cuanta más presencia tenga la actividad de Bellas Artes en Teruel tanto más se beneficiará la ciudad, y agradeció de que esta se extienda hasta los barrios rurales, “que además pueden enriquecer con la sabiduría y la humanidad que tienen sus vecinos a los estudiantes, sobre todo a los que provengan de las grandes ciudades”.

Luis Miguel Pascual Orts, decano de la Facultad de CC.SS.HH. en Teruel destacó el valor del arte “en una sociedad que suele valorar más lo económico o lo pragmático”, mientras que Alfonso Blesa, de la Fundación Antonio Gargallo, comprometió su apoyo en el futuro “porque estos proyectos son los que dan sentido a la fundación que dirijo”.

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